XLII

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Todo el caos por un momento se detuvo abruptamente cuando sus orbes volvieron a ver la silueta del ser amado.

Las pupilas azules miraban aquel rostro que le devolvía una expresión producto de combinar felicidad y emoción.

Ese pequeño lapso duró apenas unos segundos pero para dos corazones que estuvieron separados por tanto tiempo fue como una eternidad comparada a la de 10 años de no verse.

- Satoru...- Los labios de Suguru volvieron a pronunciar su nombre buscando su anhelada respuesta.

El albino sintió un escalofrío al volver a escuchar esas palabras de los labios que anhelaba,su cabello ondeaba con el aliento de los árboles que suavemente se pegaba a su piel. Su cuerpo se tenso por el escalofrío que recorrió su nunca.

Esa bella sensación que le producía volver a estar a su lado.

-Suguru...- Respondió tímidamente la observarlo en los brazos de Itadori que rápidamente giró su rostro para observar al profesor Gojo detrás suyo.

Inmediatamente sintió que debía acercalos.

Con delicadeza levantó al azabache para que pudiera ponerse en pie después de la cruenta batalla que habían luchado ellos dos.

Los pasos de Suguru eran firmes pero lentos y Satoru también avanzaba para su anhelado encuentro.

Cómo si su cuerpo estuviera en automático extendió sus brazos cuando ya estaba cerca de su rostro.

Sus yemas volvieron a recordar la piel de Suguru; su palma se extendio por su rostro depositando una caricia en ella.

Suguru cerro los ojos aguantando las ganas de derramar algunas lágrimas al sentir el calor que emanaba Satoru. Sin temor a equivocarse nuevamente.

Ese si era el hombre del cuál se enamoró. Esas muestras de afecto que le brindo no podrían ser imitadas nunca.

La mano  bajo hasta su torso y Satoru lo rodeo con sus brazos escondiendo su rostro en el hombro de Suguru sin importar que tuviese que agacharse un poco para poder pegarlo a su pecho.

Se supone que es un rumor cuando dos personas que se abrazan y pegan sus corazones estos comienzan a latir al unisono.

Pero para estos amantes eternos se volvió una realidad.

El abrazo fue tan fuerte y cargado de sentimiento que no dudaron en derramar algunas lágrimas por volver a reencontrarse.

- Creí que nunca volvería a verte- Susurro el azabache en la oreja del albino.

- Y yo que jamás volvería a besar tu rostro.- Apretando con un poco más de fuerza a Suguru para después soltarlo suavemente.

- Cuando estemos todos juntos lo haré. Ahora no es el momento por qué tenemos que ir a buscar a nuestro hijo- Volvió a la cruda realidad en la que estaban.

Suguru asintió firmemente separándose de Satoru por un momento.

No podían perder más el tiempo; necesitaban encontrar al bebé antes de que fuera demasiado tarde. Sus emociones podían jugarle en contra.

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Un poco más alejados y apartados de ese pequeño pero íntimo momento estaba el joven de cabellos rosados.

Yuuji se separó de ese momento. Sabía que ese abrazo había sido celosamente guardado por ambos para cuando volvieran a estar juntos.

Megumi también estaba observando detrás y lentamente sus ojos se llenaban al ver una faceta que jamás había mostrado de Satoru Gojo.

Se acercó a Yuuji para tomarlo por el hombro.

Pecado [SatoSugu] MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora