Dormí cómodamente al lado de Valeria.
Nos levantamos, me lavé la cara y los dientes con un cepillo nuevo que ella tenía. También me prestó un camisón para que este más cómoda.
Esto de andar con medio culo al aire no es lo mío.
Me hice un rodete en el pelo para que no me moleste y bajamos a hacer el desayuno.
—¿Hacemos panqueques de avena? —pregunté.
—Uy, si, con frutos rojos —propusó Valeria haciendo que las dos estemos de acuerdo.
Puse música y nos pusimos a cocinar.
La canción "Delincuente" de Tokischa hizo que recuerde a Pilar. Ella siempre la ponía a todo volumen para molestar a su mamá.
—Quiero meterte en mi habitación... —cantó Valeria acostumbrada a la letra.
Se tuvo que adaptar a la fuerza y le terminó gustando.
—Ven que te espero sin pantis —canté —. Encima del gabetero te tengo tu condon. —Bailé mientras mezclaba la masa para los panqueques.
—¿¡Qué!? —el grito hizo que me asuste y revolee la cuchara con mezcla.
—¿Sos estúpida? —pregunté cuando la vi a Pilar manchada de masa, al igual que sus amigos.
—¿Están cantando nuestra canción sin mi? —preguntó indignada.
—¿Y quien sos vos? —consulté ofendida.
Busqué la cuchara con la mirada y la encontré cerca de los pies de Ivan.
Resignada caminé hasta allá y me agaché para levantarla.
—¿Ya te olvidaste quien soy? —chilló Pilar.
—Estamos haciendo panqueques —informé levantándome del piso —. Si no les gusta pueden irse bien a cagar. —Sonreí con malicia.
—¡Emilia! —Valeria me retó —. Podemos hacerles otra cosa si quieren. —Sonrió amable —. Vengan, siéntense —los animó haciendo que yo ruede los ojos.
Caminé de vuelta hasta la cocina y me puse a lavar la cuchara.
—Pensamos que te habías ido —Rodrigo rompió el silencio.
—Ah, no, no lo iba a despertar a mi viejo por una boludes —expliqué concentrada en poner la mezcla en la panquequera —. ¿Así esta bien? —Miré a Valeria buscando su aprobación.
—Perfecto. —Me mostró su dedo pulgar haciendo que sonría —. ¿Querés que le pongamos frutos secos también?
—Si, dale. —Asentí —. Podemos hacer otros con banana y pasta de maní —plantee.
—Me encanta —estuvo de acuerdo.
Terminamos de hacer todo y nos sentamos en la barra en silencio.
Lo último que tengo ganas de hacer es hablar con estos traidores.
—No entendí que paso ayer, pero perdón si te hicimos sentir mal —habló Ivan por lo bajo.
Lo miré sorprendida.
¿Por qué él me tomaría en cuenta?
Ni siquiera Pilar lo hizo.
—No pasa nada, tengo unos re mambitos en la cabeza —intenté aligerar el ambiente.
—Va a terapia —informó Pilar.
—Si. —Volví a mirar mi plato incomoda.
Solamente ella, Valeria y mi papá lo saben. No sé que tanta confianza me da que estos dos piensen que estoy loquita.
El ambiente volvió a sentirse tenso.
—No es nada serio igual, así que tranqui —susurré.
—Loquita y todo te bancamos igual, Emi —dijo Rodri haciendome reír.
—Si queres te paso el contacto de mi terapeuta, te va a hacer falta —le aseguré guiñandole un ojo.
—¿Qué me estas queriendo decir? —Sin disimulo señaló a Pilar y yo asentí.
—¿Qué dicen? —exigió Pilar sin entender haciendo que nos riamos.
Moví mis pies golpeando algo. Lo ignoré y volví a moverlos.
—Me estas pateando —avisó Ivan.
—Y bueno, correte —dije obvia.
—Vos deja de moverte —ordenó.
—No es mi culpa que estires tus piernas hasta acá —discutí.
—Llegan hasta ahí ¿qué querés que haga? —Bufó.
—Que las muevas. —Palpé su pierna con mi pie y lo empujé.
—No me toques —susurró pellizcando el puente de su nariz nervioso.
¿Por qué nuestras peleas siempre tienen que terminar así?
Me alejé de él lo más que pude y volví a concentrarme en mi comida.
Es demasiado lindo cuando se pone nervioso.
(...)
Por primera vez en todos los años de colegio no le mandé un mensaje a Pilar para saber donde estaba.
Me tomé mi tiempo para mentalizarme antes de bajar del auto.
Sigo sin recibir unas disculpas de su parte y no voy a tolerar eso.
Esta bien que yo sea una enfermita, pero eso no significa que sea la culpable de todo ¿no?
Según mi papá no hice nada malo, según mi terapeuta es normal que me haya sentido mal. Pero en algo que los dos están de acuerdo es que no tengo que despreciar a Ivan y a Rodrigo.
Si ellos no hubieran aparecido nada de esto estaría pasando.
Suspiré y bajé del auto.
Pilar tampoco se gastó en mandarme un mensaje después de lo que pasó.
Mordí mi labio inferior frustrada y seguí mi camino.
—Emi —la voz de Rodrigo me detuvo.
—Hola —lo saludé sin ganas de hablar con él
—¿Todo bien? —indagó suavemente.
Me animé a mirarlo. Ivan estaba al lado de él con la vista clavada en el piso.
¿De verdad ellos no tienen la culpa?
Igual no puedo pedir mucho. Mi actitud no es la más simpática y estoy segura que no les caigo del todo bien. Así que no tienen porque sentirse culpables de mi pequeña disputa con Pilar.
Es obvio que si tienen que tirar para un lado van a tirar para el lado de la rubia.
Tampoco es que me interese que ellos se pongan en mi lugar.
Sacudí levemente mi cabeza y seguí mi camino ignorandolos.
No lo hacen por mí.
No quiero a personas por compromiso en mi vida.
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Bullying; Spreen
FanfictionEmilia se encuentra con un chico siendo golpeado. Cuando sus ojos se cruzaron le recordó al adorable y tierno "Bambi" por lo que ella no pudo evitar ayudarlo. Las cosas se complican cuando su amiga se enamora del mejor amigo de Ivan y este último pa...