Bullying; Spreen

Capítulo 23.

—Pido todo junto porque sino un re embole —avisé mientras hacíamos la fila y buscaba mi celular en la campera.

En la funda tengo guardada mi tarjeta, mi dni y todo lo que entre.

—Oka, después te transferimos —dijo Rodri.

—Ni te gastes, paga mi papi —le resté importancia —. Como vos no tenes viste, minimamente para que sepas lo que se siente una vez —hablé juguetona.

—Nunca nadie se preocupó tanto por mi, posta. —Fingió llanto.

—Ajá. —Asentí y me tocó pedir.

Obviamente ellos tuvieron que decir que querían porque no me acordé.

Fuimos a buscar lugar para dejar nuestras cosas.

Yo me quedé sentada cuidando todo y esperando a que ellos traigan el pedido.

Aproveché para sacarme una selfie desde un ángulo alto para mostrarle a mi papá mi disfraz.

Las divinas 💖💅💅

           
                     Traigan mucho ketchup porfa

Bambi

👍

                                                           🔂  Foto

Le mandé una foto haciendo fuck you porque se lo merecía.

Me respondió con otra foto y al momento de abrirla mi sonrisita desapareció.

La gede de Celeste aparecía haciendo fuck you con él.

Las divinas 💖💅💅

                          
                             Y esa metida de mierda?

Miré a la dirección de ellos para ver como reaccionaban.

Ivan agarró el celular y al instante lo alejó de Celeste.

La petiza obviamente intento hacer hasta lo imposible para ver como la insoportable que es.

Escondí mi cabeza entre mis brazos volviendo a sentir las arcadas.

La odio.

Un rato después un golpe en mi cabeza hizo que me acomode bien.

Miré con cara de culo al responsable del golpe, Ivan.

La de anteojos agarró su brazo y lo obligó a sentarse lejos de mí.

—Ugh —volví a exclamar con asco —. Me quiero ir a mi casita —me quejé abriendo mi cajita feliz —. ¡Qué bonito! —Agarré el mini spiderman.

—Sabía que ese te iba a gustar —dijo Pilar con arrogancia.

—El que yo decía también estaba lindo —Rodrigo se quejó.

—Pero no le iba a gustar tanto como este —mi amiga discutió.

Comí las papas que me pedí aparte interesada en la discusión acerca de mí.

Intenté abrir el sobresito de ketchup sin tener que metermelo en la boca y abrirlo con los dientes. Misión imposible.

—Ayuda. —Le extendí el sobresito a Rodrigo.

Me lo devolvió abierto y tiré todo el contenido arriba de las papas. Repetí esa acción como tres veces más.

Llego a mi casa y me tomo un tesito para bajar todo.

Mientras salíamos me puse mi campera para no cagarme de frío.

—¿Nos quedamos a dormir en tu casa, Emi? —propuso Rodrigo.

—Ni en pedo, pibe. —Me apuré en caminar hasta mi auto.

—Daa, no seas ortiva. —Hizo un puchero.

—No vamos a entrar —me excuse.

—Pili y yo dormimos en otra pieza —intentó convencerme.

—¿Qué? Menos. —Negué asustada.

Quedarme sola con Ivan y Celeste es para problemas.

—Daaa. —Dio leves saltitos haciendo berrinche.

—Vamos a estar todos juntos, solamente para dormir nos vamos a separar, Emi. —Pilar me miró con ojitos de perro inocente —. Yo voy a estar al lado tuyo hasta que te duermas —prometió.

Suspiré frustrada.

—Bueno, dale. —Rodé los ojos haciendo que festejen.

—¿Ustedes quieren? —consulté mirando a Ivan y Celeste deseando que digan que no.

—Yo no tengo problema —respondió Ivan.

—Si Ivan va, yo también —indicó Celeste mirándolo con ansias.

—No te emociones, mira que voy a estar yo —advertí.

—¿Qué decis, Emilia? —Ivan me empujó levemente en joda.

—Te voy a denunciar —fue lo último que dije antes de subirme a mi auto.

Fuimos a mi casa y cuando entramos estaba mi papá.

Corrí para abrazarlo y mostrarle mi disfraz. Después él le pidió a Celeste si nos podía sacar una foto a todos juntos.

Le deseamos buenas noches y subimos a mi habitación.

—No aguanto más —murmuré.

En la sesión de fotos con mi papi la tanga se me metió bien en el culo y no hay forma de sacarla con este disfraz.

Intenté bajarme el cierre antes de ir al baño.

—Vení que te ayudo —dijo Rodrigo.

Me acerqué a él.

Tiró para abajo y en vez de escuchar la cremallera escuche un clink.

—Uh, no me vas a creer lo que pasó. —Rodrigo se rió nervioso.

—¿Qué hiciste? —Di media vuelta y lo vi con el cierre en la mano —. ¿Sos pelotudo, enano?

—Fue sin querer, flaca —se excusó entre risas.

Intenté abrir el traje a la fuerza, pero no se pudo.

—Ya fue, córtalo —pedí.

—¿Segura? —consultó Pilar.

—Si, no lo voy a volver a usar nunca más. —Busqué una tijera en mis estantes blancos —. Toma. —Se la extendí.

—Ay, me da cosita, esta muy pegado a tu piel. —Miró con miedo la tijera —. Toma, Ivan. —Se la extendió a él.

—Ni tu novia confía en vos —me burlé de Rodrigo.

—Cállate, tarada. —Me golpeó suavemente.

Saqué mi pelo de mi espalda y me puse en frente de Ivan.

—Voy —avisó.

—Ajá. —Asentí.

Sentí su dedo rozar mi nuca y meterse levemente debajo de disfraz para estirarlo.

El frío metal de las tijeras tocó mi piel y fue bajando de a poco.

En un momento el traje se abrió de golpe dejando toda mi espalda desnuda descubierta.

Por acto reflejo tapé mis tetas con mis brazos. Ni siquiera tengo corpiño.

—Fua amigo, para un toque —acotó el castaño.

—Se abrió solo —Ivan se lavó las manos.

—Gracias —agradecí mientras iba al baño —. ¿Me traes ropa, amiga, porfa? —pedí.

—Voy —contestó Pilar.

Unos minutos después apareció con mi pijama de seda negro.

Como hay calefacción no hace frío, así que puedo estar en short tranquilamente.

Me pegué una ducha rápida e hice todas mis cosas y salí.