Capítulo 39

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Ava se miró al espejo por última vez antes de salir para abrirle la puerta a la persona que llegó.

Traía puesto un vestido verde de corte sirena, tiras doradas le adornaban los hombros y la cintura, la falda larga y plisada era recatada salvo en la pierna derecha donde había un corte, que se notaba solo al caminar, y le llegaba hasta el muslo. El cabello decidió dejárselo suelto en suaves ondas, y el maquillaje se lo puso ligero. Ya una vez intentó demostrarle a Hannah que no era una chica recatada con su traje de baño, ahora quería demostrarle a Evelin que no le importaba su opinión.

El vestido le daba fuerza.

– ¿Por qué verde? – había preguntado Isa cuando la miró – debiste ponerte rojo, en china se dice que es el color que deben llevar los anfitriones del evento.

– No estamos en china Isa, y llevo verde porque quiero combinar con Adam.

– Aja, ahí te pillé, combinar atuendos con tu novio es muy coreano de tu parte, lo vi en un drama – le sonrió con astucia – pero está bien, tu atuendo debe gritar "Yo soy la novia, no tú, perra"

– Omitamos los insultos

– Yo puedo decirlos por ti si quieres.

Luego de un rato donde le enseñaba todos los insultos que aprendió en otros idiomas, Ava terminó de alistarse y esperaba que Adam y Ed llegaran por ellas.

– El timbre sigue sonando – gritó Isa cuando Ava salía de su cuarto.

– Creas o no, ya lo escuché.

Abriendo la puerta se encontró con un atractivo Todo Poderoso que vestía un traje de tres piezas en su totalidad oscuro y con una corbata que era... negra. La decepción la invadió rápidamente.

– ¿Qué le pasó a tu corbata?

– Oh, bueno, decidí no ponérmela hoy. Esta cena, con las personas que irán, no me parece que sea el lugar apropiado para ponérmela, quiero hacerlo en un evento especial, solo tú y yo.

Y una vez dicho de esa forma, Ava tenía que comprometerse ¿Cómo no lo haría? Aunque ahora mismo con el vestido verde se sentía un poco ridícula ¿Debería cambiarse? Ella quería llegar conminaba con Adam, que luciera su corbata y, lo que era más especial, que sintiera el calor de las palabras que estaban bordadas para que pudiera relajarse durante la noche.

– Supongo que tienes razón, iré entonces a...

– ¿Ya nos vamos? – preguntó Isa entrando a la sala – porque tengo hambre, no almorcé nada

– Te comiste un plato lleno de ensalada de pollo

Su hermana la vio con cara de "¿hace cuánto que me conoces?" – La ensalada no cuenta.

– Tienes razón, y si, ya nos podemos ir.

Saliendo de la casa Ava intentó no sentirse incomoda o decepcionada, la confianza que había ganado con el vestido se había evaporado, y ahora era solo Ava James, la "socia" con un vestido verde.

– Bájate – le dijo Adam a Ed que estaba sentado en el asiento del conductor

– ¿Qué? ¿Por qué me tengo que bajar?

– Quiero manejar yo.

Frunciendo el ceño por su cambio de actitud, Ava se subió al asiento de copiloto y se puso el cinturón. Una vez los 4 estuvieron en el auto, el Todo Poderoso comenzó a manejar y el aura se aligero considerablemente.

– Ed, con respecto a tu propuesta – habló Isa detrás de ella – acepto ir contigo a alguna gala o fiesta donde esté el dueño de la galería, pero quiero ser yo quien se presente y venda sus obras, seré solo Isabel Perea.

1) Como Secretaria Para GruñonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora