Capítulo 11

4.5K 331 28
                                    

Ava se despertó, pero sentía que estaba en un sueño. Las últimas horas de su vida pasaron por ella como si fueran los flashbacks de alguna película de comedia. Viendo directamente al señor Gueller, recordando el desastre que le había hecho en el traje.

Para un hombre como él, que se ajustaba la corbata antes de cada video-llamada, tener manchado su traje Armani de vomito con sangre debería ser una de las ofensas más graves entre medio de la impuntualidad y la crucifixión de Jesús.

– Tranquila señorita James, no se altere – le dijo el señor Belmonte sonriéndole de forma amable – todo estará bien

– En la escala de 1 a aun puede conservar su trabajo ¿Qué tan bien estamos?

Ella tenía que preguntar, después de todo había arruinado la junta de la compra de las acciones, una que el Todo Poderoso llevaba mucho tiempo gestionando. Si le había prestado casi todos sus ahorros a Carlos, obviamente se había quedado en ceros, necesitaba el trabajo para las siguientes mensualidades del préstamo del banco y de la renta del departamento.

– No es necesario hablar de trabajo ahora mismo señorita James, solo preocúpese en recuperarse.

Aunque no estaba del todo convencida, puesto que el señor Gueller no le estaba gritando, debía interpretarlo como una buena señal.

– Por cierto, le llamó una amiga suya, dice que necesita hablar con usted en cuanto pudiera

– ¿En cuánto pudiera?

De pronto Ava se preocupó, Isa siempre era la única amiga que le hablaba ¿pasaría algo con la Tía Patsy? Tomando el celular de la mano del señor Belmonte marcó rápidamente.

No alcanzó a llegar al segundo tono cuando una voz con cierto recelo se escuchó

– ¿Ahora si eres Avi?

– Soy yo

– ¡En ese caso puedo regañarte! Ahora mismo pienso tomar un autobús para ir a patearte el trasero ¿Cómo se te ocurre prestarle tus ahorros a Carlos?

Ava se dio cuenta entonces que el problema era sobre el dinero, y en cierta forma sintió alivio.

– No es gran cosa, él dijo que me lo regresaría

– Obviamente te lo estará regresando todo ahora mismo, ya hablé con él, lo regañé por una hora, piensa devolverte hasta el último centavo.

– Pero él ocupa el dinero.

– ¿Y tú no? Por favor Avi, tienes la renta del departamento y esas mensualidades del banco que aún no puedes terminar de pagar. Incluso si tienes un súper sueldo ahora, tienes gastos como transporte, comida, luz, gas e incluso ropa de oficina.

– Ya casi estamos a fin de mes, con mi próximo sueldo puedo encargarme de esas cosas, tomaré el préstamo como un ahorro, me está beneficiando porque así no tendré la tentación de gastarlo. Míralo como una inversión

– Qué inversión ni que los santos Guadalupanos, si realmente quieres verlo como un negocio hare que Carlos te pague intereses

– ¿No crees que eso sería...?

– No estoy discutiéndolo, te dejo porque me habla la tía, adiós.

Una vez colgó, Ava no supo que hacer, ambos hombres la veían sin ningún descaro, incluso podía decir que la mirada del señor Gueller era la más intensa. Así que ella decidió hacer lo único que parecía haber dominado los últimos tres meses.

Trabajar.

– Señor Belmonte, dejé inconcluso unos documentos y una presentación en mi escritorio, si es tan amable de traérmelos, también mandarme al correo los nuevos...

1) Como Secretaria Para GruñonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora