Capitulo cuarentaytres

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Dos horas antes

— Creo que Arth no leyó el contenido de tu carta.

Ron llegó sin aliento hasta donde estaba. Neville, quien me estaba ayudando a controlar la magia de la tierra se crispo y el árbol que había conseguido que naciese con mi poder desapareció. Gruñi exasperado por eso, me cuesta mucho controlar esta habilidad, ya que está es un tipo de magia muy blando y blanco. A mí me gusta el tipo de magia oscura.

Me volví hacia Ron, quien ya se había enderezado y miraba el manojo de árboles al rededor de nosotros.

— Juraría que aquí antes no había ningún árbol.

— Ron, concéntrate. — Le pedí amablemente.

— Ah. — Le tomó un segundo recordar lo que decía. Con eso su expresión cambio. — Que Arthur no leyó tu carta. Decía algo de que Draco y tú son novios y está incómodo porque siente algo por ustedes y-

— ¿Por que dice que estamos saliendo? — Inquiero tratando de recordar que hemos hecho para que piense eso. Un recuerdo en la biblioteca aparece en mi mente. — Maldita sea, Arth nunca volvió del baño. Seguramente nos vió y se fue  ¿Sabes dónde está?

— No lo sé, seguramente esté con Theo o Blaise. — Dijo pensativo.

— ¿Frostwind? — Llamé, y como los otros días, tuve el mismo nulo resultado.  — Iré a buscar a Arth ¿Podrías buscar a Draco y decirle que nos busque?

——

No me tomó mucho tiempo encontrarlo, salía de la sala de menesteres cuando fui a buscarlo.  Al verme desvió la mirada y trató de evadirme, pero lo tomé del brazo con suavidad.

— Arthur ¿No leíste la carta, verdad? — Sus ojos azules me miraron con atención. Pede ver la confusión en ellos. — La que te pasé hace unos días, contenía una cita para que nos encontramos en la torre de astronomía.  — Traté de ser lo más directo posible para no tener más malentendidos. — Ven, entremos de nuevo.

Arthur parecía no querer hablar conmigo y traté de entender por qué. Entramos juntos, había un sofá y varias mantas en el suelo. Dulces y una chimenea. No solté su mano hasta que estuvimos sentados uno junto al otro en la manta frente a la chimenea.

— Arth, esperemos a Draco, tenemos que decirte algo.

Arthur tragó saliva mientras asentía nerviosamente. Sonreí inconcientemente al ver la obviedad de sus sentimientos en su comportamiento.

— ¿Sabes? Le dije a Draco hace poco si quería ser mi novio y me dijo que sí. Me gusta mucho. — Dije suavemente mirando con atención todos sus gestos. Mordió su labio inferior nervioso y su mirada estaba en todas partes menos en mí. — Supongo que pensaras que es eso lo que quiero decirte. Esto no estaría pasando si hubieses leído la carta.

Arth me miró por fin con sorpresa. Carraspeó y se encogió de hombros.

— No recordé la carta, tampoco quería leerla, tenía miedo de que...

— ¿Temías que lo que había en ella te rompiera el corazón? — Pregunté.

La puerta se abrió de repente y por ella apareció Draco, quien cerró la puerta lentamente y se sentó frente a nosotros. Draco no reaccionó bien cuando Arthur no llegó a la cita y lo entiendo, a pesar de que dije que no pasaba nada si no se presentaba.

🍃Como debía de ser 🌿| Harry Potter y Draco Malfoy.[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora