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Cuando llegaron al puerto, atracaron y bajaron del barco con los animales. Lena estaba impresionada, la ciudad no era diferente de las ciudades humanas pero los ciudadanos sí.
Había personas de muchas razas de animales, perro, gatos, tigres, lobos, conejos... de vez en cuando veía a enanos, todos hombres musculosos y barbudos.

 de vez en cuando veía a enanos, todos hombres musculosos y barbudos

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—"Muy estereotipado".—pensó Lena mientras giraba los ojos.

Lena Pv

La gente nos miraba y no sabía por que, miré a Kara.

—¿Porque nos miran tanto? ¿Voy mal vestida?—pregunté.
—No. Creo que miran a Barry, los hombres bestia saben que es un Fenrir y para ellos es una deidad y no están nada acostumbrados a verlos.
—Y están más extrañados al ver a una humana con uno.—dijo Alex.
—Oh.—miré a Barry y lo acaricie.—"Pronto encontraremos un lugar para tu madre."
—"Gracias."—dijo.

Seguimos caminando por la calle principal hasta que llegamos a una posada, Alex entró para pedir dos habitaciones y un lugar donde poder dejar a los caballos. Nosotras tres esperamos fuera, quería entrar cuanto antes, no me gustaba nada las miradas que me echaban, abracé más a Barry y lo apreté a mi cuerpo sin hacerle daño, me miró y creo que notó como me sentía, porque me lamió la cara.
Kara me acercó a ella y pasó un brazo por mis hombros.

—No te preocupes, no dejaré que te hagan nada.—dijo en voz baja y yo asentí.

Entramos en la posada y Alex nos entregó la llave y después salimos para ir a establo.
Acomodamos a los animales y volvimos a la posada para comer algo y después descansar un poco.
Me molestaba la mirada que me echaba todo el mundo, entiendo que miraban al Fenrir, pero no me gusta ser el centro de atención.

—Después me gustaría ir a un lugar apartado de la ciudad, un lugar que pueda ser sagrado para enterrar la piedra mágica de la madre de Barry.—les dije en voz baja.
—No nos habías dicho que tenías su piedra mágica, podrías haberla vendido en la ciudad, antes de partir.—dijo Alex.
—No vale nada, perdió toda la magia por culpa del miasma.—le dije.—me lo quedé para enterrarlo en un lugar seguro, se lo prometí a este pequeñín.
—Entiendo.
—Alex, aunque esa piedra siguiera teniendo magia, Lena jamás lo habría vendido.—dijo Kara, se nota que me conoce bien.

Seguimos comiendo y cuando terminamos fuimos a la habitación.

Kara y yo compartíamos como siempre, me quité las botas y me tumbé. Winn se acurrucó en la almohada y Barry se acurrucó a mi lado.

—Me encanta ver como te quieren, no se separan de ti.—dijo Kara sonriendo.
—Me siento bien con ellos cerca.
—Lo sé.

Nos dormimos poco después.
No sé cuanto tiempo dormimos, nos despertó los gruñidos de Barry.

—Hey ¿que pasa?
—"Alguien viene aquí".
—Kara, alguien sospechoso se acerca.—le dije.

Ella asintió y se levantó desenvainó la espada y esperó. Yo también me levanté y saqué mi espada.

Lo bueno de haber viajado tanto tiempo en barco, sirvió para mi entrenamiento con la espada, Kara me enseñó.
Barry y Winn se prepararon también, la puerta se abrió y aparecieron dos hombres ¿perros o lobos? No sé, pero estaban listos para atacar, nosotras fuimos más rápidas y los vencimos en nada.

Sam y Alex aparecieron tras oír el follón.

—Creía que íbamos a estar tranquilas en este continente.—dije.
—En teoría es así, pero...—dijo Sam mirando a Barry, todas hicimos lo mismo.
—Genial.—suspiré.
—Será mejor que salgamos de la ciudad antes de que vengan más.—dijo Kara.
—Pero es de noche.—dijo Winn.
—Mejor, así nadie se entera.—dijo Kara.
—Sí, esperemos que la gente esté durmiendo.—dijo Lena.

Salimos de allí sin hacer ruido, fuimos al establo y cogimos a los caballos y a Rayo, los pobres no sabían que estaba pasando, estaban asustados, pero después de que consiguiéramos calmarlos sin que hicieran ruido, salimos de allí y nos pusimos en camino a la otra puerta de la ciudad para salir de allí.

Una vez fuera nos alejamos al trote para que no nos siguieran.

Casi al amanecer paramos para descansar, estamos agotadas y nuestros caballos también.

—"Lena, ¿porque hemos salido corriendo?"—preguntó Rayo.
—Han aparecido dos hombres armados en la posada y en nuestra habitación, suponemos que querían al pequeño Barry.
—"Entiendo, pero es raro que supieran en que posada estabais y en que habitación."

Me quedé pensando en ello.

—Kara.
—Dime.
—Es posible que el pueblo entero estuviera compinchado en esto. Sino todo, la mayoría.
—¿Que quieres decir?
—Esa ciudad era grande, por lo tanto hay más posadas. Unos pocos ciudadanos nos han visto entrar allí, pero no todos. Esos hombres parecían que trabajaban para alguien, así que alguien les dijo donde estábamos y el posadero les dijo nuestra habitación.
—Entiendo.—dijo seria.
—¿Que hacemos?
—Iremos a los pueblos a por suministros, pero Barry se quedará fuera, junto a los caballos y con uno de nosotras.
—Volvemos a las acampadas.—dijo Alex.
—Lo siento.—dije.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora