La respiración de Luriel y de Orkias es irregular. De inmediato dejo lo que estoy haciendo con mis sahumerios y velas para acercarme a ellos.
Están en transe, y lo sé sin tan siquiera tocarlos. Esto es obra de Iracema, esa chica está en otro nivel de poderes e este momento.
—¡Irama! —me llama Yara quien se detiene en la puerta al ver el terrible escenario. —¡Mierda! Venía a contarte que Vega está en un ritual purificador porqué Iracema le lanzó una maldita, y ahora Gustavo llevó a Cariem a ayudar a Josefina quien al parecer está actuando de puente para Iracema...
—¿De puente? —pregunto y volteo hacia ella preocupada por lo que acaba de decir
Esa palabra solo me da a entender que Iracema y Josefina tienen un vínculo de sangre. Pero no hay tiempo de hacer análisis, debo ver que pasa con Orko y Luri.
—Avisa a Cariem, que vaya con Anastasia y a Josefina la envías junto a mi, en lo posible que le coloquen sal en las manos.
—¿Entonces quieres que Cariem deje a Jose?
—¿Me vas a hacer repetir la orden?
—Disculpa, Irama, voy ahora mismo.
Lo nerviosa que me pone que no entienda lo que acabo de decir es indescriptible. Camino hasta los potes de hierbas y agarro un poco de clavo de olor, laurel y una rama de canela. Lo coloco en un tarro para sahumar y lo enciendo todo con un carboncillo.
Me siento en medio de las camas de Luriel y Orkias, extiendo mis manos y sostengo las de ellos, cierro mis ojos y de inmediato estoy viendo las dos pesadillas que ambos están viviendo.
Se que mi cuerpo comienza a sudar, el calor me toma por completo y el aroma al sahumerio comienza a darme nauseas. Iracema está en este punto cardinal, pero del otro lado.
¡Maldita sea! Lo poderosa que puede llegar a ser, me asusta.
Luriel por su lado presencia la muerte de su madre una y otra vez. Mientras que Orkias ve a sus hijos morir. Esto es una tortura incluso para mi que solo estoy de visitante.
—Vamos, Iracema, sé que estás aquí.
Digo caminado en todas las direcciones de las pesadillas de ambos. Es como ir con un cursor y recorrer un amplio mapa, mi cerebro está partido en dos.
No encuentro al Luriel ni al Orkias real en este mundo, solo veo los reflejos de sus sueños.
En algún punto, ambos deben estar como prisioneros. Eso es más que evidente.
Esto ya no es magia negra, esto es magia de dioses. ¡¿En qué se está convirtiendo esta chica?!
Me tranquilizo, porque al ritmo que voy todo me pasa desapercibido, si quiero saber a ambos, debo fijarme en los detalles.
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Los Dioses del Panal [Libro 5]
FantasyLas reglas ya no existen desde que los 7 se dividieron. Los dioses dejaron de ser Neutrales y eligieron bandos. Luriel y todos los que alguna vez fueron de La Colmena se enfrentarán no solo a los mosntruos y enemigos que ahora se quieren aprovechar...