XVI

4.2K 448 148
                                    

Las lunas pasaban tranquilamente en esa suave atmósfera del profundo amor que germinaba dentro de aquella mansión antiguamente frívola.

Las semanas habían pasado y ahora Suguru tenía 4 meses de embarazo comenzando a notar los cambios a su cuerpo.

Por fin los vomitos matutinos habían cesado al comenzar con el segundo trimestre de la gestación.

Segundo: Los antojos eran un poco más atrevidos al punto de hacer combinaciones un poco extrañas con algunas comidas a las cuales Satoru tenía un poco de temor al probarlas.

Tercero: Y aunque le daba mucha pena admitirlo sentía que había aumentado de peso gradualmente al comenzar a tomar aperitivos a todas horas mientras se levantaba a orinar por las noches.

Se encontraba en la habitación comenzando a verse reflejado en el espejo.

Todo lucía diferente,su vientre estaba más hinchado y tuvo una sensación extraña al notarlo.

Como un tipo de felicidad y amor hacia ese bebé que no conocía pero sabía que estaba creciendo bien por qué era suyo y del hombre que más amaba.

Pero al subir a la parte inferior de su cuerpo notó algo muy importante.

Sus pectorales habían crecido.

- ¿Están... Más grandes?- Con la yema de sus dedos rozo la piel de su cuerpo percatandose que al igual del aumento de tamaño,la sensibilidad había aumentado.

Traía puesto una Yukata por qué tenía un poco de calor,al igual que era bastante cómoda para dormir con su creciente vientre.

Deslizó la prenda quedando con todo su abdomen descubierto siguiendo autoexplorando su cuerpo.

-Si Satoru viera esto se volvería loco...- Volvió a pellizcar su pezón y río un poco hasta que escucho en el umbral de la puerta un tímido llamado.

-Suguru...-

El azabache se giró a mirar a aquel hombre recién llegado que tenía una mirada fijamente puesta en él.

Sus ojos destilaban una luz bastante brillante gracias a las emociones que estaban fluyendo dentro de su ser.

-¡Sa...Satoru! ¿Cu- Cuando llegaste a casa?- Torpemente trato de volverse a colocar su ropa mientras que el albino seguía de pie en el umbral de la puerta.

No decía ni una palabra estaba jodidamente extraviado en los pensamientos de extrema lujuria al observar aquella escena tan erótica a sus ojos.

De un impulso camino a Suguru que aún no terminaba de alistar su Yukata.

-Dejame admirarlos de cerca...- Colocó su rostro frente al azabache que de inmediato se ruborizó al escuchar el tono sensual con el que le hablo.

Su voz lo hizo estremecer al instante como si el interruptor de la lujuria se hubiera activado al escuchar la excitación dentro de su tono.

Lentamente Suguru cedió ante las manos de Satoru quien hábilmente deslizo aquellas telas que cubrieron inexpertamente aquel pecho digno de sus deseos más íntimos.

Satoru no perdía ningún detalle,todo estaba siendo explorado tanto por sus manos como por sus ojos que guardaban como una cámara cada imágen que lograba capturarlo todo.

Pellizco uno de los pezones de Suguru provocando un gemido sorpresivo de parte del azabache haciendo sonreír al albino.

-Asi que está parte es la que más le gusta a mi señor- Siguió pellizcando aquella bolita de carne mientras el azabache se estremecía gracias al placer que sentía.

Pecado [SatoSugu] MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora