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Lena Pv

A la mañana siguiente, fui la primera en levantarme, los chicos se despertaron poco después, cuando me estaba poniendo las botas, salimos de la tienda y nos acercamos a la hoguera, fui a por leña seca y encendí de nuevo la hoguera y me dispuse a preparar el café y el desayuno de los chicos, después iría a dar de comer a los caballos antes de irnos.

Sam apareció y me pidió los suministros, se los saqué y se puso hacer el desayuno.

—¿Tan tarde os habéis acostado?—pregunté.
—Sí, pero la que más, fue Kara que vigiló un tiempo.
—Ah.

Kara salió de la tienda y se estiró, yo le acerqué una taza de café.

—Gracias.
—De nada.

Me senté cerca de la fogata y me senté en el tronco, Barry se acercó a mi, se apoyó en mi pierna.

—¿Estás bien?
—"Tengo sueño".—sonreí.

Después de desayunar y de recogerlo todo, subí a Barry en Rayo y después me monté yo.

—Apóyate en mi si quieres dormir.—le dije.

Barry se acercó más a mi y se acurrucó, nos pusimos en marcha.

—¿A donde vamos?—pregunté.
—Ayer, mientras dormías, hemos hablado de asentarnos un tiempo en una ciudad de enanos que se encuentra al otro lado de aquella montaña.—dijo Kara señalando la dicha montaña.—no sé cuando llegaremos, pero ese es nuestro destino.
—Entiendo, será interesante. ¿No tendremos problemas?
—No, solo sentirán envidia al ver que una humana sabe hacer armas mágicas de rango alto.—dijo Alex.
—Eso no ayuda Alex.—dijo Sam mientras le dio una colleja.
—Lo siento.
—¿Kara?—pregunté.
—No te preocupes, es cierto que tendrán envidia e incluso querrán saber como lo haces, querrán ser tus aprendices.—dijo.
—Ya, eso no ayuda.
—Lo siento, los enanos son muy orgullosos y si ven alguien mejor que ellos querrán aprender para ser mejores.

Esperemos que sea solo eso, pero al menos podré instalarme en un lugar lejos del rey demonio y del rey humano, podré tener una vida más o menos normal una casa y un taller propio. Así que tener gente que quiera aprender de mi y ver lo que hago, es soportable.

Varios días después llegamos al otro lado de la montaña, me sentía más segura no sé porque, puede que al ver que estaba muy lejos de la capital del continente humano y del rey egoísta también, me tranquilizaba. Podría hacer muchas cosas en este continente y el rey de las bestias estaba al tanto de todo, así que podría decir que tengo libertad para seguir explorando mis capacidades y vivir en paz, como me prometió Zor-El.

—¿En este continente también rezan a vuestra familia?
—Si, pero solo rezan a mi padre y a mis tíos.—dijo Kara.
—¿A tu madre no?
—Mi madre es la diosa de la magia, así que no.
—Es cierto, mis padres son la diosa de la herrería y mi padre el dios de la alquimia.—dijo Sam.
—Entiendo. ¿Y en el bosque mágico?
—Allí si que le rezan a mi madre.—dijo Kara.
—O sea, que solo es en el continente humano donde rezan a los cuatro.
—Bueno, excepto en tiempos de guerra como ahora, los demonios me rezan a mi.—dijo Alex.
—¿Los demonios?
—Siempre que quieren crear caos y alterar la paz del planeta, rezan a la diosa de la guerra y esa soy yo.
—¿Te gusta que los demonios te recen?
—Claro que no. No es culpa mía, ser la diosa de la guerra, pero como dice mi padre, alguien tenía que serlo, y me tocó a mi por mis poderes. Pero no creo la guerra de humanos contra demonios, son ellos mismos quienes lo hacen. Además solo piensan en mi cuando hay tiempos de guerra, sino no existo. Otra razón para dejar el mundo divino, dejo de escuchar peticiones egoístas y absurdas de los dos bandos.
—Entiendo.— se nota que la vida de un dios no es nada fácil y menos cuando naces ya siéndolo.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora