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Al día siguiente se levantaron temprano, hicieron turnos para ducharse, desayunaron y siguieron con el viaje.

Mientras tanto en el reino del continente humano, los cuatro héroes habían sido despedidos por órdenes directas del rey.
Lo hizo tras saber los niveles de cada uno de ellos usando un artefacto mágico que solo la familia real poseía. Decían que fue un invento del rey héroe, pero no habían pruebas de ello.

El rey estaba furioso al ver que aún no habían llegado al nivel cien, lo que no se daba cuenta ese hombre, es que los niveles de cada uno de ellos y sus habilidades estaban muy por encima que incluso de los caballeros. El rey que solo tenía un nivel 20 y nada más, se creía que sus caballeros estaban a un nivel altísimo y por ello eran los elegidos de proteger la capital, pero en la realidad no era así. Los héroes habían superado a los caballeros con creces hacía mucho tiempo, desde que el comandante los llevó a expediciones para exterminar monstruos. El primer ministro lo sabía y el comandante también pero no podían decir nada para defender a esos jovenes.

—Los quiero fuera de aquí, denles algo de dinero y que se marchen. No quiero a inútiles aquí.—dijo el Rey.

El primer ministro y el comandante los sacaron de la sala y se fueron a la sala del tesoro, el primer ministro entró y unos minutos después salió con una bandeja con cuatro saquitos en ella.

—Todos tienen la misma cantidad, es suficiente para que viváis tranquilos en la ciudad o donde queráis. Con vuestros niveles y habilidades podéis convertiros en aventureros, ya tenéis experiencia exterminando monstruos, pero tenéis que tener cuidado porque ya no tendréis nuestro respaldo. Haced vuestra vida como queráis, que seáis felices. Buena suerte.—les dio los sacos y se fueron acompañados por el comandante.
Salieron de palacio y se fueron a la ciudad.

—¿Que hacemos ahora?—preguntó una de las chicas.
—Hacer lo que nos ha dicho el primer ministro. De momento debemos encontrar un lugar donde quedarnos, comer algo e ir al gremio de aventureros para inscribirnos.
—De acuerdo.—dijeron los otros tres.

Lena PV

Recogimos el campamento y seguimos con nuestra ruta, ya habíamos acabado con dos generales o lo que sea, del rey demonio, espero que se entere que vamos a por él y que no tiene escapatoria. Tengo muchas ganas de acabar con todo esto e instalarme en algún lugar tranquilo, si en el bosque mágico donde viven los elfos que es la raza más longeva, mejor, así pasaremos inadvertidas. Ese es nuestro destino final y estar lejos del rey del continente humano, hasta ahora ha ido todo bien y no quiere que se estropee todos nuestros esfuerzos por encontrarnos con él.

Nos adentramos en el bosque montadas en los caballos, los dragones volaban a mi lado en su tamaño mini, claro.

—¿Cuantos demonios nos falta por eliminar?—pregunté.
—Bueno, en el mundo están los cuatro poderes elementales, agua, tierra, fuego y aire. Hemos acabado con agua y tierra, ahora nos falta fuego y aire, esos pueden ser más resistentes y difíciles de eliminar.—explicó Alex.
—No sabía que en el continente demoniaco también se guiaran por los elementos de la magia y menos que los cuatro generales usen esos elementos.
—¿Que esperabas?—preguntó Kara.
—Bueno, al ser demonios, pensaba que solo usaban magia oscura.
—Ese es el rey demonio.—dijo Kara.
—Entiendo.

El bosque era pequeño, salimos de él muy rápido, solo estuvimos unas horas. Ahora empezaba hacer calor y mucha.

—Cada general tiene su territorio ¿no? Y si ahora hace una calor insoportable quiere decir que el demonio que nos toca es el fuego.—dije.
—Eso parece.—dijo Alex.—este me lo dejáis a mi.
—¿Por que?
—Porque tú ya has matado a uno y Kara a otro, yo también quiero divertirme.
—De acuerdo.—encogí los hombros quitándole importancia en lo que había dicho.

Krypton (supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora