30. IRA

328 29 13
                                    

Estaba acostumbrada de alguna manera a esconderme, a no saber defenderme con Marcus, que aparté esa parte de mí que quería luchar. Siempre he querido defenderme, hacerme valer y demostrar que no pueden hacer conmigo lo que quieran. Que por mucho que lo intenten, nunca me voy a rendir. Siempre voy a intentar seguir adelante.

Y más cuando mi vida está de por medio. Solo mis personas más cercanas son por las que daría la vida, pero jamás dejaré que nadie me quite la mía.

Y me parece que no lo he dejado lo bastante claro.

También es verdad que suelo tener paciencia. No mucha, es verdad, pero la suficiente para mantenerme con vida. Es mi prioridad número uno.

Pensé que lo estaba consiguiendo. Avanzar en mi cambio físico para conseguir precisamente eso: vivir sin pensar todo el rato en que algo malo puede estar acechándome.

Sin embargo, creo que por fin me he dado cuenta de que eso no es posible. Si de por sí era complicado llegar con vida al final de la iniciación siendo divergente, ¿cómo voy a conseguirlo teniendo tan cerca a una persona que quiere matarnos?

Y aún peor, porque esa persona me gusta. Me gusta mucho. Es la primera vez que siento que alguien cala hondo en mí. De alguna manera, lo ha logrado. Y prácticamente sin esfuerzo. Yo le he dado ese poder sin pensar en las consecuencias. Ahora es cuando me arrepiento. Obviamente no de haberme acercado a él, pues lo hice sabiendo todo lo que nos separaba. Pero sí lo hago de no haberme detenido a tiempo. Si lo hubiese parado, quizás nada de esto hubiese pasado.

Pero es imposible saberlo. Lo único que tengo claro es que tenía más paciencia antes de llegar a Osadía. Y no se me agotaba tan fácilmente como ahora.

Creo que tardo en estallar exactamente tres segundos. El primero porque tocar los pies en el suelo me devuelve toda la respiración que había estado aguantando. Los dos siguientes son para mirarle a los ojos.

Me devuelve una mirada que no me molesto en descifrar antes de apartarlo de mí de un puñetazo. 

La adrenalina me envuelve, pero casi ni la noto con la ira que vive dentro de mí.

—¿Quién crees que eres? 

Es la primera vez que siento ganas de atacarle en lugar de besarle. Y no tengo miedo de lo que eso significa. Por fin he conseguido la determinación que tanto tiempo llevaba buscando.

Las cosas no iban a ir bien desde el momento en que decidí que formara parte de mi entorno.

Aunque mi puñetazo lo desequilibra por unos segundos, no le hace daño. Mi intención era que le doliese, pero defenderme es la prioridad ahora mismo. Y dejar claras las cosas.

—¿Qué crees que haces atacando a un líder?—Susurra con ese tono bajito y amenazador que antes me dio escalofríos.

Primera y última vez que me provocará miedo. Llevo toda mi vida con miedo y no voy a dejar que siga siendo así. 

Me acerco a él tanto que nuestros labios se rozan cuando hablo, pero no presto atención a lo que eso me hace sentir. Guardo esa sensación en un cajón al fondo de mi mente, donde no pueda notarla hasta dentro de mucho tiempo.

—Yo no soy tu muñeca para jugar, rubio—no puedo verme, pero sé que mis ojos son negros de la furia, no tengo ninguna duda—. No dejaré que lo hagas.

—No recuerdo haberte pedido permiso—contesta en su lugar, sin dar un paso atrás. No esperaba menos.

—¿Quieres seguir por este camino? Bien. No me conoces, y te aseguro que no quieres hacerlo.

Mi vida siempre va a estar por delante. Siempre. Y si tengo que luchar por seguir respirando, voy a hacerlo. Ya lo estoy haciendo, y no me detendré por él. 

No me rendí cuando vi cómo Tobías me dejaba sola ante el peligro y no voy a hacerlo ante él.

—¿Crees que eso me asusta?—La burla con la que lo dice solo me cabrea más, pero no me dejo amedrentar. Sé jugar a su juego. Llevo haciéndolo desde que nos conocimos.

—Debería—me limito a decir. No voy a darle más interés del que tiene, sé que él lo hará por mí.

—No me asustas, Tesslie. Nunca…

Le interrumpo pegando nuestros labios antes de que pueda acabar. La sensación que había dejado en el cajón bajo llave sale disparada hacia el centro de mi mente. Mis manos se posan en su cuello casi por inercia, igual que nuestros labios se juntan. Me muerde el labio tan fuerte que suelto un gemido de dolor y placer, mientras saboreo algo de sangre y también a él. 

Estoy segura de que besarle es una de las mejores sensaciones que voy a experimentar en mi vida, pero eso no me hace olvidar el objetivo que había detrás de todo esto.

Me giro y junto más nuestros cuerpos, lo suficiente para empujarle y separarme de él en el mismo momento en el que sus pies dejan de tocar el suelo. 

Reacciona tan rápido como esperaba y se sujeta con las manos en el suelo para no caer al abismo. 

Intenta subir, pero le piso con fuerza una de las manos mientras sonrío de manera cruel. Estoy muy segura de que mi sonrisa es exactamente igual que la suya. Y no me preocupa en lo absoluto.

—Mmm, no, no. Quédate ahí, creo que tenemos que charlar un poco más.

Está tan tenso que parece que va a matarme, pero no planeo morir hoy. Sé que no se lo esperaba y eso solo me hace disfrutarlo aún más.

Me agacho para estar frente a frente, pero lo suficientemente lejos como para estar segura de que no me la puede devolver y que tampoco puede subir sin que yo le de una patada que le devuelva a su sitio. No sé qué le parece ver en mi cara, pero parece seguro de que lo haré. 

Buena decisión.

—Dime, Eric, ¿qué se siente cuando no tienes el poder?

Sus ojos son el azul más oscuro que podría haber imaginado nunca. La satisfacción que me recorre es tan grande que casi podría simular un orgasmo.

—Te castigaré por esto—contesta en lugar de responder la misma pregunta que me hizo él estando en esa misma posición.

—Adelante, te la devolveré de nuevo—me burlo, no pierdo la oportunidad—. No soy como el resto de chicas, rubito—recalco la palabra con sorna, sin perderme nada de su reacción—, yo siempre iré por delante de ti.

Me alejo y permito que suba sin dificultad. Se queda ahí, quieto, demasiado quieto. Como creo que esto ya ha sido suficiente, me acerco a la salida.

Me giro antes de salir y le miro antes de que pueda arrepentirme.

—¿Quién es el líder ahora, Eric?



















dios, creo que es imposible describir lo mucho que he disfrutado escribiendo esto. jajsjsjjaja, qué os ha parecido a vosotr@s?

~ dadacub

(⁠θ⁠‿⁠θ⁠)

EATON  [ DIVERGENTE ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora