(...)
—¿Ivan? —la voz irritante me despertó.
Abrí levemente los ojos para ver que pasaba.
Celeste lo miró decepcionada. Un momento después, sus ojos se posaron sobre mi con resentimiento y celos.
Toda lástima que le podía llegar a tener la acaba de perder.
Enrede mis dedos en el pelo de Ivan, quien descansaba su cabeza en mi pecho, y lo acerqué más a mi.
Él no se quejó y apretó el agarre en mi cintura.
—Mío —formule con mis labios sin necesidad de decirlo en voz alta.
Celeste emitió un gritito cargado de bronca y agarró sus cosas para irse de mi casa.
Sonreí victoriosa y volví a cerrar los ojos para disfrutar este momento un rato más.
Perdóname Ivan, pero no lo pude evitar.
Tiempo después sentí dos cuerpos tirarse arriba de nosotros.
—¿Qué pasó con la otra? —preguntó Pilar.
—¿Por qué están tan juntitos? —dijo Rodrigo celoso.
—Déjame —balbucee cuando el enano apretó mis mejillas.
Sentí el suspiro de Ivan.
—Son insoportables, boludo. —Se alejó de los tres enojado.
—Hasta les hicimos el desayuno —avisó Pilar.
Más vale que hayan dejado todo limpio.
—¿No me quemaron nada? —dije con desconfianza.
—El capo de tu viejo nos ayudo. —Rodrigo me pegó un saque.
—¿Mi papá esta acá? —consulté ilusionada.
—Sip, dijo que hoy tiene franco —comunicó Pilar.
Me levanté y fui al baño para después bajar corriendo las escaleras.
—¡Papi! —Lo abracé —. No me dijiste que hoy no ibas a trabajar. —Hice un puchero.
—Perdón mi princesa. —Acarició mi pelo —. Conseguiste buenos amigos. —Sonrió.
—¿Si? —Rasqué mi nariz nerviosa.
—Si, Ivan es mi favorito. —Asintió convencido.
—Mira vos. —Me alejé para mirarlo con los ojos entrecerrados.
—No seas celosita. —Tocó la punta de mi nariz.
—Deja. —Me crucé de brazos.
—Buenos días —saludó Ivan con la voz más ronca de lo normal.
—Buenos días, querido. —Mi papá fue a abrazarlo.
Rodé los ojos y fui a ver que había para desayunar.
Nos sentamos todos y desayunamos juntos.
Saqué la lengua con asco cuando comí un pan quemado.
—Bue, para, encima que fue lo único que hice —se quejó Rodri.
—Inútil —balbucee dejando la tostada en el plato.
—El otro estúpido ni la hora dio. —Empujó a Ivan.
—Que me metes a mi. —Le devolvió el empujón.
—No peleen en la mesa —Pilar los retó.
—Eso, tarados. —Los patee por abajo de la mesa.
—Vos sos una pendeja mal agradecida. —Me señaló el ojiverde.
—Te devuelvo tu tostada de mierda. —Se la revolee en la cara.
—Así sos. —Se la despegó de la cara y le dio un mordisco haciendo que nos riamos.
—Sos un asco, amorcito. —Pilar le limpio la cara.
Una tostada nueva y totalmente apetecible apareció en frente mio.
Levanté mi mirada hasta la cara de Ivan y le regalé una sonrisa.
—Gracias —dije mientras me metía la tostada en la boca.
Mi papá nos miró con una sonrisa y asintió orgulloso. Anda a saber que le pasa por la cabeza.
(...)
Puse los ojos en blanco cuando nuestro triángulo se desmoronó.
Todo se llenó de chillidos y fueron cayendo una encima de la otra.
—Te dije que no te muevas —indiqué mirando todo desde mi lugar.
—¡Es fácil decirlo! —Chilló la rubia levantándose del piso.
—Entonces voy yo arriba —repetí.
—Bueno. —Bufó.
Volvimos a repetir el proceso y esta vez fui en la punta de la pirámide.
Terminamos la práctica y fuimos al vestuario.
Nos tuvimos que apurar para llegar a clase.
—¿Y tu re amor? —le pregunté a Ivan cuando se sentó en la mesa de la cafetería.
—Se le fue el amor en un día —informó burlón Rodrigo —. Hoy lo miró con una bronca.
—Era obvio igual —dijo tranquilo Ivan.
—Parecía que estaba re enganchada. —El castaño me dio la cajita de chocolatada prometida.
—Obsesionada —aclaré clavando la bombilla en la cajita.
—Igual como para que no se vaya habiéndolos visto durmiendo abrazados —comentó Pilar.
—Mejor. —Me encogí de hombros.
—Marcando territorio. —Rodrigo me dio unas palmaditas en la espalda.
Miré a Ivan interesada.
—Hola. —Sonreí cuando me vio.
—Hola —saludó sin devolverme la sonrisa.
Apoyé mi cabeza en mi mano para mirarlo con más atención.
—¿Te hiciste algo? —consulté viendo su cara diferente.
¿Soy yo o esta mucho más lindo?
Además, sus rulitos están más formados que antes, dándole un aspecto angelical.
—Cambié mi skin care —informó avergonzado.
Extendí mi mano libre para rozar el costado de su cara.
Tiene la piel de porcelana.
—Sos demasiado perfectito —halagué haciendo que se ponga colorado.
Agarró mi mano con cuidado y la separó de su rostro.
—Nos están viendo —susurró.
Preste atención a mi alrededor percatandome de las miradas puestas en nosotros.
—No me importa —me sincerise rozando la manga de su buzo.
—¿No te da vergüenza? —consultó extrañado.
—No. —Miré sus ojos —. ¿Por qué me daría vergüenza? —Bajé mis caricias hasta su mano que descansaba en su pierna.
Él apretó su muslo nervioso.
—Porque soy yo —indicó.
Rocé una de sus venas con mi dedo.
—¿Qué tiene que seas vos? —Crucé nuestros dedos y levanté su mano hasta la altura de mi rostro —. A mi me tenes que gustar no a ellos. —Plante un pequeño beso en sus nudillos.
La cara de Ivan se volvió un tomate.
Me quedo claro que quiero a Ivan para mí y me gusta.
Me voy a asegurar de que ninguna puta se le acerque.
ESTÁS LEYENDO
Bullying; Spreen
FanfictionEmilia se encuentra con un chico siendo golpeado. Cuando sus ojos se cruzaron le recordó al adorable y tierno "Bambi" por lo que ella no pudo evitar ayudarlo. Las cosas se complican cuando su amiga se enamora del mejor amigo de Ivan y este último pa...