|CAPÍTULO 50|

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No me di cuenta de que estaba dormida hasta que finalmente me levante. De nuevo me dolía la cabeza, y tal vez aún más, ya que estaba segura de haber dormido más horas de las necesarias. Esta vez, no esperaron a que estuviera completamente despierta para perturbar mi paz.

-Se está despertando. -Oí un murmullo familiar, que se quedo flotando en el aire. Pestañee un par de veces para dejar que mi visión se acostumbrará a la luz, y con asombro pude ver a mi madre y a mi padre; Los dos con los ojos hinchados y ropas arrugadas. Tal vez estaba soñando.

Soporte mi peso con los hombros y me moví hacía atrás, golpeando mi cabeza contra la cabecera de metal y gimiendo por lo bajo. Se acercaron rápidamente y nunca espere lo que estuvieron a punto de hacer; Mamá comenzó a llorar y papá a abrazarme. Aún en estado de shock, le devolví el abrazo mientras veía a mi madre llorar.

-Es mejor que los deje solos -Anunció ella, acercándome para darme un beso en la frente. Yo no me moví, ni dije nada y solo espere a que cerrara la puerta tras de ella.

- ¿Qué estás haciendo aquí? -Le pregunte, mirando fijamente sus ojos pardos, que estaban rodeados por arrugas que se habían ido juntando con los años. El frunció el ceño e hizo una mueca con la boca. Se podía notar que estaba nervioso.

-Hija, yo... Yo no tengo idea de que fue lo que tu madre te conto, pero...

- ¿Ahora no tienes idea? - Gruñí, alzando la voz

- ¿Por qué, papá? ¿Por qué te empeñaste a destruir lo poco que teníamos? ¿Por qué mentiste todo este tiempo? ¡Simplemente no puedo entenderlo!

Él me interrumpió, con la mandíbula dura, sin imitar mi tono de voz

- Estoy totalmente de acuerdo en que me odies por pensar que yo engañe a tu madre. Si fuera tú yo haría lo mismo...

-Que cínico -Añadí, restregándolo en su cara.

-Alto ahí; Déjame terminar -Se sentó a mi lado, sobre la cama. Intente alejarme lo más que podía de él, pero me fue imposible

- Solamente que todo lo que tu madre te conto sobre mí fue una completa mentira. Yo no me estuve viendo con nadie y tampoco lo hago ahora. Las amo demasiado; Yo no sería capaz de cometer un acto semejante.

Sentí a mis ojos llenarse de lágrimas y no sabía cómo reaccionar. Este último mes, técnicamente lo había sobrellevado a base de mentiras. ¿Cómo es posible que no me hubiera dado cuenta antes? Y ahora, no tenía idea que me frustraba más; Las mentiras de mi madre o mi ingenuidad para creerle todo lo que decía. Que tonterías.
Parpadee, dejando que las lágrimas corrieran.

- Entonces, ¿por qué desapareciste? ¿Y porqué mi madre dijo todas esas cosas de ti? ¿Por qué invento todo?

El volvió a fruncir el ceño y pasó una mano por su cabello marrón. Después coloco una mano sobre mi pierna y comenzó a hablar pausadamente. 

-Tu sabes que con lo de tu abuela a mi me era imposible dormir a gusto. Sabes perfectamente que no estamos en buenos términos y nunca lo estaremos. Así que, el día que le anuncie a tu madre que no iría con ustedes a visitar a tu abuela, ella se enojo mucho conmigo, y me obligo a ir con Richard—Un compañero de trabajo—, para dormir. Así que eso hice. Me acomode en su casa y pase la noche con él. Pero entonces tu madre se entero de donde me había hospedado y me visito al día siguiente. Solamente que confundió las cosas al ver que una chica visitaba el departamento, así que ella enloqueció. Me armo un escándalo y me aventó mis pertenencias en la cara. Nunca me dio tiempo de explicarle que aquella mujer era la novia de Richard, e iba a visitarlo a él; No a mí.
Intente comunicarme contigo, pero supongo que habías cambiado de número telefónico. Iba a casa y tu madre, ebria, no me dejaba pasar. Me decía que ni ella ni tu querían volver a verme en su vida. Así que le creí, y al cabo de una semana, deje de intentarlo. Lo siento mucho si te provoque algunos malestares. Si te hice sentir desdichada; Nunca fue mi plan. Solo necesito que me perdones. Por favor.

Yo estaba llorando. Asentí y me acerque a él, abrazándolo. Fui tan tonta como para haber creído toda esa basura, y él había pagado todo el precio. Papá beso mi coronilla y me separe de él

-Te quiero mucho, papá.
El sonrió levemente. 

-También yo, hija... Y por favor, no culpes a tu madre. Cualquiera hubiera reaccionado igual. Ella ya se disculpo conmigo y en cuanto volvamos a casa todo volverá a ser cuanto antes. Estoy seguro de que te darán de alta hoy mismo. Dejaré que descanses en el hotel donde nos hospedamos y mañana volveremos a West Hollywood...

- ¿Seguimos en Maine? -Pregunte. El asintió y añadió. 

-Te hospitalizaron en el hospital de Norway...

-Claro - Recordé todo de golpe. 

-¿Y Milo? -Pregunte.

Papá rió y se levanto de la cama. 

-Ya he tenido el gusto de conocerlo. Es tu novio ¿Eh? Me cae bien.

-¡Papá! - Chille mientras sentía caliente mis mejillas. El rió más fuerte.

-Ha estado preguntando mucho por ti. ¿Me creerías si te dijera que ha estado durmiendo en ese sillón - Señalo un sillón a un lado de la cama

- Durante toda la semana? Solo se ha despegado cuando entran a visitarte. Así como yo. Así que ahora saldré y dejaré que él entre. ¿Está bien?

Asentí, nerviosa. Él salió rápidamente y me senté recta. Comencé a morder el meñique derecho y espere paciente, observando el reloj. Un segundo, dos segundos, tres segundos... Que tardado. Mi paciencia se agota. ¿Por qué no aparece de una buena vez?... 

CORAZÓN CIEGO/MILO MANHEIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora