Capítulo 38

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– ¿Qué se le compra a un hombre que lo tiene todo? – le preguntó Ava a Isa mientras vagaban por el enorme centro comercial.

El cumpleaños de Adam estaba a la vuelta de la esquina y no sabía que regalarle, era verdad que el Todo Poderoso no festejaba su cumpleaños, pero a ella le pareció una idea horrible el no darle un obsequio, así que había usado su fin de semana, después de despedir a Carlos, para salir con Isa y empezar su búsqueda.

No quería arruinar el primer cumpleaños que pasaba con él y sabía que aquello era muy posible. Amaia Gueller ya le había llamado (iba a matar a Eddie por darle su número) diciéndole que si podía convencer a Adam de cenar juntos ese sábado. La batalla que vendría por eso podría ser catastrófica, pero debía valer la pena ¿verdad?

Realmente esperaba que sí.

– Cómprale lencería, de esas tangas que son comestibles – respondió Isa a su pregunta mientras veía un escaparate.

– No me imagino a Adam usando una tanga comestible

– No dije que fuera para él, la tanga es para ti, y su regalo es comerse...

– Gracias Isabel, pero la respuesta es no.

– Le temes al éxito muñeca.

Ignorando los consejos de su hermana, fueron de tienda en tienda, pero Ava no podía encontrar nada que le gustara.

– Tiene que ser algo acorde a su personalidad, y que suela usar mucho

– Trajes – le dijo Isa probándose unos lentes en forma de corazón – o un pañuelo que tenga bordado tu nombre, así lo estarías marcando, pero con dulzura.

Rodando los ojos por sus cada vez más ingeniosas respuestas, se puso a buscar en la tienda y se detuvo en los relojes, pero después cambió de idea ¿Qué tenía de especial un reloj?

Entrando a una tienda elegante con algunos pocos trajes siendo lucidos por maniquíes en plataformas elevadas con luces led a su alrededor, Ava tuvo que admitir que tal vez Isa tuviera razón, podría regalarle un traje y listo.

– Buenas tardes señorita James ¿buscaba algo en específico? – preguntó el dependiente de la tienda cuando entró.

– Buenas tardes, y disculpe, pero ¿Cómo sabe mi nombre?

– Es la socia de la corporación Gueller, gracias a usted comenzamos a cotizar nuestras acciones en un 16% más de la tasa original.

– ¿Enserio?

– Así es, ustedes invirtieron en el proyecto de Marcus Vélez y su marca, está se volvió rápidamente popular y, como nosotros somos una subsidiaria de "Vitelo", al crecer ellos nos hizo crecer a nosotros no solo en número, sino también en calidad.

Ava lo recordaba, era el hombre de la gala, lo conoció el mismo día que Adam Gueller la besó por primera vez.

– Que maravilla que los negocios hayan podido prosperar de esa forma – le sonrió sin intención alguna de decirle que el señor Vélez estaba por no recibir apoyo de la corporación gracias a cierto león celoso que creyó que le había estado coqueteando a la inocente y trabajadora catarina.

– Y gracias a usted, sobra decir que lo que guste de aquí es suyo.

Sintiéndose cohibida por tal muestra de gratitud, Ava estaba por rechazarlo cuando vio en uno de los maniquíes algo que le llamó la atención.

– Eso es perfecto – sonrió – simple, elegante y del color ideal, grita Adam en todos lados.

Pidiéndole al dependiente que le cobrara, y rechazando todas las veces que el hombre le decía que se lo llevara sin costo alguno, Ava salió de la tienda con su regalo empacado en una bolsa elegante, para ir a buscar a Isa.

1) Como Secretaria Para GruñonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora