[ 1 ] - Sombra.

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Las vacaciones llegaron tras el exitoso cierre de la temporada 2023, donde tanto Oscar como Lando, los pilotos de McLaren, cosecharon un desempeño excepcional en las pistas. Aunque fuera de la competición eran polos opuestos, esta disparidad solo fortaleció la gran amistad que habían forjado. La complicidad entre Oscar y Lando trascendía los límites de la pista, revelando una conexión única entre dos personalidades aparentemente dispares.

En la serena atmósfera nocturna de un hotel con piscina, Oscar y Lando compartían momentos de tranquilidad después de haber disfrutado de una deliciosa cena. El cansancio del día apenas se percibía, eclipsado por la alegría de estar juntos. Las risas resonaban en el aire mientras, entre charlas relajadas, dejaban que la calidez de la amistad envolviera el ambiente. Aunque el agotamiento se hacía presente, la compañía mutua llenaba esos momentos con una sensación reconfortante, convirtiendo ese instante en un recuerdo imborrable de su conexión única.

- ¡Oscaaar! - Gritó Lando mientras salía del agua para apoyarse en el borde, en donde se encontraba su compañero australiano con los pies dentro. - ¿La estás pasando bien?
- Claro, estás tú. - Dijo sonriendo - Además, nadie puede molestarnos.
- A veces, sacas tu lado amoroso. - Lando reía mientras se acomodaba los rulos en su pelo.
- Aprecialo, no pasa siempr...

Sin dejar que Oscar termine la frase, Lando se sumergió y tiró a Oscar dentro del agua, haciendo que salpiquen todo. Ambos vestían sutilmente el espíritu informal de las vacaciones: Oscar con unos shorts deportivos y una camiseta ligera, mientras que Lando optaba por unos llamativos bañadores y no contaba con una camiseta puesta, dejando ver su cuerpo mojado. La piscina, rodeada por suaves luces de ambiente, ofrecía una vista cautivadora con sus aguas tranquilas y cristalinas.

El chapoteo resonaba en la noche, y las risas llenaban el espacio despejado alrededor de la piscina. La escena era casi mágica, iluminada por la complicidad entre los dos pilotos. No había nadie más alrededor, lo que les permitía disfrutar de este momento sin restricciones ni miradas curiosas. La ausencia de testigos agregaba un toque de intimidad a la atmósfera, creando un refugio temporal donde podían relajarse y ser ellos mismos fuera de la pista.

- ¡Lando! - Oscar dijo a penas salió del agua, intentando restregarse los ojos con las manos mojadas. - No... lo puedo creer.
- Quizás nadie puede molestarnos, pero yo puedo molestarte a ti... ¿Eh? - El británico reía mientras veía a su compañero, ahora todo mojado.
- Quizás un chapuzon no venía mal, pero nunca me vas a molestar.

Lando quedó perplejo, Oscar a veces era brutalmente honesto y parecía muy serio, realmente confió en sus palabras y dejó sus pensamientos malos irse.
Pero lo que Lando no reveló en ese momento fue que, a pesar de su aparente seguridad, tenía sus propias inseguridades. A menudo, se obsesionaba con la idea de no ser el mejor, de no poder superarse a sí mismo en cada carrera. Esta presión lo perseguía incluso en momentos relajados como aquel en la piscina. A veces, la voz interior le decía que podía aburrir a los demás con sus preocupaciones y que, a pesar de sus logros, siempre había algo más por lo que debía esforzarse.
La conversación previa resonaba en su mente, recordando la risa amigable de Oscar y sus palabras reconfortantes. Sin embargo, esa chispa de inseguridad persistía, como una sombra sutil que lo acompañaba. A pesar de la camaradería y la diversión, Lando lidiaba con sus propios demonios internos, temiendo no estar a la altura de las expectativas, incluso las suyas propias.

- Estoy congelandome, la verdad.
Lando rió - Yo también, nos vamos a volver cubos de hielo si no salimos del agua.
- Vamos a la habitación, podríamos hacer algo divertido antes de dormir... - Decía Piastri, ya fuera, secándose con una toalla.
- Ah, mañana van a venir Carlos y Charles, supuse que sería divertido. - Lando tomaba sus cosas mojado, poniéndose cerca de su compañero.
- Claro, no veo el problema, te dejo las cosas divertidas a ti... - Sonrió el rubio, caminando hacía su habitación.
- No me dejes solo, no puedo ser el divertido siempre... - Subió con Oscar al elevador - ¿Qué podríamos hacer ahora?
- No lo sé, lo que te sienta más cómodo...

Inefable. - Lando Norris & Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora