13. Hogar...

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                                                                     ||| AVISO |||


- El siguiente capítulo tendrás escenas gráficas de abuso de sustancias alcohólicas, además de escenas de violencia física y verbal.


- Se abordará temas referente a las enfermedades mentales y el deterioro de la salud emocional, por favor, tenga cuidado a leer.


- Las experiencias vividas por los personajes de esta historia son completamente ficticias, no se apoyan sus acciones y mucho menos se promueve su manera de actuar o pensar.


- A partir de este capítulo en adelante se narrarán eventos del pasado, por lo que procuraré no confundirlo al momento de leer, ya que se harán algunos saltos hacia el presente.


- Por último, los capítulos serán más cortos, para aliviar su lectura y no sobresaturarlo de información.


 Lea con absoluta discreción. 

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Maldita sea, eso no se lo esperaba para nada.


no esperaba encontrarse con Andrés en ese centro comercial. Tampoco creía que en tan solo un par de minutos lo vería de nuevo.


Bajándose del carro, divisó el muelle. Había ido a una playa de la capital, para encontrarse con el pelirrojo. El clima era muy fresco, el sol brillaba en el punto más alto del cielo, el mar rompía contra las rocas de la orilla, y sentía el olor de la arena acariciar sus fosas nasales. Girando en dirección al carro, observó al moreno, piloteando con gran seguridad el volante, quien le dedicaba una tierna mirada.


- Por favor, no dude en llamarme si necesita algo- Explicó Diego, sin querer soltar la manga del polo de su amigo.


- Está bien. Gracias por todo, Diego- Agradeció el azabache, muriendo por un abrazo del contrario.


- Lo vendré a buscar a las ocho; llámeme cuando esté listo- Añadió.


- Está bien- Repitió el azabache.- Ten linda tarde, gracias...


- Usted igual...- Finalizó el castaño oscuro, soltando a regañadientes al contrario.


Sabía todo, conocía toda la historia de Da Rey. Esa misma tarde cuando despidieron a Abril, Da Rey le contó al moreno, entre llantos, toda su vida en la costa, su familia y su primer amor, Andrés. Entendía exactamente por todo lo que estaba pasando en ese momento, solo quería protegerlo y quedarse con él hasta el último momento, pero también comprendía que tenía que reunirse una vez más con el pelirrojo, y así poder encontrar paz entre su pasado y su presente.

Diego, notando cómo algunas lágrimas se resbalaban por su mejilla, vio por última vez a Da Rey por el retrovisor, mientras se marchaba hacia la carretera para perderse entre los carros.

   Por su parte, Da Rey se quedó allí parado en la vereda, notando cómo el moreno se iba poco a poco, sintiendo un gran vacío en el ambiente. Con las manos temblorosas, volteó en dirección al muelle, notando nuevamente aquel hermoso panorama. Veía a las gaviotas volar por el cielo. 


Era una completa maravilla.


Caminando entre las personas que paseaban por el lugar, pisó los tablones de madera del muelle, provocando un rechinar gracioso al caminar, sacándole una ligera sonrisa mientras veía en dirección al suelo.

   Pero, alzando la mirada, vería a lo lejos, muy al fondo, al pelirrojo apoyado en el barandal del muelle, apreciando el horizonte, justo donde el mar y el cielo se conectaban para simular ser uno mismo.


Acercándose con gran sigilo, su temblor se fue acentuando cada vez más, provocándole caminar con cierta torpeza, haciendo a su vez que su corazón casi saliera explotado de su pecho, generándole un gran mareo en su cabeza, notando grandes pulsaciones en sus sienes. Tomando un poco de aire, inhalando y exhalando como si padeciera de hiperventilación, se dirigió hacia el más alto.

𝓦𝓮𝓷𝓷𝓮𝓼𝓼𝔂'𝓼 𝓓𝓪𝔂𝓼 |  𝓓𝓾𝔁𝓲𝓷𝓸 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora