Pecado [SatoSugu] Mpreg

XII

La charla con Shoko fue breve, realmente estaba en un estado de profunda preocupación.

Verlo tan débil y tratando de fingir que estaba bien era una habilidad de Suguru había adquirido para su propia desgracia.

La mujer apartó un espacio totalmente libre en sus horas de trabajo para recibirlos al día siguiente en su consultorio personal dentro de la academia. Un horario donde los estudiantes estaban fuera.

La plática concluyó con un tímido "Gracias" de parte de Satoru y colgó la llamada. Necesitaba llevarlo engañado porque de otra manera se negaría completamente a acompañarlo dentro de aquel edificio que le traía recuerdos de antaño.

A pesar de que su cerebro era el más rápido entre los hechiceros no encontraba una acción viable para persuadirlo. Se sentía frustrado de que el azabache fuera tan "idiota" en ese ámbito.

Bufó con desespero y se sentó en el suelo un momento para reflexionar.

-¿Por qué tienes que ser tan testarudo?- Se pellizcaba la frente en busca de una respuesta.

Aunque finalmente decidió afrontarlo al día siguiente con la verdadera honestidad no había otra manera.

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-Me niego- Apartó la mirada con enfado- Ya estoy mucho mejor ahora,¿Por qué insistes en llevarme a ver a Shoko?-

- Suguru- Tragó un poco de saliva - Te ves horrible.

Los ojos rasgados del contrario se abrieron como platos mientras miraba al albino quien le dirigió una mirada lastimosa.

-¿Horrible?...- Suguru no podía creerlo.

-¡Solo mírate en el espejo! De nuevo aparecieron esas horribles cosas debajo de tus ojos,tus labios están partidos de la deshidratación de tanto vomitar en las mañanas, estoy muy preocupado de perderte otra vez...- Tomó sus manos con las de azabache,estaba bastante sorprendido.

Suguru ladeó su cabeza hacia el espejo del pasillo y ahí estaba la verdad.

Su rostro lucía cansado y sus bolsas en los ojos acentuaban su malestar.

Se sintió avergonzado de si mismo al notar que se había deteriorado por su necedad,de nuevo.

- Por favor Suguru,vamos a ver a Shoko- Recargo su barbilla en el hombro de aquel hombre.

- Está bien... Vayamos- Finalmente accedió, aceptó que no se estaba sintiendo muy bien en esas semanas,no había dicho nada para no preocupar a Satoru. Pero había fallado,las mentiras no eran su fuerte.

Y para Satoru esa era una gran victoria,al final hacer drama siempre fue la debilidad de Suguru.

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Sus manos sudaban un poco al estar frente aquel edificio con bastantes siglos detrás suyo y los recuerdos que albergaba de aquellos años de juventud que paso dentro.

-Aqui estamos- Satoru lo tomó del hombro.

-Lo sé- Contesto secamente.

-No te preocupes Suguru,no hay nadie ahora,solo iremos rápido y regresaremos inmediatamente a casa,¿Está bien?-

Suguru quedó pensativo un momento para después asentir.

Satoru sonrió levemente y lo abrazo tiernamente antes de entrar susurrándole al oído.

"No temas,estoy aquí,yo te protegeré"

Estás palabras hicieron vibrar su corazón en una mezcla de emociones muy bizarra. Por un lado tenía miedo de entrar y comenzar a recordar a Haibara por los pasillos pero en el otro extremo fue el detonante para conocer al que era dueño de su alma.