[ 11 ] - Desconexión

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A pesar de que habían pasado varios días desde la cena con los demás pilotos, la relación entre Lando y Oscar seguía en un limbo indefinido. Ambos compartían momentos juntos fuera del deporte, disfrutando de la compañía del otro en medio de sus agitadas agendas. La química entre ellos era innegable, y aunque no habían tocado el tema de definir qué eran, la conexión entre ambos era cada vez más fuerte.

Lando, en sus momentos de reflexión, se preguntaba qué significaba todo esto. Se cuestionaba si eran simplemente dos personas que se gustaban o si se limitaban a besarse por mera atracción física. La ambigüedad de su relación comenzaba a inquietarle, y aunque disfrutaba de cada instante que compartían, sentía la necesidad de entender mejor qué era lo que sentían el uno por el otro.

En sus encuentros, se besaban apasionadamente y compartían momentos íntimos, pero también disfrutaban de la simple compañía, a veces intercambiando tiernos gestos mientras realizaban actividades en solitario. La línea entre la amistad y algo más estaba difuminada, y ambos parecían estar cómodos en esa zona gris.

Mientras Lando se planteaba estas preguntas, Oscar, por su parte, tampoco tenía respuestas claras. Ambos estaban inmersos en una dinámica que les proporcionaba felicidad, pero no se atrevían a definir con palabras lo que compartían. La naturalidad con la que se desenvolvían juntos les impedía poner etiquetas a lo que tenían.

Norris, decidió llamar a Oscar para ver si se podían juntar a desayunar juntos, era temprano y sabía que Piastri estaba libre a esas horas.
Marcó y contestó a los segundos.

— ¡Oscaaaar! — Dijo mientras caminaba con el celular en la oreja, sonriendo.
— Landito, ¿Cómo estás? ¿Pasó algo? — Oscar se escuchó detrás de la línea, feliz.
— ¿Estás disponible para desayunar ahora? Podríamos ir a la cafetería que me dijiste ayer, la que era reservada.
— Claro, solo espérame unos minutos y estaré allí. — Oscar cambió de tono, como si hubiera pasado algo.
— ¿Interrumpo algo? Nos veremos después en la instalación para hablar sobre los cambios y teoría de los autos, podemos desayunar otro día.
— Claro que no, te quiero ver ahora y comer juntos ahora, no pasó nada. — Oscar sonrió del otro lado de la línea, mientras guardaba su billetera en el bolsillo del buzo para dirigirse hacia donde estaba yendo Lando. Aunque escuchó un silencio, esperaba la respuesta encantadora de Lando.
— ¿Podemos salir con otras personas? — Preguntó el británico en seco.

La pregunta de Lando resonó en la mente de Oscar como una sacudida inesperada. Una avalancha de emociones lo envolvió, y un temor repentino se apoderó de su pecho. La petición de salir con otras personas resonó de una manera que le resultó devastadora.

A pesar de que Oscar no era una persona insegura por naturaleza, la idea de que Lando quisiera explorar conexiones con diferentes personas lo hizo sentir un vértigo emocional. ¿Acaso Piastri no era suficiente para él? ¿Estaba siendo usado solo para satisfacer deseos momentáneos y luego ser descartado?

El pensamiento de que, después de compartir momentos íntimos y especiales, Lando buscara diversificar sus experiencias románticas fue un golpe para Oscar. Se imaginó a Norris, disfrutando de la compañía de otras personas, mientras él se quedaba atrás, utilizado y desplazado.

En esos microsegundos que siguieron a la pregunta, la mente de Oscar se llenó de dudas y temores. Revivió la sensación de haber sido herido anteriormente, recordando la situación con Lily y cómo esa experiencia lo dejó vulnerable y expuesto. La idea de que Lando pudiera tener intenciones similares lo hizo retroceder emocionalmente.

Se le hizo un nudo en el estómago al pensar que, quizás, su conexión con Lando no era tan significativa como él había creído. La vulnerabilidad que había compartido, los momentos de complicidad, todo parecía desvanecerse ante la posibilidad de que Lando quisiera explorar otros horizontes.

Sin embargo, a pesar de la turbulencia emocional, Oscar se mantuvo firme. No dejaría que sus miedos y temores dictaran sus decisiones. Aún así, la semilla de la inseguridad estaba sembrada, y la pregunta de Lando había abierto una grieta en la confianza que ambos habían construido. El camino por delante se presentaba incierto, y Oscar se encontraba en una encrucijada emocional, cuestionando la genuinidad y la profundidad de su conexión con Lando.

La llamada terminó abruptamente, dejando a Lando con una sensación de confusión y una pizca de inseguridad. Se detuvo en medio de la concurrida calle, con el teléfono en la mano y la pantalla iluminando su rostro pensativo. ¿Qué había pasado?

No había dicho nada malo, al menos no conscientemente, pero la rápida conclusión de la llamada hizo que los pensamientos de Lando comenzaran a dar vueltas en su cabeza. La inseguridad se apoderó de él, y una oleada de preguntas invadió su mente: ¿Estaba Oscar molesto? ¿Había dicho algo que lo hubiera herido sin darse cuenta?

Lando, preocupado, se sentía como un náufrago en medio de sus propios pensamientos. ¿Y si Oscar estaba con alguien más? La posibilidad de que Piastri estuviera compartiendo su tiempo con otra persona lo hizo sentir incómodo e inseguro acerca de la relación que compartían.

Quizás Norris había interrumpido algo importante, y esa idea comenzó a socavar su confianza. Quería pasar una agradable mañana junto a Oscar, pero ahora se sentía como un completo tonto, incapaz de entender lo que había salido mal. La inseguridad se apoderó de él, y Lando se quedó parado en la calle, preguntándose qué habría llevado a esa repentina desconexión y si sus propios miedos estaban distorsionando la realidad de su relación con Oscar.

Oscar, siendo consciente de sus emociones y deseando evitar malentendidos, no era alguien que buscaría hacer daño intencionalmente. Al terminar la llamada con Lando, se sintió abrumado y tomó la decisión de hablar abierta y honestamente sobre sus sentimientos antes de que los problemas crecieran y se convirtieran en una avalancha de malentendidos.

Reconociendo la importancia de la comunicación en cualquier relación, Oscar sabía que era fundamental abordar cualquier inquietud o confusión de manera directa y respetuosa. No quería que las dudas o preocupaciones se acumularan, ya que entendía que eso solo podría distanciarlos más.

Por lo tanto, antes de que la pequeña bola de nieve de malentendidos se transformara en algo más grande e incontrolable, Oscar estaba decidido a hablar las cosas, aclarar sus pensamientos y sentimientos, y tratar de comprender también el punto de vista de su compañero.

Inefable. - Lando Norris & Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora