Krypton (supercorp)

12

No sé cuanto tiempo estuvimos andando, paramos para comer algo, pero no podíamos cocinar, así que las vi sacar pan y carne seca y empezaron a comérsela.

Yo abrí mi inventario y miré que tenía para comer. Tenía pan, y brochetas. Es cierto, me compré brochetas hace varios días para el viaje y me olvidé de ellas. Lo bueno de este sistema de almacenamiento, no se estropea nada.

Saqué el pan que estaba en un paño y después las brochetas que estaban en otro paño. Lo dejé en el suelo y lo desenvolví, las chicas me miraron sin decir nada, pero imaginaba lo que estaban pensando se les veía en la cara, así que saqué más paquetes y se los di.

—Seguro que está más bueno que esa carne seca.—les dije.
—Gracias.—dijo Sam aceptando el paquete.

Kara y Alex cogieron los otros paquetes y empezaron a comer.

Las vi disfrutar del sabor.

—Me das envidia por tener ese regalo.—dijo Alex.
—Es cierto, si tuviéramos caja de artículos, la comida de Sam se mantendría caliente y podríamos comer siempre en lugares como este.—dijo Kara.
—Haría comida para todo el viaje.—dijo Sam.
—Bueno, se puede hacer. Puedo guardarlo yo.
—Así que aceptas unirte a nosotras.—dijo Kara sonriendo.
—Bueno, este viaje he podido ver que de alguna forma soy útil para vosotras que sois un grupo de rango SS.
—Claro que eres útil Lena. Me has ayudado mucho con las comidas y las cenas, cosa que estás dos no hacen jamás.—dijo Sam.
—Tengo un lugar donde poder dormir, sin tener que oírlas.—dijo Kara.
—Eres buena con el arco, aunque necesitas aprender a defenderte y a luchar cuerpo a cuerpo, pero te enseñaré, tranquila.
—Y no nos olvidemos que desde que estamos contigo, el viaje está siendo interesante. Por ejemplo, ha sido la primera vez que hemos visto un unicornio.—dijo Sam.

Sonreí por los comentarios y seguimos comiendo.
Después de comer y de descansar, seguimos.

Unos minutos después llegamos a otra cueva y era mucho más grande que la anterior, pero había un inquilino ahí que estaba dormido.

—¿Que hace un dragón aquí?—preguntó Kara.
—Está muy cerca de la capital.—dijo Alex.

Las dos desenvainaron sus espadas y nos quedamos mirándolo, había algo dentro de mi que me decía que ese dragón no iba a atacarnos, estaba dormido.
Me fijé que a su alrededor las paredes brillaban. Le di más magia a la bola de luz para que brillara.

—Grgrgrgrgr.—creo que lo he despertado.

Abrió un ojo y se incorporó un poco para que lo viéramos bien y él a nosotras.

—¿Quién osa despertarme?—otro animal que habla, pero su voz es profunda y fuerte.
—Lo siento, no fue nuestra intención.—le dije.

Me miró sin decir nada.