- ¡No puedo creer que realmente estudies en Princeton! -Chille de felicidad mientras dirigía una sonrisa sincera hacia Jack, que permanecía sentado junto a mí en el asiento trasero de la camioneta de Camryn. El solamente se rio.
-Seremos compañeros por lo menos durante un año. Tienes suerte de conocer a alguien con experiencia. Prometo no dejar que te pierdas en ningún rincón oscuro del instituto... A menos de que te este yo acompañando, claro.
3
Escuche a Milo bufar en el asiento delantero al mío. Suprimí una risita al instante que Jack se acercó más a mí, costado con costado.
-Y bueno, ¿Qué dices? -Pregunto el mientras susurraba en mi oído. Me sonroje y el continuo
-¿quieres compartir la cabaña conmigo?
-Es suficiente, Jack- Escupió Milo, girando su cabeza para enfrentarlo. Líneas gruesas surcaban su ahora pálida frente, perlada por pequeñas gotas de sudor. Lila, a su lado, ladeo un poco su pequeña cabeza rubia y bostezo alzando los brazos y rozándolos con Milo. Él no se alejo.
Jack pareció perplejo.
-¿Qué tiene de malo, hermano?
-Exactamente. No tiene nada de malo -añadí yo mientras miraba con envidia como Lila se apoyaba en Milo, medio dormida.
-Es decir, tú dormirás en la misma cabaña que tu noviecita, ¿no? ¿O acaso querías que durmiera en medio de los dos?
Milo apretó la punta de su nariz y contuvo el aliento, notablemente, su paciencia se agotaba. Decidí ignorarlo y me gire de nuevo hacia Jack.
-Me encantaría compartir la cabaña contigo - Hable con voz seductora. Jack sonrió aún más, con una leve chispa de perversión en sus ojos. Quise reírme, y no sabía si por el nerviosismo o por que más. Milo volvió a bufar y se giró, dándonos la espalda. Fruncí los labios.
Había pasado casi un día entero desde que salimos de la mansión, y nos hubiera llevado mucho menos tiempo si no hubiera sido a causa de la súper modelo—que más bien era súper irritante—. Tomamos un avión que llevaba directamente hacía Portland, en Maine y como era de esperarse, Lila fue perseguida por los fotógrafos a donde quiera que iba. Y eso nos incluía a nosotros. Por lo que el intentar escabullirnos era algo demasiado, demasiado difícil. Después de eso, Camryn comenzó a hacer un desastre con su celular y en minutos, dos camionetas gigantes nos llevaban hacía las afueras, a una ciudad llamada Norway—si, como Noruega—, donde se encontraba el lago con el mismo nombre. Ahí sería donde pasaríamos la siguiente semana, conviviendo los unos con los otros, y con suerte, evitando el estrangular a Lila y a Milo.
Las afueras de Norway eran realmente encantadoras. Las carreteras permanecían enjauladas entre el inmenso bosque de coníferas verde y las flores amarillas que destacaban en los límites, enredadas entre la hiedra.
Cerré mis ojos, apretando la frente contra el frio cristal polarizado. Todos se encontraban dormidos, menos el conductor, por supuesto.
Imagine que no estaba enojada con Milo, que él no tenía otra novia. Que él no me había mentido. Hubiera sido realmente romántico el haber pasado una semana junta, alejada de la realidad en este precioso lugar. De pronto me pareció mala idea el haber accedido a venir con ellos hacia aquí, pero no podía hacer nada, este era mi trabajo.Era como si cualquier cosa que supiera de él, fuera una completa mentira. Ni siquiera lo conocía demasiado como para saber si realmente actuaba a mí alrededor, y cuando yo no estaba. El solo se desprendía de esa mascara que asfixiaba su rostro.
No le di importancia a las lágrimas que recorrían mis mejillas sonrojadas. Me alegre de que nadie pudiera notar lo mal que me sentía.
ESTÁS LEYENDO
CORAZÓN CIEGO/MILO MANHEIM
Novela JuvenilAmelia una chica que está decidida a encontrar un trabajo de verano por falta de dinero.... En la búsqueda de periódicos tras periódicos encuentra un trabajo de niñera, pero no es un trabajo cualquiera ya que tendrá que cuidar a alguien que tiene su...