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A la mañana siguiente, me vestí y me fui al restaurante de la posada para desayunar.
Después salí a dar una vuelta por el pueblo y vi una tienda de ropa, así que entré para comprar lo necesario.
Cogí ropa interior de este mundo, parecía cómodo, un pijama para dormir, por supuesto cogí de hombre porque la ropa de dormir de la mujer era demasiado sugerente. Aquí parece ser que las mujeres solo sirven para lucir cuerpo y por ahí no paso. Soy una mujer moderna y me respeto demasiado para contentar a unos cerdos.
Vi que también tenían ropa de casa, así que busqué toallas y las encontré no eran muy suaves a las que conozco pero servirían. Cogí dos pequeñas, una para secarme las manos y la cara y la otra lo usaría como esponja una vez que haga jabón. Cogí dos grandes para cuando consiguiera una bañera.

Pagué por todo y me lo guardé en el bolso. Salí algo más contenta y busqué el gremio de mercaderes, me costó encontrarlo, no era precisamente lujoso y no había nada que destacara así que acabé preguntando porque no lo encontraba después de dar varias vueltas y resultó que pasé por delante varias veces.
Entré y vi estanterías con productos y gente mirándolos, y me acerqué a recepción que estaba al fondo.

—Hola, buenos días, ¿en que puedo ayudarte?—dijo la joven sonriendo y mucho.
—Hola, quisiera registrarme en el gremio.
—Oh, de acuerdo.—sacó una hoja y una pluma y me lo puso delante.—rellene este formulario, por favor.
—Bien.—miré para ver si había tinta en alguna parte y ella me miró esperando.—perdone, pero ¿donde está la tinta?
—Oh, si. Esa pluma es un artefacto mágico, no necesita untar la punta para escribir, saldrá la tinta sola mientras escriba en el papel.
—Oh, gracias.—buen invento tengo que saber donde conseguirlo, me vendría bien para mis estudios.

Rellené las partes vacías del formulario y se lo entregué.

—Muy bien, espera un momento.— se fue con el formulario y unos minutos después volvió con una tarjeta.—no la pierdas, si se extravía tendrás que pagar 5 monedas de plata para volver hacerla.
—De acuerdo.—se la guardó en el bolso.
—¿Sabes como funciona esto o necesitas una explicación?
—Estaría bien que me lo explicaras.
—Bien, el gremio de mercaderes, funciona como cualquier otro gremio, va por rangos, ahora mismo estás en el más bajo, el rango F, eso significa que tienes permitido vender donde quieras, eres un mercader ambulante. Cuanto más vendas más experiencia coges y subirás de rango.
—De acuerdo, ¿y en que rango tengo que estar para tener una tienda?
—En el B o el A. El siguiente rango es el E, es cuando podrás tener tu carro y podrás desplazarte con más facilidad a los sitios, luego está el D que tendrás una parada en la calle, así sucesivamente.
—Entiendo, muchas gracias.

Me acerqué a la zona de los objetos en venta y vi que tenían libretas, cogí una, la portada y contra portada eran de cuero, lo abrí y las paginas eran en blanco, perfecto. Después busqué la pluma y cuando vi el precio casi me da algo, era carísima. Supongo que al ser un objeto mágico el precio sube, quizás esté hecha con materiales especiales.
De repente apareció ante mi un cartel, miré a mi alrededor para ver si había más gente que lo viera, pero parecía que no. Leí lo que ponía.

—Pluma mágica, no se le acaba nunca la tinta, está hecha con la pluma de un monstruo de rango A de las montañas, un grifo.—ahora tiene sentido el preciso.

La cogí y fui a recepción para pagarla.

—Una moneda de oro y dos de cobre.—dijo.

Pagué y guardé las cosas en el bolso, me fui a dar un paseo, pasé por la calle principal y había un mercado, decidí mirar lo que tenían y compararlo con la comida de mi mundo. Si no lo conozco, no lo como, esa es una norma importante si no quieres tener un problema estomacal.

Vi que había paradas de comida cocida, la hacían a la parrilla y en una gran olla, compré un poco de sopa y una brocheta de carne con algo de verdura. Busqué un lugar donde sentarme y poder comer, encontré un banco y me senté.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora