Pecado [SatoSugu] Mpreg

XXXV

- Entonces ese niño es hijo de Satoru Gojo...- Choso miraba la cara blanquecina de ese bebé que parecía incómodo al estar siendo observado por esas personas.

- En efecto,Choso... Este niño tiene en su interior los genes de el clan más poderoso dentro del mundo de la hechicera.- Tengen interrumpió la respuesta de Kenjaku.

- Y la mejor parte es que también combina la manipulación de maldiciones dentro suyo. El perfecto recipiente para el Señor Tengen.- Sonrió maliciosamente mientras depositaba al bebé en los brazos de Tengen que lo miraba con expectativa.

- Ese niño no vivirá... Todos los recipientes de Tengen han sido jóvenes o adultos-

El azabache quería aclarar sus dudas.

- Eso es por qué son simples humanos... Jamás habíamos tenido un cuerpo tan expecional como el suyo,se que será capaz de soportarlo.-

Shou abrió los ojos viendo directamente a las pupilas negras de Choso que de inmediato sintió un escalofrío en la nuca al percibir esa mirada.

- Sus ojos son iguales...- La pupilas seguían clavadas en la mirada inocente que se encarnaba en su mente.

- Son similares más no idénticos... Sus ojos jamás llegarán a ser como los de Gojo,la bendición de nacimiento no se le otorgó al 100% por qué su padre sigue con vida.-

Tengen explicó con un tono aterrador en su voz.

- ¿Y por qué hablan tanto? ¿Acaso importa?- Mahito había estado callado durante toda la conversación y ya estaba aburrido de escuchar estupideces. Totalmente el cuerpo de ese niño solo era necesario para la asimilación con Tengen.

¿Qué importaba saber los detalles de un chiquillo que iba a dejar este mundo antes de que pudiera desarrollarse?

- Mahito tiene razón,lo demás ya no importa,solo dejemos que el tiempo pase...- Kenjaku volvió a tener en brazos al bebé mientras Choso se sintió incómodo al ver el rostro del infante que lucía asustado.

- Puedes irte Choso,tengo que hablar en privado con Tengen.- Hizo un ademán con su mano para dar a entender que el azabache tenía que abandonar el salón.

- Me iré pero ¿Por qué él tiene que quedarse?- Señaló a Mahito con asco y este le enseño la lengua infantilmente. Ambos se odiaban.

- ¡Choso! ¡Largo de aquí!- Tengen respondió con firmeza y entre miradas de rabia salió furioso de ese lugar quedándose en soledad.

No dejaba de ver la cara de ese niño dentro de su mente. Todo su rostro era tan puro que a pesar de solo ser mitad humano no asimilaba a la idea de hacerle daño a un ser tan pequeño como ese.

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Mientras tanto Yuki avanzaba lentamente por ese extenso pasillo a sabiendas que lo que encontraría.

Lentamente abrió la puerta viendo a esa figura acurrucada en una esquina junto con pequeños charcos de sangre a su alrededor.

Suguru se había movido a una esquina recargando su cabeza para poder recostarse y mitigar un poco su dolor por la agresión de Mahito.

Sus ojos estaban cerrados,tanta conmoción lo había dejado inconsciente.

Su rostro reflejaba una completa aflicción y la visión del mismo Suguru hace 10 años volvió a la mente de la hechicera. Generándole un sentimiento de desagradable coincidencia.

- Geto...- Se aproximó a el lentamente tratando de que reaccionara pero era en vano. La sangre que había perdido le había jugado en contra.

Sus orbes se dirigieron hacia las cuerdas que lo mantenían atado,la comparación entre un animal de granja y el estado de Suguru era casi igual.