[ 2 ] - El regalo.

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Ya luego de haber desayunado, Lando se recostaba en el hotel, solo en su habitación. Vestía unos cómodos pantalones cortos y una camiseta, contrastando con la ausencia de Piastri, cuya presencia solía ser un componente esencial de la camaradería que compartían.
Mientras Lando estaba recostado con su celular, escuchando música después de una ducha que no resultó tan relajante como esperaba debido a la preocupación por Oscar. Este último había desaparecido, y sus mensajes quedaban sin respuesta desde que se levantó temprano. La incertidumbre se apoderaba de los pensamientos de Lando, mezclando la preocupación con una pizca de frustración.

Se preguntaba por qué su amigo se había alejado de repente. Cada mensaje no contestado amplificaba su intranquilidad, y los minutos transcurrían con una lentitud agónica. Lando sopesaba entre la necesidad de darle espacio a Oscar y la inquietud por no saber qué estaba sucediendo. La música que antes resonaba con alegría ahora parecía melancólica, reflejando el estado de ánimo de Lando en ese momento de incertidumbre.

Ya estaban viajando Charles y Carlos al hotel para quedarse juntos un tiempo, pero él, Piastri, había desaparecido, y volvieron los pensamientos negativos a la mente de Lando.
Preguntándose si había hecho algo mal, si Piastri se había enojado o si algo estaba mal entre ellos, esas inquietudes acosaban a Norris, sin darle paz. Mientras la espera se volvía cada vez más agónica, Lando se esforzaba por encontrar respuestas a sus preguntas no formuladas.

El hotel que antes resonaba con la promesa de planes divertidos ahora se sentía envuelto en una atmósfera cargada. La ansiedad de Lando contrastaba con la alegría que Charles y Carlos traerían al lugar. Lando, con la música como compañía, esperaba pacientemente, pero la incertidumbre persistente nublaba sus pensamientos, eclipsando momentáneamente los emocionantes planes que había imaginado compartir con sus amigos.

Charles y Carlos pasaron por la puerta de la habitación de Lando, y este se sobresaltó, ya que solo tienen 2 llaves para la habitación: la suya y la de Oscar. Saltó de la cama, emocionado y algo asustado por el inesperado encuentro. Vestía una camiseta y pantalones cortos, reflejando la casualidad de la situación.
Con una sonrisa en el rostro, Lando fue a saludar a sus amigos de Ferrari. La relación entre ellos era más que colegas; era una amistad genuina. Con Carlos, especialmente, compartía una conexión especial por haber sido compañeros en el pasado. El saludo fue cálido y animado, como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez que compartieron el mismo equipo.

Carlos y Charles también se llevaban excepcionalmente bien. La dinámica entre ellos tres creaba un ambiente relajado y amigable en el hotel. Charles, por su parte, solía estar más alrededor de Oscar, dados los vínculos de amistad entre Piastri y Arthur Leclerc de la época de la Fórmula 2.
A pesar del susto inicial, la visita inesperada de Charles y Carlos resultó ser una agradable sorpresa.

- ¡Dios! - Norris, luego de haber saludado se tomó el pecho intentando calmarse - ¿Cómo se les ocurre entrar así?
- ¿Cuál es el problema? - Respondió Carlos entre risas.
- Solo hay dos llaves... ¿De dónde sacaron esa?
Charles sorprendido, mientras se cruzaba de brazos, acotó - ¿No te avisó Oscar?
- ¿Qué se supone que me tenía que avisar? Hace 4 horas que lo estoy llenando de mensajes y no me contesta.
- Él nos dejó la llave de la habitación, mientras estaba ocupado.

Charles y Carlos evitaron decir una palabra con respecto a Oscar mientras se miraban mutuamente.
Claramente, Lando se recompuso y tomó un puesto serio. Nadie le contaba nada, así que solo puso los ojos en blanco.

- Oscar estaba con Lily, no sé cuál es el problema en decirlo en voz alta, tiene novia y estaba con ella... ¿Cuál es el drama? - Charles trató de explicar, pero Lando, visiblemente molesto, cortó la frase con determinación.
- Ella no debería estar con él, no hay ningún drama, Charles.

Inefable. - Lando Norris & Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora