[ 19 ] - "Desacuerdo."

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La jornada en Arabia Saudita avanzó hacia la clasificación con una mezcla de anticipación y nerviosismo en el equipo McLaren. Lando y Oscar, a pesar del inesperado encuentro con Logan, se enfocaron en el objetivo de conseguir una posición sólida en la parrilla de salida.

La atmósfera en el paddock estaba cargada de tensión mientras los pilotos se preparaban para enfrentar el desafío de la clasificación. Los autos de McLaren, con su distintivo color naranja, se alinearon en el box, listos para rugir con la máxima potencia en busca de un lugar destacado en la parrilla.

La sesión de clasificación comenzó, y cada vuelta se volvía más crucial. La adrenalina fluía mientras Lando y Oscar exprimían hasta la última gota de rendimiento de sus McLaren en la pista saudita. Los tiempos se registraban con precisión milimétrica, y la competencia entre los equipos era feroz.

Oscar, con su característico enfoque meticuloso, logró asegurar la sexta posición, una actuación sólida que prometía una buena posición de partida para la carrera. Lando, sin embargo, se destacó aún más, terminando en la cuarta posición, apenas a milésimas de segundo de asegurar el tercer lugar en la parrilla.

La emoción y la decepción se entrelazaron en el box de McLaren.

Oscar, satisfecho con su rendimiento, felicitó a Lando — ¡Casi lo tienes, amigo! Esa fue una clasificación increíble.
Lando, aunque con una ligera sombra de frustración, respondió con una sonrisa — La próxima vez, Piastri, es mejor que tú puedas encargarte de llegar al primer lugar con mi ayuda... ni siquiera puedo llegar al tercero.
El australiano lo miró a los ojos y automáticamente se le ruborizó la cara — Landito, no digas eso. Eres más que suficiente.

La noche caía sobre el circuito saudita, y el equipo McLaren se reunió para analizar los resultados de la clasificación.

Logan, siempre en el centro de la acción, se acercó con una risa — Bueno, chicos, al menos no tuvieron que fingir estar ebrios para conseguir salirse con la suya.
Lando, jugando con la broma de Logan, respondió — Esa táctica la dejamos para situaciones más desesperadas. Hoy no fue necesario.
Oscar, con una risa, agregó — Pero gracias por el ofrecimiento de ayuda, Logan. Parece que no la necesitamos esta vez.

La conversación continuó en un tono ligero, con el equipo compartiendo anécdotas del día y anticipando la carrera del día siguiente. Logan, en un gesto de apoyo, dijo — Chicos, en serio, estuvo genial verlos en acción hoy. Estoy seguro de que harán un espectáculo increíble en la carrera.

La euforia de la clasificación en Arabia Saudita dio paso a un giro inesperado de emociones. Después de alejarse del equipo y de todos, Lando Norris se encontró atrapado en una espiral de frustración. Las luces tenues del paddock resaltaban su rostro sombrío mientras caminaba en solitario, dejando atrás la celebración y la camaradería que solía caracterizar a McLaren.

Oscar Piastri, preocupado por la abrupta transformación de su compañero, se acercó con cautela — Landito, ¿Estás bien? — preguntó con tono suave.

Lando, visiblemente agitado, se volvió hacia Oscar con una mirada de ira — ¿Bien? ¿Crees que todo está bien después de esto? ¡No es suficiente, nunca es suficiente! — exclamó, su voz cargada de amargura.

Oscar, sorprendido por la intensidad de la reacción, intentó calmar las aguas — Lan, sabes que diste lo mejor de ti en la clasificación. Terminaste cuarto, ¡Eso es increíble!

La respuesta solo sirvió para avivar el fuego de la ira de Lando. — Increíble no es suficiente, Oscar. Siempre estoy ahí, al borde, pero nunca lo logro. Soy inferior, siempre inferior. — gritó con frustración.

Piastri, intentando entender la fuente de la angustia de Lando, dijo con empatía — Lan, no eres inferior. Eres un piloto increíble y cada día mejoras. Todos en el equipo lo ven.

Lando, sin embargo, parecía estar atrapado en sus propios pensamientos negativos. — ¡No lo entiendes, Oscar! Siempre me quedo corto. Todos, todos brillan, todos ganan. Yo siempre seré el segundo, el que nunca alcanza la victoria.

La tensión entre ellos aumentó cuando Lando, sintiendo la gravedad de sus palabras, se alejó del australiano — Déjame solo, Piastri... necesito procesarlo. — murmuró, apartando la mirada.

Oscar, sintiendo la impotencia de la situación, dejó que Lando se alejara temporalmente, sabiendo que las palabras no podían romper las barreras que la autocrítica había erigido en la mente de su compañero. Mientras tanto, el equipo McLaren observaba con preocupación desde lejos, desconcertados por el giro repentino de los acontecimientos.

El paddock de McLaren estaba sumido en un silencio tenso después del estallido de Lando. Oscar, aunque herido por las palabras de su compañero, sabía que necesitaba darle espacio. Decidió retirarse momentáneamente, esperando que la tormenta interna de Lando se disipara. Sin embargo, el dolor persistente en su pecho no pasó desapercibido.

Oscar, mientras caminaba hacia el box, repasó mentalmente la situación. La decisión de Lando de distanciarse había sido impulsiva, pero Oscar sabía que su compañero lidiaba con sus pensamientos.
Entró al box, donde el equipo se encontraba en plena actividad, preparando los autos para la próxima jornada.

Se acercó a su ingeniero, tratando de ocultar la preocupación — Oscar, ¿Cómo te sientes por la clasificación?

Oscar suspiró, desviando la mirada — Terminé sexto, Lando cuarto. Pero eso no es lo importante ahora. Necesito concentrarme en algo más urgente.
El ingeniero, notando la tensión en la voz de Oscar, preguntó — ¿Pasa algo con Lando? Los vimos, no se llegó a escuchar pero podíamos ver algo.

— Hubo... un desacuerdo. — Respondió Oscar vagamente, sin querer profundizar en detalles.

Inefable. - Lando Norris & Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora