8. ABISMO

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Mis párpados me pesan, pero consigo abrir mis ojos igualmente.

—¿Dónde estoy?

Una señora me obliga a recostarme de nuevo en la cama mientras me fulmina con una luz blanca y cegadora los ojos.

-—En la enfermería. Cuatro vino a dejarte, aunque siendo sincera, se quedó más tiempo de lo que suele hacerlo con el resto, fue extraño.

Obvio, es mi hermano. ¿Estaría preocupado? No me preocupo de eso, más bien de cómo mi ojo derecho duele como el infierno y no puedo abrirlo más de lo necesario.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?

Lo último que recuerdo es que le tocaba pelear a Chris contra Molly. Y que yo acababa de "ganar" a Peter. Teniendo en cuenta que soy mucho más débil físicamente y que tuve que sacar mi ira familiar para vencerle, no me lo puedo tomar como una victoria. Además de que solo gané porque le dejé medio inconsciente.

—Tranquila, solo han pasado unas horas. No interferirá en tu iniciación. Si sigues viva, claro-dice antes de alejarse de mí y coger una pequeña jeringuilla. Qué sincera.

—¿Puedo irme ya?

Asiente acercándose a mí.

—Primero debo ponerte esto, te ayudará con el dolor de cabeza. Aunque no hubo muchos daños físicos—Abro bien los ojos, ¿no hubo daños físicos con los puñetazos que Peter me dio?—y te desmayaste por el cansancio, la mayoría de las veces es al revés. Siéntete afortunada, que encima ganaste la pelea, y contra uno de los que dicen ser de los mejores. Increíble, ¿no?

Una sonrisa leve escapa de mis labios. Ni siquiera sé porqué.

—Bueno, se puede decir que no se me ha dado muy mal. De momento.

Ella hace una especie de mueca mientras busca un lugar de mi brazo donde no hay vena y pincha con la aguja. No duele mucho, pero sí me sobresalto un poco.

—Esto es solo para que no te duela-sonríe, deja salir el líquido y coloca una gasa ahí-. Por cierto, muy lindo tatuaje.

Abro bien los ojos ante la mención del tatuaje. No es que estuviera en un sitio público, precisamente.

—¿Cómo lo has visto?

—Tranquila, muchacha, tenías la espalda llena de moratones, tenía que curártelos de alguna forma. Y para responder a tu siguiente pregunta, Cuatro fue el que te levantó la camiseta.

Uf. Un suspiro de alivio es lo que suelto al oírla.

—¿Te dijo algo sobre...el dibujo?

El dibujo era solo una palabra, una que me iba a acompañar e iba a necesitar durante toda la iniciación.

—No, pero sí que pareció un poco impactado—. Sonrío por ello. Me hubiese gustado enseñárselo yo, pero me alegra que le haya gustado—. Una cosa...¿tienes algo con él? Porque es un instructor y las relaciones con las iniciadas están prohibidas...

—¡No!—Si soy franca, me da un poco de tristeza que no se note nuestro parecido. Ambos somos morenos y nuestros rasgos faciales son prácticamente iguales. La única diferencia, sus obvios músculos, que somos de diferente sexo y nuestros ojos. Los suyos son marrones, igualitos a los de mi padre, y sé que se odia por ello. Y los míos, completamente azules, como los de mi madre.

Sonríe pícara antes de desaparecer por la diminuta habitación.

—Soy Anne—dice como despedida.

—Tess.

EATON  [ DIVERGENTE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora