24. CLASIFICACIÓN

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He dormido tan profundamente que se me había olvidado dónde estaba. Me giro un momento, intentando reconocer el lugar.

Eric.

Efectivamente, está a mi lado. Me froto los ojos y los vuelvo a abrir, pero nada ha cambiado. No está dormido y tampoco está desnudo. No sé si alegrarme o no.

Me está mirando con una sonrisita que dice todo, pero a la vez no dice nada.

—Anoche…

—Prefiero no preguntar—respondo rápidamente. 

—¿Seguro?—Se ríe de mí, y la verdad se me hace tan raro verlo así que parece que todavía estoy en un sueño—. Te gustaría saber…

—No quiero oír lo que pasó y no poder recordarlo.

Siendo sincera, me jode mucho no acordarme de nada después del beso que nos dimos. Esa bebida me afectó bastante más de lo que yo esperaba y lo odio. ¿A quién no le molestaría haber tenido una noche de ensueño con Eric y no acordarse de nada? Porque a mí me fastidia.

Su risa es tan extraña para mí que de verdad siento que me la estoy imaginando.

—¿De verdad te estás riendo?—Sé que es absurdo preguntarlo, pero es que es tan…raro.

—Sí, de verdad me estoy riendo. De ti, además.

—Sí, eso era lo único que me había quedado claro.

Tampoco soy idiota, por favor.

—¿Tanto te sorprende?

—¿En serio me lo preguntas? Pensaba que tenías estropeados los músculos de la cara y que por eso nunca sonreías—comento, ahora yo riéndome de él. Tiene los músculos estropeados, pero de ser tan guapo.

—Sonrío solo cuando quiero.

O sea que ahora está feliz…¿no?

De hecho, que los dos estemos en la cama hablando como si nos conociésemos de toda la vida y fuésemos…no, Tess, no vayas por ahí o acabarás mal.

Me levanto a toda velocidad para ir al entrenamiento de lo que sea que toque hoy. Primero porque no quiero llegar tarde y segundo porque si sigo pensando en lo que estoy pensando voy a liarla, y mucho.

—¿Dónde está mi ropa?—Pregunto sin darle demasiadas vueltas al hecho de que solo tengo mi ropa interior. Ya tendré otro momento para averiguar qué narices hicimos, o más bien hice, anoche.

—Lavándose, digamos que te ensuciaste un poco—alza las cejas hacia arriba mientras sonríe con la insinuación en toda su cara.

—Perfecto—maldigo entre dientes para evitar odiar a mi cuerpo por hacerme olvidar una noche que podría haber sido la mejor noche de mi vida—. ¿Y qué me pongo ahora?

Camina hacia su armario y me lanza una camiseta y unos pantalones. Cuando los cojo, no puedo evitar pensar en que esto me quedará enorme.

—Tu pantalón ya estará limpio, voy a por él.

Asiento y espero a que desaparezca para vestirme. Como si no te hubiese visto bien hace unas horas.

Joder.

Me pongo la camiseta que me ha dado y una chaqueta suya que hay colocada en una silla. Huele tanto a él que me provoca una oleada de placer casi instantánea. 

Si yo lo huelo, ¿también lo hará la gente?

Nah, nadie está tan obsesionado con él como yo.

—Toma—me lanza mi pantalón y yo me lo pongo rápidamente bajo su escrutinio.

—¿Qué?—Pregunto cuando no deja de mirarme.

EATON  [ DIVERGENTE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora