Especial San Valentín (+18)

592 47 54
                                    


2031.

Viernes 14 de febrero.


Se sentía húmedo, cálido, lleno de calor, impregnado de su aroma.


Drogándose a más no poder, el azabache se encontraba recogido a su lado, entrelazando sus piernas con las del moreno, apreciando su desnudez al tacto, pues mantenía sus ojos cerrados para percibir aún mejor el aroma del pecho del menor.


Allí estaba ese olor tan característico de Diego. El Light Blue de Dolce & Gabbana.


El contrario le acariciaba los mechones desordenados con delicadeza, admirando en cada caricia aquel cabello negro azabache que tanto le volvía loco. No podía creerlo, de verdad sentía estar en un sueño; cada vez que dormía con su novio, pensaba que solo era una mentira, una fantasía de su cabeza, pero cuando abría los ojos, se daba cuenta que era verdad, que lo tenía a su lado.


Mirándose mutuamente a los ojos, ambos rieron al notar su momento de intimidad. Recordarían fugazmente la noche anterior, los jadeos, los gemidos, el choque de sus pieles, la lujuria impregnada en la habitación, el deseo y la lascividad apoderándose de sus cuerpos.


Habían pasado una noche de locura, extasiándose del otro hasta quedar completamente satisfechos; y la mañana del catorce, se encontraban sonriéndose al otro de manera tímida, como si no le hubiesen entregado al otro hasta la parte más pequeña de sus cuerpos.


Ya era un nuevo día, juntos finalmente.


Cubiertos por delgadas sábanas blancas, Da Rey sintió su cuerpo llenarse de escalofríos al sentir nuevamente las cálidas manos del moreno tocar su piel. Acariciaba con ternura su nuca, bajaba por la espalda, tocando suavemente las líneas de su tatuaje, el cual se había vuelto a remarcar; finalmente sus manos se perdían en los glúteos del más pálido, acariciándolos con cierto salvajismo, demostrando el deseo que le provocaba.


Instintivamente, un pequeño jadeo salió por los labios del azabache, alertando al contrario, quien lo divisó temblar debido a sus caricias.


- Aférrate a mí, amor- Carraspeó el moreno, con su voz ronca de recién levantado.


El azabache se limitó a suspirar, completamente cachondo al escuchar la voz de su novio de manera tan seductora. E, instintivamente, subió los brazos a la altura del cuello del contrario, para así pegarse contra él en un tierno abrazo. Sus dedos, los cuales ahora tenía cubiertos de tatuajes, se entrelazaría tras la nuca de Diego, aferrándose así a él, mientras elevaba una de sus piernas a la altura de la cadera de su novio, para así invitarlo a entrar en él.


Rápidamente, Aquino captaría las intenciones de su chico, así que acercándose aún más a Da Rey, cogería rápidamente de la cómoda situado a un lado de su cama un pequeño frasco de plástico, el cual en su etiqueta detallaba a la perfección la palabra ''lubricante sensorial, sabor a chocolate''.


Untando su mano de aquel líquido viscoso, acercó poco a poco sus dedos a la entrada del chico, introduciendo con gran delicadeza su índice, para luego aproximarse con un segundo dedo, robándole diversos gemidos a Da Rey, quien se aferraba a su cuello con gran temblor, mientras su rostro se marcaba con un fuerte sonrojo color carmesí.

𝓦𝓮𝓷𝓷𝓮𝓼𝓼𝔂'𝓼 𝓓𝓪𝔂𝓼 |  𝓓𝓾𝔁𝓲𝓷𝓸 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora