Nueve

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Después de salir corriendo y pasarse todo el camino luchando con el deseo de su cuerpo, Pooh se detuvo en el gimnasio que estaba camino al motel.

Hacer ejercicio era lo único que le quitaba el estrés y le hacía olvidar su condición, además de que ya se había tomado un par de pastillas más para así mitigar su olor y los comportamientos omega.

Sin embargo, cuando ya pasó una hora, ni las pastillas, ni el entrenamiento le hicieron olvidar la lujuriosa mirada del joven alfa desde la ventana, ni tampoco el olor a sexo de su habitación.

Sin embargo, cuando ya pasó una hora, ni las pastillas, ni el entrenamiento le hicieron olvidar la lujuriosa mirada del joven alfa desde la ventana, ni tampoco el olor a sexo de su habitación

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-Maldita sea

El omega estaba realmente molesto consigo mismo y con el que le vendía las pastillas pues creyó que se las había dado defecuosas.

No le gustaba perder así el control de su vida y de su cuerpo, ya que tiempo atrás había faltado muy poco para que ocurriera, por lo que se estaba planteando si abandonar el trabajo y buscarse otra cosa.

Lo cierto era que no podía permitirse perderlo todo por un engreído alfa engreído y caprichoso, que seguramente lo trataría como un simple pañuelo y a continuación lo dejaría tirado.

Furioso golpeó la máquina en la que estaba, mientras dejaba salir de su hermosa boca unas cuantas maldiciones más.

...-Maldita sea, estúpido niño de papá...no permitiré que me conviertas en un tonto omega...no, no lo seré por ti

Enseguida cogió su móvil y le mandó un mensaje a su traficante para pedirle explicaciones

¿Qué mierda es esto?
¿Pretendes estafarme?, no funcionan, devuélveme el dinero

A los pocos segundos recibió respuesta.

Son las de siempre. Son cien por ciento efectivas

Pooh chasqueó la lengua con fastidio.

De eso nada, estoy hirviendo y mi celo asoma

A los pocos segundos.

Tío, las pastillas son las mismas de siempre, te lo juro pero si no te rías búscate a otro que te las sirva

El omega soltó un sonoro resoplido y desistiendo iba a guardar el móvil nuevamente en su bolsillo pero entonces sonó.

-¿Y qué demonios querrá este ahora?- preguntó viendo que era el número de su hermano mediano.

-¿Y qué demonios querrá este ahora?- preguntó viendo que era el número de su hermano mediano

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Sin mucho afán, descolgó, escuchando enseguida la voz de Garfield.

...-Pooh, hermano. Llamaba para decirte que papá quiere vernos mañana en la tarde a los tres. Al parecer es importante-escuchó.

-No pienso ir

-Debes venir... mamá fue quién me llamó pero no quiso decirme...me dijo que te llamase yo, porque si lo hacía Sailub igual te molestabas

El omega frunció el ceño.

-¿Qué ocurre?

Este escuchó un sonoro resoplido por parte del alfa mayor.

-Tú ven, ¿ok?

-Estoy trabaj...

-Oye, todos trabajamos, no eres el único, ¿sabes?- le interrumpió molesto el mediano- además todos tenemos problemas y seguro más graves que los tuyos

Pooh chasqueó la lengua con fastidio.

-Hey tranquilo ¿vale?, me refiero a que estoy trabajando de guardaespaldas y mi cliente es un alfa un tanto especial. Además recién empiezo y no sé si podré convencerle de que me deje tiempo libre

-Pues traelo, hermano, así nos lo presentas y nos cuentas de tu vida. No sabemos nada de ti hace desde hace ya mucho tiempo

El omega dudó.

-No sé...

-Hermano. Mamá está muy preocupada, por favor ven mañana, ¿no querrás tener sobre tu conciencia de causarles un disgusto mortal a nuestros padres?

El omega resopló profundamente.

-Ok...ok, veré lo que puedo hacer

-Ok, hermano. Hasta entonces.

Tras colgar, el omega volvió a mirar nuevamente su móvil realmente molesto.

-Joder, maldita sea, ¿Y ahora qué mierda le voy a decir a ese caprichoso para que no me haga un show de esto?

Finalmente resopló con resignación y siguió haciendo ejercicio durante un rato más, luego se fue a su habitación, donde tras darse una larga ducha y comer algo, se tumbó en la cama para intentar descansar, aunque nada de eso sucedió.

En un principio, lo invadió la intriga de porqué su padre quería reunirlos después de tanto tiempo, ya que eso lo tenía nervioso, aunque no era para nada lo más fuerte que le perturbada.

La mente del omega voló libremente, sin dejar de mostrarle imágenes del joven y guapo alfa, posando ante la cámara, en las distintas sesiones de fotos que este había hecho en ese día.

Jamás nunca un alfa le había provocado eso y lo ponía furioso pues no sabía como iba a poder hacer su trabajo, si no podía mirar a su protegido como solamente eso...su protegido.

El calor fue subiendo y haciendo que se pusiese duro, creciendo así su excitación, por lo que el omega no tuvo más remedio que hacerse una paja, bombeando su erecta polla una y otra vez, hasta que finalmente se corrió soltando un desgarrador jadeo.

-Jodido alfa, maldita sea

Tras maldecir, este volvió a levantarse de la cama y se metió en la ducha, donde dejó que el agua helada refrigerase su candente piel y apaciguase sus ganas.

Tras unos minutos, este salió y se secó, entonces volvió a tumbarse, mientras resoplaba lleno de frustración por no poder contralarse, a pesar de automedicarse con pastillas que prometían controlar el celo y evitar caer con alfas no deseados.

Alrededor de las cuatro de la madrugada, de nuevo el calor subió y nuevamente el omega tuvo que masturbarse para liberar la presión de su entrepierna, mientras una vez más, su mente le mostró eróticas y lujuriosas imágenes de Pavel.

...-Maldito seas... ohhh joder, como duele, joder-maldijo mientras intentaba que su erecta polla dejase de apretar su boxer-... ¿cómo puede hacerme esto?...nunca nadie me había hecho sentirme así...tengo ganas de estrangularlo y de abrazarlo a la vez...aaah....no puedo creer que él sea quién despierte mi celo.

Finalmente no había podido aguantarlo más, así que había bombeado su polla con energía mientras jadeos y suspiros de placer salieron de su boca, hasta correrse nuevamente, soltando un gran gemido.

Esa era la segunda vez que se había masturbado pensando en su protegido, entonces muy enfadado por su debilidad, decidió bajar e ir a la máquina expendedora a por un refresco.

Tras calmar su sed, este se sentó al fresco, mientras frotó su cabeza con las manos, a la par que soltaba un gran grito de frustración.

-Aaaaaaaaaawwww....joder, maldito niño rico...maldita sea, no puede ser el alfa que logre perturbar mi vida-habló con frustración-...él no, ¿cómo voy a poder protegerle así?, ¿Cómo voy a verle a diario sin querer follar con él?

......

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1. Soy tu dueño - PavelPooh TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora