Mi habitación huele a vaporub, canela y laurel. La tenue luz que ingresa por los blindex son sólo de la Luna y las estrellas. Al parecer está noche está hermosa para mirarla y pensar en las victorias.
Cariem me está colocando aceite de azahar en el cuerpo, y Anastasia me ofrece una pócima de menta para que enjuague mi boca.
Aun tengo la sensación de que gusanos recorren mi cuerpo en la boca el sabor de algo amargo. La escena de Iracema sosteniendo mi mentón obligándome a mirarla sigue tan nítida en mi cabeza. Sus ojos negros y sus uñas afiladas son la razón por las que sigo temblando.
—Vega... —Una voz me llama miro a un costado de Cariem y al ver a Luriel no dudo en dejarlo todo e ir por él —. Mi Vega —repite cuando me abraza y yo me hundo en su cuello.
—Despertaste —digo mientras de tanta felicidad se me escapa una lágrima —¿Pero qué haces aquí? Deberías descansar.
Me separo de él, y vuelvo a ser interceptada por Cariem quién me estira hacia él para seguir con su ritual.
—Ay que bonito, los tórtolos —dice Anastasia y agarra a Luriel para abrazarlo—. Me alegra que estés bien Cario. Te extrañé.
—Ana... yo... —Luriel la vuelve a abrazar, y eso me destrozó.
Gianti comenzó a sollozar y Anastasia también, no la había visto llorar, y eso me destroza el corazón.
—Le hacía falta —me susurra Cariem—. Llorar, le hacía falta hacerlo. O su corazón se iba a marchitar.
Entiendo a la perfección lo que intenta decirme. La verdad es que sé cuando un corazón debe dejar ir el dolor. Y me alegra ver que Luriel sea el lugar seguro para Anastasia. Eso solo me dice que él en verdad la aprecia y ella a él.
—Lo siento tanto, Ana, en verdad. Zunú era, es uno de mis mejores amigos, mi mentor, mi maestro. Él, me enseñó tanto, sin él yo no sería la mitad de lo que soy.
—Era un tonto —dice mientras se seca las lágrimas —. Un gran guerrero, pero un tonto. ¡Por los dioses! Lo extraño Luriel. Extraño a mi hermanito.
Miro a Cariem y no puedo evitar que mi labio se tuerza hacia abajo, mis ojos me arden y las lágrimas se acumulan en ellos cuando el nudo de mi garganta se hace más grande.
—El único que me quedaba, y se fue, feliz dice Jose, pero cuanto me duele su ausencia. Y no le dije que lo quería —Ana se seca las lágrimas —se que lo sabe, pero, me hubiera encantado decirle. Y de paso darle un golpe en la cabeza por dejarme justo ahora que más lo necesito... siento que el mundo se me escapa de las manos.
Luriel vuelve a abrazar a Anastasia. Cariem me da un golpecito en la mano para darme a entender que ya puedo ir hacia ello. Mi impulso me lleva a ir u abrazar a ambos.
Luriel abre sus brazos para que yo entre en ese abrazo y no puedo evitar dar un beso en la frente de Ana. Ella se separa de ambos, hace un pequeño puchero y con eso queda viéndonos.
—Jamás creí que me iba a sentir bien —dice a penas —. Luego de un abrazo. Les agradezco, Vega, Luriel. Ahora necesito ir a estar sola.
—Ve —dice Luriel —. Pero por fa, regresa si quieres más abrazos, para ti siempre los tendré.
Ana sonríe y se pone de puntitas pata darle un coscorrón a Luri. Él solo sonríe y ella da un paso atrás.
—Lo haré. Gracias.
—¿Puedo acompañarte hasta el patio al menos? —pregunta Cariem y Ana sólo asiente —. Los dejamos solos...
—Gracias —decimos Luriel y yo.
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Los Dioses del Panal [Libro 5]
FantasiaLas reglas ya no existen desde que los 7 se dividieron. Los dioses dejaron de ser Neutrales y eligieron bandos. Luriel y todos los que alguna vez fueron de La Colmena se enfrentarán no solo a los mosntruos y enemigos que ahora se quieren aprovechar...