La portada no es mía, la he cogido de internet y como me ha gustado la estoy usando para esta historia.
Es diferente a las demás, es fantasía y la idea esta basada en serie anime que me encantan. Isekai, aventuras en otro mundo.
En esta historia me...
Habían pasado un par de días, había aprendido hacer pociones con las hierbas que recolecté. Las evalué y decía que eran pociones de bajo nivel, que funcionaba para heridas pequeñas y superficiales.
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—Bueno, es normal, no iba a conseguir hacer las mejores a la primera.
Las cogí y fui al gremio, a recepción de alquimistas, les entregué las pociones.
—Espere aquí, vamos a evaluarlas. —Son de bajo nivel.— les dije. —De acuerdo.
En ese momento aparecieron dos aventureros heridos, se acercaron al centro de la sala, todo el mundo se acercó y los rodeó.
—¡Ayuda! Hay una salamandra de fuego en el bosque del norte.—dijo uno de los dos.
La recepcionista que me atendía entró corriendo, supongo que a por pociones. Cogí dos de las mías y pedí permiso para acercarme a ellos.
Estaban heridos, uno tenía quemaduras y el cortes por todas partes.
—Ten, esto te ayudará.—dijo entregándole la poción.
El hombre sin pedir explicaciones se la tomó y todas sus heridas se curaron.
—Gracias. —De nada.— no me esperaba esa reacción a la poción, decía que era de nivel bajo y le ha curado por completo. —¿Tienes otra? —S-Si, aquí tienes.—le di la otra y se la hizo tomar a su compañero. —Venga Steve, tomate esto.— estaba inconsciente pero se lo tomó automáticamente.
Brilló y las quemaduras desaparecieron, abrió los ojos y vio a su amigo.
—Gracias a los dioses, te pondrás bien.—dijo.
La gente no dijo nada, solo me miraron y yo necesitaba salir de allí, pedí paso para irme y cuando lo conseguí, me dirigí a la puerta del gremio para irme a la posada, necesitaba entender que es lo que había pasado.
Mis pociones no podían curarlo, al otro solo las heridas superficiales, pero nada más y las quemaduras solo funcionaría con una poción de nivel máximo y no lo eran. No entiendo nada. Cuando quise salir choqué con alguien.
—Hey, ¿estás bien?—levanté la mirada y la vi. —Kara. —Sí.—miró a su alrededor.—¿que pasa aquí? ¿Que le habéis hecho?
En ese momento salieron los empleados con pociones y se quedaron quietos al ver que los heridos estaban curados.
—Nada. Ella ha curado a estos dos aventureros.—dijo uno.
Kara me miró sorprendida y yo miré al suelo sonrojada, pero no me separé de ella ni la alejé de mi. Seguía teniendo sus manos en mi cintura.
—¿Como lo has hecho?—preguntó uno de los empleados. —No hice nada. Solo le di una de mis pociones. —Ella ha traído pociones de bajo nivel.—dijo la mujer que me estaba atendiendo antes. —¿Tienes más?—preguntó el hombre. —Están en el mostrador.—dije.
