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Después de una suculenta comida en un restaurante cerca de la posada, la parejita feliz, se fueron a la posada para celebrarlo por su cuenta. Kara no quería estar cerca de ellas, así que cogió a Lena de la mano y se fueron por el otro lado.

—¿Estás bien?—preguntó Lena.
—Lo estoy, es que no quiero estar cerca de ellas.
—De acuerdo.

Pasearon por el paseo marítimo, en ningún momento se soltaron.
Se quedaron en lo alto del puerto, mirando el océano y el horizonte, una bonita puesta de sol. Se veían los barcos en el puerto, se oía a la gente trabajar.

—Es hermoso.—dijo Lena apoyando la cabeza en el brazo de Kara.
—Lo es, si descartamos a los humanos y a los demonios, es un planeta muy hermoso. Me gusta estar aquí, vivir lo mismo que los demás y no solo mirar desde una bola de cristal. Ver criaturas celestiales y míticas en vez de leer sobre ellas.
—¿Habías visto alguna antes?—preguntó Lena mirándola y levantando una ceja.
—No, las dos que he visto ha sido contigo.—dijo sonriendo.— Y no nos olvidemos de Rayo.
—Es cierto.—dijo Lena pensando en su amigo.— Pensaba que iba a estar más traumada, más enfadada por estar aquí. Pero os conocí a las tres y después volví a reunirme con Rayo, conocí a Winn y a Barry... no sé, pero siento como si esto fuera normal para mi día a día. Quiero decir que me estoy acostumbrando a esta nueva vida, a esta aventura, jamás imaginé que de todo lo que me enseñó mi padre, más lo que aprendí en mi infancia con los videojuegos o oír a los demás hablar de ellos, me iban a servir tanto. Al principio estaba asustada aunque lo disimulaba, mi familia no es de demostrar emociones, así que aprendí a esconder las mías. Pero estando contigo todo eso desaparece, me siento protegida, tranquila.

Kara no dijo nada, solo la abrazó y Lena se dejó.
Barry y Winn estaban encima de la barandilla mirando el paisaje y de vez en cuando a Kara y Lena.

—Me siento útil sabiendo que te sientes protegida conmigo. Eres sin duda muy poderosa y valiente.—dijo Kara.
—Gracias.—dijo Lena.
—Cuando lleguemos al continente bestia, te sentirás de verdad en una de esas novelas de fantasía, hay de todo allí. Desde hombres bestia hasta enanos, es un continente muy tolerante, aunque no les gusta mucho los humanos porque los utilizan o les dan caza para convertirlos en esclavos.
—Hay cosas que me gustan de este mundo y hay muchas otras que no.—dijo Lena.
—Normal. Pero todo es culpa de los humanos, se creen dueños del mundo y explotan a los más débiles o los elimina. En ocasiones pienso que existe el Rey demonio, porque podría dar su merecido a los humanos que creen que tienen el poder del mundo y ni siquiera ellos saben usar magia poderosa. No entiendo porque arriesgan la vida de gente inocente a su conveniencia y ellos están tranquilos haciendo daño a los demás.—dijo Kara mientras apretaba los puños. Lena le puso una mano en el pecho y Kara la miró.— lo siento, es que me siento imponte por no poder hacer nada. Mi padre podría destruir el mundo y empezar de nuevo, pero hay muchas criaturas inocentes como para destruirlos por culpa de los humanos y sé que no puede meterlos a todos en el mismo saco, pero...
—Lo sé. Mi mundo no es muy diferente, la humanidad les importa más el dinero y el poder y nada más.—dijo Lena.

Kara suspiró.

Lena la abrazó para calmarla y funcionó, su cuerpo se relajó enseguida.

Al día siguiente partieron, siguieron con el viaje.
Lena estaba manejando el timón con Kara a su lado, Sam y Alex controlaban los cabos y las velas.

Un mes después vieron tierra de nuevo.

—¡Tierra a la vista!—gritó Winn volando por el barco, estaba contento.
—Ya lo vemos.—dijo Kara sonriendo al verlo.
—Lena, bienvenida al continente Bestia.—dijo Alex desde la cubierta.

Lena sonrió pensando en las maravillosas aventuras que le esperaban ahí.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora