10. Agitados (+18)

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                                                                      ||| Aviso |||


- Este capítulo tendrá escenas homoéroticas sexuales de manera gráfica. Cuidado al leer.

- Se recuerda (nuevamente) que NO se promueve el consumo de productos ilícitos y dañinos al cuerpo como las drogas y el alcohol.


Disfrute de su lectura.


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Ya estaban a mitad de marzo, casi iniciando abril, y Da Rey aún seguía sin saber a qué se refería Diego con lo de ''matar'' a alguien.


Siguiendo su rutina diaria, iban de camino a clases. Subiendo por las escaleras del segundo piso, divisó por los ventanales del edificio aquel campo de flores a las afueras de Wenessy. Cerrando los ojos, recordó aquella noche de San Valentín con el moreno.


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Agitados, Da Rey trataba de recomponerse, sintiendo cómo el aire la faltaba, teniendo la necesidad de respirar más hondo para sentir el oxígeno entrar por sus pulmones. Sin saber exactamente cómo había llegado a esa situación, se encontraba totalmente sentado en el regazo del moreno, mientras movía su cuerpo de adelante hacia atrás.
El roce que tenía contra la entrepierna de Diego lo calentaba a gran medida, provocándole una erección instantánea, la cual se divisaba con facilidad, pues creaba un bulto, apretando así su pantalón.


El más alto se veía exquisito, disfrutando del panorama que el mayor le brindaba, mientras guiaba su movimiento al moverle la cadera con ayuda de sus manos.


Estaban bebidos, y Juan Diego seguía bajo los efectos de la marihuana.


El viento soplaba fuerte, pero el frío no parecía atacar a ninguno de los dos, quienes evidentemente estaban cada vez más calientes a medida que el tiempo pasaba. El azabache disfrutaba del roce, del agarre que le brindaba el más alto y de las sensaciones que el choque de sus cuerpos le provocaba. Cuatro capas de tela lo separa de la piel de Diego, siendo su ropa interior, su pantalón, la túnica griega del contrario y su respectivo bóxer, pero aún así sentía grandes escalofríos recorrer toda su espalda, como si fuese la primera vez que alguien lo tocaba en toda su vida.


Queriendo más, nota cómo el moreno se levanta del pasto, haciendo que ahora sea Da Rey el que esté acostado.


Sus manos viajaron por todo el cuerpo de Da Rey, acariciándole el pecho con gran sensualidad, quitándole el chaleco que cargaba puesto, abriéndose paso hacia su camisa, la cual desabotonó con agilidad. Dejando su torso expuesto al frío de la noche, notó la piel de azabache erizarse, quizás por el sereno o por los toques del castaño oscuro, pero siendo lo que sea, esto solo hacía que el moreno se excitara más.

Pellizcando suavemente los pezones del mayor, afincó su cuerpo contra la entrepierna del contrario, rozando sus erecciones una contra la otra, desesperándose en el acto por ser tocados y atendidos allá abajo.

Aún con un porro en su pertenencia, Diego direccionó el cigarro a su boca, pidiéndole fuego a su compañero. Este mismo hizo caso, así que se acercó al moreno para encenderle la droga. Encerrando su mano como en una especie de puño para que la brisa no le apagara la llama, activó el encendedor con la diestra, ayudando al contrario a fumar.

𝓦𝓮𝓷𝓷𝓮𝓼𝓼𝔂'𝓼 𝓓𝓪𝔂𝓼 |  𝓓𝓾𝔁𝓲𝓷𝓸 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora