|CAPÍTULO 10|

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Al final decidí que lo mejor sería llamar a Jared por ayuda. El apareció diez minutos después en la puerta, acompañado de una muchacha muy alta y de profundos ojos castaños. Se presento a sí misma como Sarah y congeniamos rápidamente. Ella y Jared eran novios desde hace un par de meses; se habían conocido gracias a Milo, ya que él y Sarah eran algo así como primos segundos—O algo parecido—.
Mientras Jared seguía arriba junto con Milo, nosotras seguíamos hablando de cosas sin sentido alguno. Realmente podría asegurar que ella y Hanna se llevarían demasiado bien. Tendríamos que averiguarlo pronto.

-Así que dime, ¿qué se siente ser la niñera de tiempo completo de Milo, eh? -Pregunto ella muy interesada. Yo forcé una sonrisa.

-No soy su niñera de tiempo completo -Respondí, aunque no era del todo cierto. 

-Solo estoy con él hasta la tarde... ¡Oye! ¡Yo no soy su niñera!

Sarah comenzó a reír. Era una risa melodiosa, que solamente me hacía sentir más culpable por mentirle. Yo era la niñera de Milo, nos gustará o no.

-Vale, perdón -Dijo levantando los brazos levemente, en son de paz. Sonreí. 

-No quise decir eso, solo, uh. ¿No te desespera?

-«Totalmente» pensé. 

- ¿A qué te refieres? -Pregunte inocente.

-Bueno, lo conozco desde toda mi vida, y él es una persona muy difícil. Sabes, antes del accidente, él solía ir a todos lados, acompañado por mujeres y fumando y tomando sin control.

Casi me ahogo. 

-¿Qué? ¿El fuma y toma? «¿Y es un mujeriego?».

-Ya no. Bueno, no lo sé -Confeso ella. 

-Antes lo hacía, pero ahora... no, no lo creo. El ha cambiado bastante. Aunque sigue siendo el mismo arrogante de siempre.

-Te entiendo -Le dije, brindándole una sonrisa.

Sarah abrió la boca para decir algo más, pero rápidamente fue interrumpida por los dos chicos, que iban bajando las escaleras. Milo apoyado en Jared, por supuesto. La visión me recordó a los bailes de graduaciones, en los cuales los chicos esperan a las chicas a que salgan de sus cuartos y bajen de las escaleras para ponerles la flor en la mano. Solo que aquí era al revés, chicos por chicas y sin ninguna flor.

Jared tomo la mano de Sarah y le beso lentamente. Yo me sonroje.

-Oh, vamos. No le den un espectáculo a Amelia, ¿está bien? Jared, puedo oír tus gemidos a kilómetros Milo dijo con tono irritado. Sarah lo golpeo en el hombro y Jared rodó los ojos.

Me aclaré la garganta. 

-Bueno, se hace tarde, ¿no? Deberíamos de irnos ya-—Dije para romper la tensión imaginaria que se acumulaba alrededor de mi. Los tres asintieron y en poco tiempo nos vimos apretujados los cuatro en el viejo auto descapotado de Jared. Me senté en el asiento trasero junto con Milo, con nuestras rodillas y hombros rozándose. Me sentía nerviosa.

-¿A dónde vamos, Jared? -Pregunto Milo mientras rascaba su cabeza y miraba hacia el cielo. Literalmente.

-Ya verás -Dijo él, visiblemente animado y sin percatarse del silencio incomodo que creo con su comentario. Sarah lo fulmino con la mirada y de pronto pareció reaccionar. 

-Oh, perdón yo...

-Ahórratelo -Contesto Milo con tono frío y molesto.

Valla, y este parecía ser un día muy bueno. Media hora después, Jared estaciono el coche en frente de un gran parque verde. Era uno de esos días en los que la feria ambulante andaba por aquí, así que decidimos aprovecharlo al máximo. Sarah se llevo a Milo a comprar un par de entradas, mientras yo me quede con Jared a solas.

-Milo está muy molesto conmigo, ¿verdad? -Pregunto, con una especie de curiosidad y tristeza en su tono de voz. Le respondí.

-Sinceramente, no lo sé. A penas lo he tratado tres días. Uno, si cuentas que desde hoy nos empezamos a llevar "bien" -Le dije, intentando suavizar las cosas. Rápidamente añadí

- Además, no creo que este enojado contigo. Es decir, eres tú su mejor amigo, ¿no? -El asintió.

- Desde que lo conocí se ha comportado así conmigo, así que no te preocupes.

-Oh claro, me di cuenta el día en que nos conocimos los tres -El dijo. Imágenes de su trasero mojado sobre mi cara cobraron vida. Oh Dios No.

-Sí. Como olvidarlo -Levante una ceja hacía él y solo se carcajeo. Después dijo algo que no entendí.

-Oye, qué te parece si yo me voy con Sarah por ahí y tú te quedas con Milo, ¿eh? Pareja y pareja. Aprovechemos que Milo no quiere hablar conmigo 

-Me dio un ligero codazo y me sonroje.

-Como quieras -Le dije, brindándole una sonrisa.

-Bien, entonces, vayamos a buscarlos, ¿vale?

-Vale.

CORAZÓN CIEGO/MILO MANHEIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora