[ 15 ] - Comienzo de temporada. (Bahrain)

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La temporada 2024 de la Fórmula 1 comenzó con gran expectación en Bahrain Sakhir. Oscar Piastri y Lando Norris, a pesar de sus sentimientos compartidos, mantenían su relación en secreto, conscientes de la atención mediática que rodea a la F1.

El paddock estaba lleno de emociones y anticipación. Los equipos presentaron sus innovaciones, los pilotos se prepararon mentalmente para la competencia y los aficionados esperaban ansiosos el rugido de los motores.

Oscar y Lando compartieron la tensión previa a la carrera, sus miradas cómplices y sonrisas ocultas bajo los cascos denotaban la complicidad que compartían. Sin embargo, mantenían las apariencias frente a los demás equipos y medios de comunicación, esforzándose por ocultar la naturaleza más íntima de su relación. Se mantuvieron muy lejos del otro al principio pero no pudieron aguantarse, hacían casi todo lo que podían juntos y se hacían comentarios sobre todo lo que pasaba.

La clasificación llegó, y ambos pilotos brillaron en la pista. Oscar se destacó con un rendimiento impresionante, asegurando una posición prominente en la parrilla, un cuarto lugar. Lando también destacó, mostrando la habilidad y determinación que le caracterizaban, un increíble segundo lugar.
Los Mclaren volaban y se veían increíbles, además de que el auto era impresionante, los pilotos estaban en su mejor momento emocionalmente.

La mañana de la carrera llegó con un sol brillante en el cielo. Los corazones latían fuerte, tanto en los garajes de McLaren como en el de los aficionados. La bandera verde ondeó, y la emoción inundó el circuito de Sakhir.

Oscar y Lando manejaron con habilidad y estrategia, manteniéndose cerca uno del otro, pero sin mostrar signos de preferencia especial por el otro. Cada adelantamiento, cada maniobra, era estudiada y calculada para mantener su secreto intacto.

A mitad de carrera, un incidente en la pista provocó la entrada del coche de seguridad. Fue en ese momento de pausa que Lando y Oscar pudieron compartir algunas palabras rápidas a través de sus radios, compartiendo ánimos y tácticas sin revelar la verdadera naturaleza de su conexión.
Eran palabras encubiertas de amor y compañerismo, preocupándose por el otro y perfeccionando las tácticas que arreglaron.

La última vuelta se acercaba, y la tensión aumentaba. Los dos pilotos, decididos a dar lo mejor de sí mismos, cruzaron la línea de meta en posiciones destacadas. Oscar subió al podio en un perfecto segundo lugar detrás de Verstappen, mostrando su trofeo con una sonrisa.
Lando, no muy lejos, celebró su propia victoria personal en un cuarto puesto.

La rueda de prensa posterior a la carrera presentó a los dos pilotos manteniendo una actitud profesional, ocultando hábilmente las chispas de su conexión más profunda.

Tras la celebración en el podio en Bahrain Sakhir, Oscar y Lando se retiraron a una zona más tranquila del paddock, alejados de los focos y las cámaras. La euforia del podio aún flotaba en el aire, pero ahora tenían un momento para ellos, lejos de las miradas curiosas.

Lando, con una sonrisa que irradiaba admiración genuina, felicitó a Oscar por su destacada actuación en la carrera — Oscar, fue increíble verte en el podio. Estuviste asombroso — expresó, aunque con un toque de humor agregó — Estás más cerca de ganar que yo.

Oscar rió suavemente y le dio una palmada en el hombro a Lando — No pienses en eso, amigo. Estoy feliz de verte correr, y este podio significa mucho para ambos.

Sus miradas cómplices reflejaban la conexión que compartían, una conexión que iba más allá de las pistas.

Lando, más serio pero aún con una chispa juguetona en los ojos, se acercó y dijo — En serio, Oscar, anhelo esa victoria. Y sabes, cuando gane mi primera victoria, quiero darte algo especial.

La respuesta de Oscar fue sincera y afectuosa— No necesitas darme nada, Lando. Ver tu éxito en la pista es suficiente para mí.
Pero la expresión de Lando no cambiaba, y con una promesa solemne añadió — Pero escucha, cuando llegue el día, quiero darte algo, algo que recordemos siempre...
Oscar, intrigado, preguntó — ¿Qué podría ser tan especial?
Lando, con un brillo juguetón en los ojos, respondió — Un beso. En mi primera victoria, te daré un beso para festejar. ¿Qué te parece eso, Piastri?
Oscar sonrió y asintió con la cabeza — Eso sería increíble, Norris. Será un trato. Tu primer beso de victoria será para ambos.

Se abrazaron, sellando la promesa con la complicidad de quienes comparten algo más allá de la competición, algo que florecía en la intimidad de su relación.

La conversación tomó un giro más divertido y cómplice. Se sentaron en un rincón del paddock, alejados de las miradas curiosas, para planear su código secreto.

Lando, con una sonrisa traviesa, propuso — Oscar, necesitamos un código secreto para mandarnos mensajes de amor en medio de las carreras, algo que nadie más pueda descifrar.
Oscar rió y aceptó la idea — Es genial, pero, ¿Qué tipo de mensajes quieres mandar?

Lando, pensando en frases ingeniosas que relacionaran el automovilismo con su amor, sugirió — Por ejemplo, 'Te quiero' podría ser 'Estas curvas van a ser las favoritas de Piastri', ¿Qué te parece?

Oscar asintió, divertido por la propuesta — Buena elección. Entonces, 'Te extraño' podría ser... hmm, 'Todo se siente veloz'. ¿Y qué hay de 'Te voy a besar después de esto'?

Lando sonrió y respondió — Eso podría ser 'Después de la meta, nuestro propio podio nos espera'. ¿Cómo suena?

Ambos compartieron risas, disfrutando de la creación de su propio lenguaje secreto. Se sumergieron en la tarea, inventando frases ingeniosas que expresaban su amor de manera disfrazada bajo el contexto de las carreras.
Al final, tenían un código que solo ellos entendían. Mensajes de amor camuflados entre comentarios automovilísticos, una forma divertida de mantener viva su conexión incluso en medio de la competición.

— Oscar, a la noche hay una fiesta en una especie de barco... Hamilton me avisó y quiere juntar a todos los pilotos, será un buen ambiente. — Lando se acomodaba la gorra de McLaren que llevaba puesta.
— Claro, no soy fanático de esos ambientes pero iré si te parece una buena idea... — Oscar sonrió al ver a su compañero de equipo.
— ¡Sería genial! — Norris le guiñó sutilmente el ojo al australiano — Estarás a mi lado.

Después del vibrante día de carreras en Bahrain, Oscar y Lando se sumergieron en la vorágine de actividades post-carrera. El equipo estaba eufórico por el rendimiento del día, y ambos pilotos se sentían en la cima del mundo. Sus rostros reflejaban la satisfacción de un trabajo bien hecho, pero, más allá de la competición, compartían una conexión especial que daba brillo a su desempeño en la pista.

La mezcla de emociones en el paddock era palpable: alegría por el éxito del equipo, el entusiasmo de los fans y la satisfacción personal de los pilotos. Oscar y Lando se sumergieron en entrevistas, posaron para fotos con los aficionados y disfrutaron de la euforia que rodeaba su actuación.

A medida que avanzaban en sus quehaceres, ambos se dieron cuenta de que su desempeño no solo se debía al rendimiento del auto, sino también a la energía que compartían como pareja. Se apoyaban mutuamente, no solo como amantes, sino como amigos que compartían una pasión común por las carreras. La camaradería entre ellos se reflejaba en sus sonrisas compartidas y en las miradas cómplices que intercambiaban.

Después de la vorágine de eventos, encontraron un rincón tranquilo en el paddock. Sentados uno al lado del otro, compartieron anécdotas divertidas y reflexiones sobre la carrera. Se recordaron mutuamente que, independientemente de los resultados en la pista, su vínculo personal era lo que realmente hacía que cada experiencia fuera especial.

La conversación derivó hacia el código secreto que habían creado, y cada mensaje cifrado se convirtió en una chispa adicional de complicidad entre ellos. La emoción de haber compartido la experiencia en la pista se fusionó con la satisfacción de tener a alguien especial con quien compartir cada triunfo y desafío.

Ambos se sentían increíblemente motivados y satisfechos. No solo eran pilotos de élite, sino también compañeros que encontraban un sentido más profundo de significado y felicidad en su relación. Con el brillo del amor y la pasión por las carreras, Oscar y Lando sabían que la temporada apenas comenzaba, pero estaban listos para enfrentar juntos cada curva y recta que la vida les presentara.

Inefable. - Lando Norris & Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora