Capítulo 1

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Un labial que costo 40 pesos en el mercado, una sombra de ojos que le habían regalado de cumpleaños, delineador prestado, rímel que comenzaba a sacarle grumos en las pestañas y unos aretes de imitación que se había comprado por capricho.

Una coleta que contenía su cabello lacio negro azabache en lo alto, una blusa blanca de cuello y moño rosa que ajustaba su cuerpo delgado, haciendo juego con un pantalón de vestir negro que le apretaba la cintura y las estilizadas caderas, junto a unas zapatillas cómodas de tacón bajo en color rosa pastel.

Ava estaba lista para su entrevista de trabajo.

Gastando una pequeña parte de sus ahorros se atrevió a tomar un taxi por si el tráfico era lo suficientemente denso para hacerla llegar tarde.

El auto amarillo la dejó justo en el edificio de 10 pisos más elegante que ella hubiera visto en su vida. Con letras grandes podía leerse "Corporación Gueller" casi como si saliera una luz divina de entre el cielo y hubiera coros de querubines con arpas cantando en el sitio.

Aquel lugar era uno de los lugares más sofisticados y poderosos de todo el país y ella estaba a punto de entrar en él.

– Buenos días señorita – dijo el hombre de recepción – ¿En qué puedo ayudarla?

– Hola mucho gusto, soy Ava James, vengo por la entrevista de trabajo para el puesto de secretaria.

El hombre revolvió algunos papeles y pareció encontrar lo que buscaba porque rápido volvió su sonrisa a ella y le entregó un gafete que decía "pase de visitante"

– Bienvenida señorita James, pase por aquella puerta que dice "Personal Designado", ahí le llevaran directo a su entrevista.

Agradeciendo al recepcionista ajustó su bolso y su carpeta, levantando el mentón con seguridad. Llamando a la puerta una mujer de aspecto sofisticado la miró detenidamente como si Ava fuera una Catarina que podía aplastar.

Probablemente así era.

– Supongo que vienes por la entrevista, bien, estoy haciendo un filtro para no tener que perder el tiempo con personas no calificadas – mirándola de nuevo de arriba abajo la instó a pasar – ¿Dónde trabajaba antes, cuanto tiempo y porque ya no trabaja ahí?

A pesar de la rapidez con la que fueron lanzadas las preguntas, Ava contestó con toda la sinceridad que pudo.

Es decir, el 0%.

– Trabajé como secretaria por 3 años en la pequeña empresa de riesgos del señor César Reg. Y ya no trabajo ahí desde que la empresa cerró a causa de su fallecimiento.

La mujer la miró de nuevo con altivez, pero en esta ocasión ya había un poco menos de desprecio. Como si esa Catarina en particular no le provocara tanto asco.

– Tome su número y espere a ser entrevistada.

Contenta por haber pasado el primer filtro tomó el número con emoción, pero al verlo su sonrisa se congeló inmediatamente.

– ¿Él numero 40? – murmuró completamente asombrada. ¿Enserio había 40 personas ahí dentro intentando ir por el mismo puesto?

Subiendo por el elevador hacia el noveno piso y pasando por la puerta, se dio cuenta que en efecto había muchas personas ahí dentro. La sala era enorme, parecía que se solían celebrar reuniones de gran magnitud ahí, pero que ahora albergaba a 40 personas que venían por el puesto de secretaria.

Y no era cualquier secretaria, no claro que no.

Era para ser la secretaria del licenciado Adam Gueller, el presidente de la corporación, uno de los hombres más poderosos del país, sino que del continente entero.

1) Como Secretaria Para GruñonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora