Irama pone sobre la mesa de madera un par de recipientes, ella se encargó de guardar el alma de Solei en un frasco de vidrio para que pueda ser liberada y pueda ir al tapekue luego de esto.
Miro a Luriel quien no despega sus ojos de cada paso que da la bruja.
Mientras a nuestro al rededor como si esto fuera una obra de ballet las personas tienen su propia coreografía, encendiendo velas en cáscaras de naranja, quemando sahumerios, extendiendo hilos de un lugar a otro, santificado el lugar.
Los últimos en llegar a la escena son Mortel e Hisa, quienes traen en brazos a Saite y Mainara respectivamente. Colocan a mis hijos para que se sienten sobre la mesa, mientras las hojas de los árboles de guayaibi caen sobre nosotros debido a la tenue brisa que nos acaricia la piel.
Esto era lo que aguardabamos para liberar a Solei, Luna llena en capricornio, brisa del sur y que mis hijos estén completamente sanos, ya que hace unos días estaban algo engripados.
El asunto pendiente de Solei son ellos, y es algo que debíamos cerrar.
Mi corazón palpita con fuerza, no puedo creer que después de tanto tiempos al fin haremos esto.—¿Estás listo, Orkias? —pregunta Irama.
—Sí —respondo.
Ella abre un pequeño frasco de vidrio y me unta en la frente miel y romero, dice unas palabras en guaraní muy, muy bajo, que no entiendo al 100% pero estoy seguro que decía algo de ponerme en el ojo del alma y guiarla.
Va junto a Mainara y Saite, hace lo mismo, ellos se quedan quietitos como si supieran que es necesario.
Al terminar, Irama va junto a Thalia, se lo coloca a ella y luego le entrega el frasco. Por lo que Thalia va junto a Hisa y repite el proceso, luego junto a Luriel y por último a Josefina.
Mortel ya no entra en el círculo pues él cortó lazos al divorciarse.
Los marcados nos acercamos a la mesa, la rodeamos y esperamos. Vega viene hasta nosotros y nos entrega a cada uno una bolsa pequeña de arpillera que adentro contiene hierbas como manzanilla, ka'a he'e, tapekue, poleo, y menta.
Se aleja y va al otro círculo más grande de personas que ahora nos rodea.
—Ahora —dice Irama—. Voy a invocar a Porasy... para que pueda proteger este rito— con eso mi corazón late con mayor rapidez. —. Es probable que Solei quiera ver a sus hijos, Luriel, Hisa y Thalia, no la sostengan por mucho tiempo... Orkias, cuando sientas que está aferrada a Saite y Mainara es donde deberás hablas con ella y convencerla a ir.
>>Ella es conciente de que debe ir al tapekue, pero porque está encerrada, cuando un alma triste ve lo que la hacia feliz, quiere aferrarse a ello.
—Entendio —digo.
Tomo el frasco, lo miro en verdad esto me está costando, respiro profundo, y la rabia se acumula de nuevo en mi corazón, el dolor de mi mente y la tristeza de mis recuerdos.
—No puedo hacerlo —digo con frustración —. Luriel ¿Te animas?
—Sí, sería un honor.
—Adelante, hijo, yo no puedo.
Me seco las lágrimas que caen de mis ojos, e intento alejarme de la mesa, pero Mainara me extiende sus manitas.
—Papi —su voz melodiosa me llama, me acerco a ella y me limpia las lágrimas.
—Te amo —le digo con el corazón arrugado.
—Tamo muto —responde.
Le doy un beso en la frente, luego a Saite y regreso a mi lugar en el círculo.
Luriel toma el frasco, lo baña en el primer recipiente de agua, cierra sus ojos, dice un conjuro y luego lo baña en el segundo recipiente.
—Te libero, alma, te libero —repite alzando el frasco que brilla de un dorado —. Paga tus pendientes y ve al Tapekue con tus ancestros.
A continuación golpea el frasco contra la mesa, su mano sangra, pero le resta importancia al ver como el alma de Solei toma forma.
—Mami —dicen en coro sus hijos.
Solei en su forma, emana la figura de su cuerpo, pero como una brillante llama, abraza a su hijo, Luriel llora desconsolado, y entiendo su sentimiento, al fin y al cabo dejo de ser un héroe para ser quien es por rescatar el alma de su madre, por venganza, por amor.
A continuación va hasta Thalia e Hisa, las abraza, acaricia sus rostros y ambas admiran el alma.
—Mami —vuelve a llamar Saite.
Y esto la obliga a voltear a la mesa, volando va con rapidez y desesperación, gira al rededor de Saite y Mainara, y los junta en sus brazos. Ella queda allí, y a pesar de no emitir un solo sonido, la escucho, se que está llorando, se que les está hablando, se que les está diciendo que los ama.
Las velas de nuestro alrededor comienzan a apagarse y esa es mi señal. Irama me llama, para que me apresure, pero la verdad es que me está costando. Los hilos comienzan a soltarse, y se que ya no puedo permitir que el tiempo siga corriendo.
—Solei, mi amor —la llamo y ella levanta la cabeza. Me llama para que me acerque y obedezco —. Me gustaría que te quedes por siempre... —le digo, y cada vez más presionado por la velocidad en que las velas se apagan—. Pero debes ir al Tapekue.
Ella hace un gesto que entiendo, es de tristeza y desilusión. Besa en la frente a sus hijos y a continuación se acerca a mi. Pensé que también me iba a dar un beso, pero solo termina poniendo una mano en mi frente y lo último que hace es darme un regalo, algo que puede definir nuestra vida o nuestra muerte.
Visiones
En un gran campo de batalla veo a Luriel, Vega, Iracema luchando, contra algo que jamás lo hubiera imaginado... dioses.
La imagen se ve confusa, no comprendo quien es quien, solo veo portales, criaturas desconocidas y una gran corona en la cabeza de una mujer que no reconozco porque está muy lejos.
Todo se ve turbio, desolado y peligroso.
En un rincón veo a 3 jóvenes, parados sobre una roca, cerrando el portal que traía a los dioses.
—No mueras antes de que eso pase —la escucho decir en mi cabeza —. Enséñale los poderes de Eirú, son nuestra esperanza
—¿A quienes? —pregunto
Ella mira a Saite y Mainara. Parpadeo y ella desaparece en el aire.
Mi respiración se vuelve agitada y ahora tengo una enorme carga en la espalda. ¿Saite y Mainara? Son nuestra esperanza...
Miro al cielo, trago fuerte y veo una estrella fugaz.
—Mami —dice Mainara —Aios
—Aios —responde Saite y agita su mano en el aire para despedirse.
—Adiós... —digo, aun desolado, sorprendido y ahora confundido.
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Los Dioses del Panal [Libro 5]
FantasyLas reglas ya no existen desde que los 7 se dividieron. Los dioses dejaron de ser Neutrales y eligieron bandos. Luriel y todos los que alguna vez fueron de La Colmena se enfrentarán no solo a los mosntruos y enemigos que ahora se quieren aprovechar...