Capítulo 12.

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Terminamos de hacer todo y Valeria me ayudó a llevar el bol lleno de patitas y mi plato hasta la habitación de Pilar.

Valeria se detuvo para tocar la puerta y yo antes de que lo haga la abrí como si nada.

Mira si voy a pedir permiso para entrar al cuarto de mi mejor amiga.

—¡Pilar! —Me quejé cuando vi que ya estaban viendo la película.

Ahora todo perdió la emoción.

¡Le pedí que me espere!

—Emi, pensé que te enojaste. —Me miró sorprendida poniendo pausa.

—Te mandé un mensaje —dije en voz baja.

Por más que quiera evitarlo me siento mal.

Siento una molestia en mi pecho y una voz en mi cabeza me dice que ya no soy prioridad para Pilar y que ya no me quiere como antes.

Estoy acostumbrada a que ella dependa de mi y yo depender de ella, siempre fuimos la una para la otra y ver que eso de a poco se esta desmoronando me pega mal

Sabía que en algún momento iba a pasar, pero no ahora y mucho menos con personas que ni siquiera conoce bien.

Nosotras tardamos años en hacernos mejores amigas, pero con ellos tardó solo semanas.

Ahora estoy siendo reemplazada y es un sentimiento que tengo hace días. Desde que me enteré que mi querida mejor amiga me miente para pasar tiempo con ellos en vez de conmigo.

Sé que mi pensamiento es egoísta, pero si ella hubiera llevado las cosas de otra forma no me sentiría tan traicionada y dolida.

Más encima me dice "Pensé que te enojaste". O sea si estoy enojada lo más normal en una relación de años es que ella me vaya a buscar e intente hacer que estemos bien. Le importó más divertirse con sus nuevos amigos que saber como estaba su vieja amiga.

Me agaché y deje el bol con patitas lo más lejos de la puerta que pude.

—No pasa nada —llegué a decir sin hacer notar mi molestia.

Volví a cerrar la puerta para dejarlos solos y la primera reacción de Valeria fue abrazarme.

—Ay mi chiquita —susurró acariciando mi hombro —. No pasa nada, yo voy a ver Avatar con vos, vamos a mi cuarto. —Tomó mi mano y me llevó hasta su habitación —. Podemos pedir helado para el postre —dijo animadamente mientras le ponía play a la película.

—Si. —Sonreí.

Se me quitó el apetito.

Se me quitaron las ganas de ver la película.

Se me quitaron las ganas de intentar ser la amiga de Ivan y Rodrigo.

Mi mente no para de decirme cosas que no me gustan. Me están asustando estos pensamientos que debo evitar.

A mi terapeuta no le va a gustar escuchar todo esto.

La suave mano de Valeria apretó mi muslo y me regaló una sonrisa tranquilizadora.

Tome aire e intente despejar mi mente para no hacerla sentir mal.

Ella me cocinó con amor y no puedo despreciar algo así.

Le devolví la sonrisa y comencé a comer aligerando el ambiente.

—Que hombre —susurró Valeria metida en las escenas de Jake Sully.

—Te dije. —Suspiré ensoñada mientras movía mis patas de arriba a abajo.

Ya había terminado de comer y estábamos inmersas en la "trama" de la película.

Terminó la primera y Valeria bajo corriendo a buscar el helado.

Yo miré la puerta entreabierta deseando que Pilar entre por esta y me abrace arrepentida.

Escuché su risa por el pasillo haciendo que me ponga ansiosa.

Yo sabía que mi amiga no me iba a dejar sola y triste.

Ver su figura pasar de largo junto a los otros dos hizo que me decepcione.

—¿Mami? ¿Vos también pediste helado? —consultó la voz de mi amiga.

¿No era que no quería comer helado?

—Sip, aca esta el de ustedes, chicos. —Escuché la voz de Valeria —. ¿No tenes algo más para preguntarme, Pili? —inquirió.

—¿Me olvidé algo? —dijo mi amiga con voz confundida.

¡De mi te olvidaste!

—No, nada, hija —finalizó Valeria —. Que la pasen bien —deseo con su voz animada y volvió al cuarto.

—¿Y Emilia? —Escuché la pregunta indecisa de Ivan.

—Seguro lo llamó a su papá para que la venga a buscar, ya se le va a pasar —aseguró Pilar.

—¿No le caemos muy bien no? —preguntó Rodrigo.

—No, esta acostumbrada a que seamos solamente las dos —explicó Pilar —. Pero bueno, no importa lo que pase, ella no puede estar sin mi y yo no puedo estar sin ella —afirmó.

Lamentablemente tiene razón, pero no quiero que sepa que tengo tan poca determinación cuando se trata de ella.

No voy a volver a buscarla sin que se disculpe antes.

—¡Volví! —Valeria hizo un bailecito con el pote de helado en la mano.

—Riki, riki. —Aplaudi festejando.

Le pusimos play a la segunda película.

Bullying; Spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora