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—Debe ser mucho que asimilar para ella.—dijo Alex.
—Sí, puede que la veamos como si hubiera estado aquí siempre porque se desenvuelve muy bien, nos olvidamos que es de otro mundo y solo hace cuatro meses que está aquí.—dijo Sam.
—Lo sé.—dije.—tengo ganas de terminar con esto e irnos al continente bestia como tenemos previsto.
—Sí, por el bien de Lena.—dijo Sam.

Lena PV

Estaba en el establo dando de comer a los caballos y a Rayo.

—"¿Ocurre algo?"—preguntó.
—No, bueno si, esta ciudad tiene unos serios problemas y tengo miedo.
—"¿Quieres huir?"—no le contesté.—"La Lena que conozco, no huye de los problemas, los enfrenta."
—Rayo, una cosa es construir un robot desde cero y la otra es enfrentarme a monstruos con armas, colmillos, garras...
—"Entiendo. Si, es diferente a la vida que tenías antes. Allí estabas a salvo y aquí no. Pero no estás sola Lena, tienes a las diosas contigo, además de Winn, un dragón no lo tiene cualquiera. Además de que no te puede pasar nada, eres inmortal y con poderes".
—Lo sé, sé que tienes razón y puede que el miedo que estoy sintiendo sea irracional y jamás he sido así. Pero con todo lo que me ha pasado y he visto estos últimos meses... mi yo racional se ha ido despavorido.
—"Aún no te has terminado de creer que esta es tu vida ahora".
—No.
—"Confía en las chicas, ellas te darán la vida tranquila que quieres y lejos de los humanos."
—Gracias Rayo, siempre me calmaste y escuchaste mis problemas aunque no pudieras hablar y sigues haciéndolo.—le abracé.

Me despedí de él y volví al interior de la posada, fui al restaurante y vi a Sam y a Alex.

—¿Donde está Kara?—pregunté cuando me senté.
—Ha ido por información.—dijo Alex.
—De acuerdo.

Kara PV

Fui a la iglesia, necesitaba información y las únicas personas que podían proporcionándome la información que necesito, son mi familia.

Me senté y junté mis manos como si rezara, cerré los ojos y cuando los abrí, estaba en el palacio del mundo divino.

—Hola Kara.—dijo mi padre.
—Hola padre.—miré el trono y solo estaba él.
—Sé porque estás aquí.—estaba serio.
—¿Que sabes?
—Los humanos no van a conseguir la suficiente información, la ciudad está en un serio peligro.
—¿Que pasa?
—La estampida no solo aparecerá por un lado, sino por toda la ciudad, está rodeada por monstruos y bestias demoniacas.—dijo.
—De acuerdo.—eso me preocupó.—gracias por la información.
—Kara, usad vuestros poderes divinos, sino los humanos morirán.
—Creía que nos quitaste esos poderes para estar en el mundo terrenal.—le dije con en ceño fruncido.—al menos esa fue la condición para que nos dejarais irnos.—él solo sonreía.
—No os quité vuestro poderes, solo la presión divina para que nadie supieran quienes sois. Sois diosas Kara, de nacimiento y por mucho que yo sea el dios de la creación, no tengo poder para quitaros los vuestros. Usadlos, pero lejos de los humanos.
—¿Y que pasa con Lena?
—Le seguimos la pista, no solo a vosotras, para nosotros es una hija más, adoptada, claro. Tu madre dice que ella es un genio, ha hecho algo que jamás nadie se le había ocurrido.
—¿Y es?
—Aprender el hechizo de purificación, pero no el que está en los libros, sino uno creado por ella, a partir del original. Ha creado un hechizo de purificación igual de factible pero sin gasto de maná.—abrí mucho los ojos a oír eso, pero por dentro estaba sonriendo.— por cierto, si quieres tener algo con ella, adelante. Nosotros no nos vamos a interponer.
—Gracias padre.
—Tengo ganas de ver como lo va hacer.—dijo riendo y eso no lo entendí.
—¿El que?
—El hechizo, solo puede ser activado de una forma, espero que ella haya leído todo el texto.—sonrió sin decir nada más y eso me dejó con más curiosidad.

Cuando iba a preguntarle de nuevo, volví a la iglesia, me había echado, miré las estatuas de mi familia y suspiré. Salí de allí y volví a la posada, me acerqué al restaurante y allí estaban las tres.
Me senté al lado de Lena y llamé a la camarera, pedí la cena y después se marchó.

—¿Y bien?—preguntó Alex.
—No tengo buenas noticias.—dije, pero las tres esperaron que siguiera hablando.—luego, arriba os cuento.
—De acuerdo.

Miré a Lena que no decía nada, solo comía.

—¿Estás bien?—le pregunté.
—Sí.
—De acuerdo.—yo no me las tenía todas, sé que está mintiendo, porque su voz y su cara dicen una cosa y sus ojos otra.

Después de cenar y de pagar, nos fuimos a la habitación.

—Que sabes.—dijo Alex.
—Directa al grano.—dijo Sam.
—A estas alturas no podemos ir con rodeos. Kara se ha reunido con nuestra familia por información.—dijo Alex.
—Lo sé.—dijo Sam.
—Chicas, dejadlo ya.—les dije.

Lena estaba como en su propio mundo, dando de comer a Winn, como siempre.

—La información que puedan recopilar el gremio es incompleta. La ciudad será rodeada de monstruos, atacaran a la vez por las cuatro puertas.
—¿Y que hacemos?—preguntó Sam.
—Mi padre dice que usemos nuestros poderes divinos, lejos de los demás.
—¿Cómo? papá nos quitó los poderes antes de bajar aquí.—dijo Alex.
—Es cierto, esa fue la condición.—dijo Sam.
—Pues parece ser que no nos quitó nuestros poderes porque no puede hacerlo, solo nos quitó el aura, la presión de divinidad para que la gente no estuviera todo el tiempo detrás de nosotras.—expliqué.
—Tiene sentido. Como diosas no podéis estar en el mundo humano porque hay gente muy sensible a lo divino, sobretodo a los más creyentes. Zor-El, solo os dio la oportunidad de ser libres.—dijo Lena.—La presión divina es muy fuerte y para los humanos es como la bendición y siempre estarán rezando y besando por donde paséis. No son racionales.
—Ya entiendo.—dijo Alex.
—Y yo.—dije mientras la miraba.
—¿A ti te afectó la presencia divina de mi tío?—preguntó Sam.
—No, porque yo no creo en dios, en ninguno en realidad. Les estaré eternamente agradecía a vuestros padres por todo lo que me han dado, pero nunca me veréis rezarles. Fui una vez a la iglesia porque se lo prometí a Zor-El, solo para agradecer a los demás dioses por mis poderes, pero nunca más.
—Nosotras somos diosas.—dijo Alex.
—Sí, y yo soy inmortal ¿y que?—dijo Lena.
—Mi padre dice que has aprendido el hechizo de purificación.—le dije.
—¿Como lo sabe?—preguntó con el ceño fruncido y tanto mi hermana como mi prima la miraron sorprendidas.
—Dicen que tienen un ojo en ti.
—Ya.—suspiró.
—Mi madre está impresionada contigo, dijo que eres un genio al simplificar el círculo mágico.—a este extremo Alex y Sam tenían la boca abierta.
—En mi mundo era un genio, eso no iba a cambiar aquí.
—Mi padre quiere saber si leíste toda la información sobre ese hechizo, dijo algo de poder activarlo.
—Mmm, solo rehice el círculo.— sacó de nuevo esa cosa plana y movió el dedo sobre ella y ya no dijo nada más.

Miré a las chicas y ellas me miraron sin decir nada y después se fueron a su habitación. Me puse cómoda y me tumbé en la cama y me la quedé mirando pero ella ni se inmutó, estaba con esa cosa.

—Oye Winn, ¿que es lo que hace?
—Leer.—dijo.
—¿Cómo?
—Esa cosa es tecnología de su mundo, lo trajo consigo cuando fue invocada. Dice que ahí dentro se encuentran todos los libros de magia que le ha pasado tu padre.
—Entiendo.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora