(...)
Ya va más de una semana de vacaciones y puedo decir que la pase mejor que nunca.
El sentimiento es raro porque no vi a mi mejor amiga a solas ni una vez.
Ella no me propuso hacer nada y yo estoy demasiado entretenida con el ojitos de bambi como para preocuparme.
Los días aburridos desaparecieron con la llegada de Ivan, pero eso no significa que sea todo perfecto.
—¡Estas enganchadisima, amor! —Gritó Leonel, mi terapeuta.
—¿Qué? No. —Fruncí el ceño y me crucé de brazos negada a aceptar eso.
—¿Cómo qué no? Yo escuche todo lo que acaba de salir de tu boca y te puedo confirmar que estas perdidamente enganchada. —Asintió con euforia leyendo su libreta.
—Solamente te estoy diciendo que es entretenido estar con él. —Bufé.
—¿Entretenido? —Levantó una de sus cejas claras —. Yo escuché muchas cosas más, pero bueno.
—¿Si? —Mordí mi labio confundida —. Capaz estoy flashando... con todo. —Suspiré frustrada.
—¿A que te referis? —Me miró interesado.
Admiré su pelo rubio con ondas que tanto envidio.
—No sé si lo que estoy haciendo esta bien —confesé —. ¿Y si me aburro de él? ¿Qué voy a hacer?
Sentí mi garganta cerrarse con cada palabra que salía de mi boca.
Nunca podría decirle a Ivan en la cara que me aburrí de él.
Seria más fácil borrarme de su vida...
Eso no esta bien.
¿Por qué mi cerebro se pone a pensar en estas cosas justo ahora? Cuando nuestra relación esta en su auge.
—¿Por qué tenes eso pensamientos tan malos acerca de vos? —consultó Leo —. Es tu mente la que te juega una mala pasada, tu corazón quiere sentir, Emilia, no lo reprimas —aconsejó.
¿Qué no lo reprima?
Ni siquiera puedo reprimir mis pensamientos, no creo estar reprimiendo mi corazón.
—¿Cómo sé si lo estoy reprimiendo? —quise saber.
—Le estás impidiendo sentir de más ¿o me equivoco?
Mi silencio le respondió.
—No es el fin del mundo si encontraste a otra persona a la que le podes confiar cada parte de vos, hasta el momento eran Victor, Pilar y Valeria ¿por qué no pueden sumarse personas nuevas a la lista? —Sonrió.
—No es tan fácil.
—Sé que no lo es, nadie te va a obligar a hacerlo y menos tan de repente, vamos pasito a pasito, yo opino que como vas estas excelente, no dejes que los malos pensamientos opaquen tus sentimientos ¿si, amor?
Media hora después volví a mi casa.
Bambi
Al final hoy no puedo, lo dejamos para mañana?
Si, obvio, no hay problema
Te sentis bien?
Si, tranqui
No, no me siento bien.
Solté un quejido harta de mí y patalee en mi cama.
¿Por qué tengo que hacer las cosas tan difíciles?
¿Por qué no puedo simplemente disfrutar un romance adolescente?
Mi celular vibró mostrándome en la pantalla la palabra "Bambi".
Era obvio que no se iba a quedar tranquilo con ese mensaje.
Suspiré pensando seriamente en si contestar o no.
La única persona con la que siempre hablaba por mensajes nunca se daba cuenta cuando estaba mal, o nunca se esforzaba por hacerlo.
¿Es normal que estas últimas semanas sienta que Pilar no es suficiente?
Mi dedo se movió indeciso.
Quiero contestarle.
No tengo que reprimirme.
—Hola —saludé en voz baja cuando me digne a aceptar su llamada.
—Hola —el simple sonido de su voz hizo que mi interior grité de la emoción y se remueva inquieto —. ¿Qué hacías? —consultó melodiosamente.
Ivan, una persona que con dos simples oraciones puede hacer que toda mi vida tome sentido.
No es normal que mi estabilidad dependa tanto de él.
—Te extraño —dije al borde del llanto.
No sé que me pasa, pero es lo que quiero hacer. Es parte de "no reprimirme".
—¿Puedo ir a tu casa? —cuestionó.
Pude escuchar como se levantó de su cama.
—Podes. —Asentí.
—En diez estoy ahí, espérame. —Cortó.
—Es tan bueno. —Sentí las lágrimas deslizarse por mi cara —. Nunca voy a merecer a alguien como Ivan —sollocé.
No lo merezco, no lo merezco, no lo merezco...
(...)
Me desperté sin saber en que momento me quedé dormida.
Mi mente simplemente colapso y decidió apagarse.
—Emi... —la suave y ronca voz de Ivan me hizo levantar la mirada.
No me había percatado que estaba encima de su pecho.
Observé sus ojos con una necesidad indescriptible.
¿Cómo voy a saber si soy suficiente para él?
—Ivan —susurré por lo bajo.
—¿Qué pasa? —Posó suavemente su mano en mi mejilla para acariciarme con cuidado.
Incliné mi rostro sobre esta buscando más afecto.
—¿Qué sentis por mi? —cuestioné intentando dispersar mis dudas.
Él analizó mis ojos sorprendido.
—Siento todo por vos —confesó.
Todo...
Él siente todo por mí y yo no soy capaz de aclarar ni un solo pensamiento sobre él.
—Perdóname, Ivan —supliqué.
—¿Por qué? —balbuceo sin entender.
—Yo no sé que siento por vos —susurré.
Si ahora termina lo que estaba empezando a florecer lo voy a entender.
Lo voy a entender más que nadie porque yo me lo busqué.
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Bullying; Spreen
FanfictionEmilia se encuentra con un chico siendo golpeado. Cuando sus ojos se cruzaron le recordó al adorable y tierno "Bambi" por lo que ella no pudo evitar ayudarlo. Las cosas se complican cuando su amiga se enamora del mejor amigo de Ivan y este último pa...