XXXI

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Los dedos del hombre se enredaban en el cabello negro del contrario mientras se fundían en un abrazo cálido.

- Satoru... No puedo creer que estés aquí; pensé que jamás iba a volver a verte-

Gimoteaba Suguru mientras su corazón temblaba de felicidad.

Satoru no decía ni una palabra y solo escuchaba a Suguru mientras seguía abrazándolo.

-¿Que hacemos aquí? ¡Vamos adentro! ¡Nuestro hijo! ¡Shou! ¡Él te está esperando!-

La felicidad inundaba sus sentidos, estaba en completo éxtasis al recuperar a Satoru; lo tomo de la muñeca y comenzó a caminar hacia la casa, pero había algo que estaba mal.

- Geto...- Pronunciaron los labios que habían permanecido cerrados durante todo el encuentro.

El azabache paró en seco.

¿Geto? Su apellido; Satoru no lo llamaba así desde hacía años...

Eso solo podía significar que lo que estaba delante suyo no era su otra mitad...

Inmediatamente Suguru se puso en alerta soltando el brazo de aquella persona y optó una posición de defensa por ninguna circunstancia podía dejar que ese intruso entrara a la mansión. En ese lugar estaban las personas por las que valía la pena morir.

-¡¿Quién carajos eres?!- Grito Inmediatamente al ver que permanecía inmóvil.

-¿De qué hablas? ¡Soy yo,Satoru!- La voz y su rostro eran idénticos a los del albino, pero no los sentimientos. Suguru lo conocía mejor que otra persona y ese "Satoru" definitivamente no era el suyo.

-¡Satoru no me llama Geto desde hace años! No voy a volver a preguntar, ¿Quién carajos eres, tú?!- Suguru tomaba distancia entre Satoru y él cuidando cada detalle en sus movimientos. Tal vez había perdido la habilidad de invocar a sus maldiciones, pero también era un experto en las artes marciales.

Una mueca macabra comenzó a expandirse en el rostro que poco a poco parecía desgarrarse por la sonrisa que se expresaba en él. La carcajada que soltó después de ello parecía digna de un demonio.

-¡Al parecer tengo que mejorar mis actuaciones! Estuve a punto de engañarte... Pero bueno- La piel de ese cuerpo comenzó a desprenderse y como si de un capullo fuese comenzó a brotar una cabellera azul- ¿Qué se le puede hacer?

Aquella figura solamente arranco el pedazo de piel que le estorbaba en las piernas y la sacudió. Su disfraz macabro había caído.

Suguru no apartaba la mirada de esa escena tan grotesca.

-¿Te gustó mi espectáculo? Fue una completa fantasía ver tu cara. Estúpidamente creíste que yo era Satoru Gojo...-

Esto enfureció a Suguru; había sido engañado tontamente por algo tan simple como una técnica ritual.

-¡Cállate! No quiero escucharte más... No eres un hechicero cualquiera- Lo miro con más detenimiento - ¡Eres una maldición!

La sonrisa de Mahito se extendió de nuevo.

-¡Vaya! ¡Si que eres muy inteligente; tal como dicen! Tu talento es excepcional- Aplaudió infantilmente.

-¡No dejaré que avances! Desconozco cuáles son tus planes... ¡Pero te exorcizare ahora mismo! - La ira lo había consumido.

Por ninguna circunstancia esa maldición podría avanzar más.

-¿Crees que puedes vencerme en ese estado? Pff... No seas absurdo - Soltó una pequeña risita- Solo eres un simple humano ahora.

Pecado [SatoSugu] MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora