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Alex y Kara volvieron con los caballos, entraron por detrás para instalarlos en el establo.
Las oí así que salí y los vi, me acerqué a Rayo y lo saludé.

—¿Como estás amigo?
—"¿Vamos a vivir aquí?"
—Sí, ¿te gusta?
—"Es mucho mejor de todos los que he estado".
—Venga, vamos a dentro, te quitaré la silla y lo demás.

Entramos en el establo y lo guardé todo.

Después salió con los demás y bebieron el agua de bebedero, era fresca, lo llené antes de que llegaran. Los cuatro movían la cola, estaban contentos.

Después de que estuvieran instalados y frescos, volví al interior, Sam estaba preparando la comida.
—¿Que clase de misiones haremos aquí?—preguntó Alex.
—Puede que recoger minerales, los enanos están muy ocupados para hacer eso, excepto los enanos mineros.—dijo Kara.

Me senté en la mesa con ellas mientras las escuchaba.

—Yo no necesito mineral. Tengo el que recogimos en la primera misión juntas.—le dije.
—De acuerdo, pero no uses el mágico, aquí son muy competitivos y preguntaran quien tiene el talento para hacer un arma mágica.
—¿Tan increíbles son?

Ninguna de las tres dijo nada durante un rato, solo me miraban y eso me incomodaba un poco.

—En realidad, no existen. Nunca las verás en las tiendas, como nuestras armas divinas. Las mágicas son un leyenda, solo el primer héroe tenía una espada mágica, está guardada en algún lugar, pero nadie sabe donde y aunque la encuentren, no podrán usarla.—explicó
—La habilidad de espadachín mágico, que es lo que deja usar un arma mágica, no existe.—dijo Alex.
—Pero yo puedo crearlas.
—Sí y nosotras usarlas sin tener esa habilidad, es algo que debemos mantener en secreto.—dijo Kara.
—Entiendo.—la verdad es que lo hacía, yo sabía por mi lado friki sobre la existencia de esas armar, porque los usan mucho en los animes Isekai. Pero saber que aquí no existen... es sorprendente.— Si solo vosotras podéis usar las amas mágicas y yo crearlas... ¿no significa que debemos ser nosotras que luchemos contra los demonios? ¿Y mi poder sagrado? Vengo de otro mundo y fui invocada por error, vuestros padres me dieron habilidades comunes, pero lo que hago está mucho más allá. ¿No seré el héroe que esperan los humanos?
—Es posible.—dijo Sam, Kara la miró con el ceño fruncido, me fijé.—¿Qué? Sabes que es algo raro, además por lo que dijo Winn sobre que eres la reencarnación de ese Héroe y que Lena es la Santa Domadora del mismo grupo que se enfrentó al Rey Demonio hace siglos... por algo será. Es posible que el destino o el universo quisiera recompensaros dándoos una vida más tranquila. Debemos creerlo porque el único superviviente es Winn, nos lo dijo cuando lo conocimos, además podía sentir vuestros poderes ocultos, porque sabemos que en el estado de Lena, no dice nada de que sea una Santa y tú has hablado con el tío y tampoco te dijo nada, es posible que ni lo supiera.
Lena nació en otro mundo, pero ese título, esa habilidad de la magia sangrada... creo que ya lo tenía, nació con ella.
—¿Porque reencarné?—pregunté.
—Sí.
—Lena, ¿que nivel estás?—preguntó Alex.
—Estado.—apareció la ventana y miré, me sorprendió al ver ese número, no me lo esperaba.
—¿Lena?—preguntó Kara.
—Estoy casi en el 400.

Alex y Sam se sorprendieron con eso.

—¿Que nivel tenías cuando apareciste en este mundo?—preguntó Alex.
—Nivel 1.
—¿Como es que ha crecido tanto en tan poco tiempo?—preguntó Alex.
—Debe tener otra habilidad oculta que le permite subir la experiencia.—dijo Sam.
—Puede que sea eso, pero también creo que es por todas las bestias demoniacas que mató con el poder sagrado en la estampida.—dijo Kara.
—Eso tiene sentido.—dijo Sam.— habían muchos monstruos, pero si, bestias también.

Me quedé pesando en ello y creí lo que había dicho Kara, era más sensato, aunque no veo realismo en nada de esto, pero debo acostumbrarme.

—Voy a la iglesia, puede que alguien pueda decirme algo.—dijo Kara mientras se levantaba.
—Voy contigo.—dije.
—De acuerdo.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora