Pecado [SatoSugu] Mpreg

XXXVI

Los zafiros destilaban toda la antipatía y el dolor que necesitaba descargarse agresivamente en el cuerpo de aquel híbrido que intentaba esquivar todos los ataques de un Satoru Gojo que ya no media el nivel de sus ataques,el solo quería que esas cosas sufrieran hasta el último momento de la profunda agonía que consumía su propio ser y corazón.

Finalmente el azabache después de un puñetazo se impacto quedando vulnerable a un ataque devastador.

Choso no podía pronunciar ninguna palabra estaba tan cansado que su propia lengua no se podía mover, ni siquiera lo había atacado por defenderse... Pero esto a Satoru no le importaba,solo lo quería ver muerto.

- Desaparece de mi vista y pudrete en el asqueroso lugar donde naciste... Inversión de ritual- La posición de sus manos apunto directamente hacia el cansado cuerpo que reposaba débilmente a merced del que sería su exorcista.

-¡Alto! ¡No lo haga!-

La voz sonaba agitada y presurosa al ver esa escena desde lejos impidiendo que aquel ataque mortal fuera conjurado.

-¡Yuuji! ¡Sal de aquí ahora mismo!- La orden de Satoru resonó por todo el lugar, un tono que el chico de cabellos rosados jamás había escuchado.

¿Dónde había quedado esa sonrisa y tono infantil?
Ese no era su querido profesor... Era un animal sediento de venganza.

Satoru ignoro completamente a Yuuji girando la mirada nuevamente hacia la maldición pero ya no se encontraba ahí.

En su momento de distracción Choso habia logrado moverse rápidamente al lado de su querido hermano menor.

-¡Satoru Gojo! ¡No he venido aquí con la intención de atacar!- Respondió finalmente el azabache que respiraba agitadamente y tenía unos cuántos cortes en su rostro provocando hilillos sanguinolentos asomándose por las comisuras de sus labios.

-¡¿Entonces por qué carajos estás aquí?! ¡Responde de una vez!- Su voz sonaba invadida por la ira.

-¡Por favor Profesor Gojo! ¡Escuchelo!- Yuuji intentaba que Satoru recobrará la compostura.

Sus corazones estaban acelerados por la adrenalina que se destilaba por todo su sistema.

- Habla...- Satoru bajo sus dedos pero siguió mirando de manera amenazante a Choso.

- Se el paradero de Suguru Geto y su hijo...- Expresó finalmente el azabache.

-¡¿Qué?!- El corazón de Satoru se detuvo por un instante y su cuerpo instintivamente dió un paso hacia enfrente por esas palabras que anhelaba escuchar.

Choso sentía esos dos ojos mucho más fijos en su persona,tenía que hablar en ese momento por qué si no su vida sería extinguida en un santiamén.

-¡¿Dónde?! ¡¿Dónde están?! ¡Con un carajo habla!- El albino sentía la adrenalina correr por su torrente,todo su control de emociones se había ido a la mierda desde que escucho la oración que más anhelaba oír.

- Necesito que se tranquilice un poco... Es algo complicado de explicar y siendo honesto tampoco se cómo.- Choso bajo la mirada queriendo evitar la horrible sensación de ser observado tan amenazante.

- Profesor Gojo... Respire un poco,necesita poner atención sobre esto; puede confiar en Choso.- Yuuji avanzo hacia el albino y puso su mano en su hombro.

Satoru suspiro profundamente analizando su comportamiento,de nada servía exhasperarse de esa manera tan agresiva. Tenía que hacer que el azabache hablara sobre todo lo que sabía  para recuperar a su familia.

- Está bien... Hablemos pero no aquí,este lugar me pone nervioso-

El albino rasco su frente y comenzó a caminar primero que los dos ajenos que lo vieron a la distancia.