~ ELECCIÓN ~

1.2K 64 5
                                    

CAPITULO 3

Ha llegado el día.

Hoy es la Ceremonia de Elección anual, y puedo decir que tengo unos nervios que me están quemando por dentro.

Me coloco en mi asiento junto a los de Abnegación. Mi padre, por suerte, no se encuentra conmigo, está junto con los cuencos para la elección. Al ser el líder, él nombra a todos los jóvenes y grita lo que eligen.

Mi vestido gris es incómodo para andar, pero me las apaño, como Tris, que me ha mirado de reojo varias veces, dudosa de si decirme algo o no. Ayer fui a casa y por suerte mi padre no estaba, así que tuve la suerte de poder abrir mi armario y sacar una caja de él. Tenía guardada una camiseta de mi hermano que me dio la primera vez que mi padre me pegó tras la muerte de nuestra madre, por alguna estúpida razón, se la quité y me la quedé. Es de Abnegación, pero era más grande que las mías y me la ponía cuando me sentía sola, sentía la calidez de él después de las palizas, como si estuviese conmigo. Nunca se lo conté, sobre todo porque la guardé justo antes de su ceremonia.

Pero esta vez es distinta. Aquella vez, el miedo a que eligiera por mí en vez de por él estaba latente, pero a la vez...fue un sentimiento confuso. Esa mañana nos habíamos abrazado sin cruzar palabra, justo antes de que nuestro padre nos mandara ir a la ceremonia. Me senté en la distancia, observando cómo él bajaba y separaba nuestras manos, que habían estado entrelazadas. Sentía que si le daba la mano y no le soltaba no se iría y no me quedaría sola. Pero él me miró al oír su nombre y yo le solté lentamente. Lo que me dolió más al descubrir su decisión fue que no miró atrás ni una sola vez. Estaba orgullosa de que se hubiese ido, pero una sonrisa...una despedida en la distancia... Me quemó por dentro que no se despidiera, pero la furia de mi padre ese día fue de las peores. Estuve cinco días seguidos en la cama, sin poder ir a clase y sin ningún tipo de atención médica, salvo el consuelo de la camiseta de una persona que no se había dignado en dedicarme un saludo antes de desaparecer.

Desconecto rápidamente del discurso de Jeanine Mathews, la líder de Erudición. Todos los años es lo mismo. El único año en que escuché el rollo que soltaba fue cuando mi hermano estaba eligiendo. En ese momento supe que la única persona que me protegería con garras y dientes, se había ido.

-¡Tesslie Eaton!-Grita mi padre. Desvío la mirada del suelo a él. Todos me están mirando.

Salgo de mi fila, y lo último que veo antes de empezar a bajar por las escaleras es la sonrisa de fuerza y ánimo que mi mejor amiga me dedica. Caleb se encuentra mirando hacia el suelo, como yo antes de que me llamaran. Me parece que no soy la única que está teniendo problemas para decidir qué hacer con su vida.

Solo tardo unos segundos en llegar abajo.

Miro los cuencos y acepto el cuchillo que mi padre me ofrece para cortarme. Evito mirarle a la cara, si lo hago, percibirá mi indecisión y me presionará, cosa que no debo permitir si quiero poder concentrarme y elegir correctamente.

Mientras me corto y aguanto el dolor, pienso.

¿Cordialidad? Ni siquiera salió en la prueba. No me veo alrededor de gente que únicamente sonríe y da las gracias por todo.

¿Verdad? Aunque saliera en la prueba, no sería capaz de someterme a pruebas donde tuviera que desnudarme mentalmente y contar mis secretos a todos. Aún no entiendo cómo hay gente dispuesta a eso.

¿Abnegación? Totalmente descartado. No puedo quedarme con mi padre. Estaría sola y sería mi propio fin. Las personas allí son importantes y buenas, muchas de ellas son cercanas a mí, los padres de Beatrice, ella misma, Caleb... Pero sé que no es una opción, además, me gusta verme al espejo y nunca he soportado la norma de no utilizarlos nada más que una vez.

EATON  [ DIVERGENTE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora