''El desayuno está listo, lo puse en la isla de la cocina. Llegaré tarde; disfrute su día''.
Saliendo de su habitación, el azabache divisó un post-it pegado a su puerta. Leyéndolo, sonrió instintivamente, notando cómo su compañero se preocupaba por él.
Desde que Da Rey confesó su mal desenvolvimiento en la cocina, Aquino procuraba siempre prepararle sus desayunos, almuerzos y cenas, y el más bajo lo agradecía.
Como aún tenía tiempo para su clase, aprovechó su mañana para organizar la casa, limpiarla y hacer demás tareas domésticas. Ocupado en sus oficios, escucharía el timbre de la entrada sonar, retumbando entre todo el silencio que dominaba el ambiente. Aproximándose al incio, abre la puerta, para así recibir la visita.
Atónito, divisa a la persona que tocaba el timbre.
- Buen día, joven Da Rey.- Habló la señora de cabellos largos y oscuros, usando sus características gafas violetas.- ¿Dieguito está por aquí?
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Instantáneamente la llevaba al buzón de voz cuando intentaba llamar al moreno.
Suspirando y quejándose para sus adentros, siguió caminando por la universidad, perdiéndose entre las instalaciones.
Abril se sentía nostálgica en aquel lugar, recordaba cuando jugaba con los chicos, limitándose a apreciar el internado desde afuera, pues anteriormente tenían estrictamente prohibido entrar a la universidad. Veía a las personas pasear por el campus, totalmente ajenas a su historia y a sus problemas, lo que le hacía reír, sintiendo a la multitud como pequeños ingénuos privados de la verdad.
Divisando a lo lejos, notó al moreno caminar, absorto en su celular.
- Desgraciado...- Susurró la chica, molestándose porque el otro le haya ignorado las llamadas.
Corriendo en su dirección, lo asusta; Diego exaltado, le pregunta a la chica qué hacía por Wennessy.
- Te venía a visitar. ¿No puedo?
- No aquí adentro- Exclamó Diego, un tanto irritado.
- ¿Por qué tan molesto?- Preguntó la chica.
- No estoy molesto- Contestó.- Solo no me gusta que venga acá.
Rodando los ojos, Abril se limitó a guardar silencio, reacia a entrar en conflicto. Los chicos entraron en conversación, mientras marcaban camino a la biblioteca, pues Diego tenía que realizar ciertas tareas.
Llegando al local, entraron, quedándose impresionados por el nivel de elegancia que portaba la biblioteca. Estaba llena de libros, evidentemente; decorada con grandes pasillos de estanterías las cuales medían como mínimo, tres metros. El edificio tenía aproximadamente tres plantas, y hasta escaleras mecánicas para subir y bajas por los pisos. Los muchachos no estaban conscientes del gran dinero invertido en la universidad, ni se percataban de los privilegios que gozaban los estudiantes al estudiar allí.
Instalándose en la segunda planta, se fueron a una zona de estudio, donde habían grandes mesas para sentarse y leer, aunque en el fondo se localizaban diversos escritorios con ordenadores públicos, para investigar en internet. Sentándose uno al lado del otro, se sientan en una mesa larga, la cual estaba completamente sola.
- ¿Cómo ha estado?- Preguntó Diego a la contraria.
- Pues, bien; Arreglando las cosas para irme; me voy el domingo.
- ¿El catorce?
- Sí. ¿Acaso me querías invitar a una cita o algo?- Burló Abril.
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𝓦𝓮𝓷𝓷𝓮𝓼𝓼𝔂'𝓼 𝓓𝓪𝔂𝓼 | 𝓓𝓾𝔁𝓲𝓷𝓸 (En edición)
RomanceInstituto universitario Wennesy A., febrero 2021. Diego Aquino, en busca de un gran quizás. Da Rey, en busca de ... Dos chicos de visiones y pensamientos diferentes, la vida los jodería una y otra vez. ¿Qué pasará con ellos?