XXIV

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La época del otoño había llegado,las hojas de los árboles habían adquirido un color cobrizo en varias tonalidades siendo un espectáculo natural tan bello a los ojos humanos que sabían apreciar la magnificencia de la naturaleza y su esplendor.

Ya estaban en el 8 mes de embarazo y las cosas iban de maravilla.

Satoru había dejado de ir a misiones extra y pasaba mayor tiempo en casa junto con su amado esperando el momento en el que conocerían a su dulce pequeño.

Los ancianos habían cedido finalmente a las exigencias de Satoru al saber que si llegaba a pasar algo con la gestación del niño,habrían esperado en vano por más de medio año. Permitiéndole solo ir a las misiones más "urgentes" lo cual no era frecuente ya que Nanami al saber que la fecha de parto se acercaba se ofrecía a ir por Satoru quien estaba completamente agradecido y no solo el rubio estaba expectante,si no también sus jóvenes alumnos que trabajaban duro entrenando para no defraudar a su profesor durante su ausencia.

Satoru disfrutaba de una vida simple pero llena de amor,los momentos más hogareños o rutinarios adquirían un aroma dulce cuando la sonrisa de Suguru se asomaba con cada amanecer.

La vida junto a él era su sueño hecho realidad.

- Suguru,creo que está listo- Satoru se encontraba armando la cuna y afinando detalles de la habitación de su futuro hijo.

Suguru se encontraba doblando un poco de la pequeña ropa que habían comprado juntos metiendola en la fina cajonera blanca que combinaba con la ambientación de la habitación que había sido adornada con mucho amor de parte de ambos.

-¿Estás seguro? No quiero que Shou se llegase a caer por tu culpa- Suguru río un poco.

-¿Acaso desconfías de mis habilidades? Que cruel- Hizo una mueca burlona.

Compartir esos momentos tan especiales los hacía sentir vivos y esa alegría se multiplicaria el día que tuvieran al ansiado bebé entre sus brazos.

- Sabes,cuando nazca Shou quiero ser lo primero que vea cuando salga de ahí adentro- Se encontraban en el umbral de la puerta admirando la habitación del infante mientras se recargaban en el hombro del otro con suavidad.

-¿Por qué tú? Yo lo tuve en mi vientre- Suguru se giró para mirarlo mientras Satoru sonrió levemente.

- Está bien,dejaré que lo conozcas primero,yo podré esperar un segundo más- Besó la frente del azabache tiernamente.

Suguru se sentía en plenitud,su corazón ya no anhelaba ver todo el mundo caer a sus pies,ahora solo esperaba tener una vida tranquila al lado de la gente que más amaba y que lo necesitaba a su lado.

Como el pequeño Yuuji o la pequeña criatura que se albergaba dentro de su ser.

- Satoru...- El nombre del albino salió con suavidad de sus labios.

Satoru lo miro atentamente.

-¿Qué sucede, Suguru?- Pregunto.

- Gracias...- Suguru sonrió tímidamente mientras cerraba los ojos con suavidad,sus mejillas eran sonrosadas al sentir una felicidad inmensa y una calma dentro de su alma.

El corazón de Satoru se aceleró con devoción a la sonrisa que alegraba sus días.

-¿Por qué estás agradeciendo?- Satoru lo seguía viendo con expectación.

- Me diste una segunda oportunidad a pesar de todo lo que hice en el pasado, ahora solo quiero pasar el resto de mis días contigo y con nuestro hijo,aunque viviera 1000 años jamás podría pagar toda la felicidad que me has dado desde que te conocí- Sus lágrimas comenzaron a brotar con lentitud.

Pecado [SatoSugu] MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora