Con el pasar de los días, Sailub seguía intentando dominar sus instintos, ya que a pesar de que ya hacía más de tres semanas que su celo se había ido, luego de que lo había pasado con Pon, en aquella noche en la que se habían encontrado, la presencia de este lo aturdía.
Cada momento que este pasaba junto al omega, las ganas de poseerlo amenazaban con volver a dominarle pero debía ser fuerte y solucionar su problema antes de que este se aturdiera con la llegada de su celo, tras no tener las pastillas.
El alfa bajó esa mañana bastante desesperado por saber dónde el omega tenía el dinero pues a pesar de sus esfuerzos por reunir la cantidad que le hacía falta, no lo había conseguido.
El empresario finalmente había acudido a su padre pero este tristemente solo había podido ayudarle con una parte, ya que los beneficios que Benz se había robado y se había jugado, eran irrecuperables.
No tenía intención de liberar por el momento a Pon, ya que aunque este no terminase siendo suyo, creía necesario retenerle para ganar tiempo y pensar para sacar algo bueno de ello pues podía aceptar el dinero y engañarle con su liberación.
Sabía que era jugar sucio pero no estaba en condiciones de ser remilgado y legal, ya que el tiempo se estaba terminando y pronto su agua al cuello, lo terminaría por ahogar por completo.
Tras tomarse un ligero desayuno, llevó una parte al sótano, dónde tras bajar las escaleras, se encontró al omega dormido en la cama.
Al entrar, el empresario ya notó que el olor en el ambiente ya estaba cambiando, realmente lo percibía diferente esa mañana y al acercarse más, este pudo ver que Pon estaba muy quieto.
Preocupado, soltó la bandeja y se agachó para tocarle y entonces comprobó que estaba ardiendo, así que rápidamente lo soltó y lo llevó en brazos hasta la ducha, donde abrió el grifo de agua fría y lo sumergió en esta.
Pon soltó entonces un sonoro gruñido, seguido de algunas maldiciones y aunque quiso golpear al alfa, sus fuerzas no se lo permitieron.
...-Necesito mi medicación...traeme mi medicación. Está en mi mochila-exigió exalando un aliento de la ultima rabia que le quedaba.
Sailub lo miró y asintió.
-Te la daré pero antes tienes que hacer algo por mi
-Ni lo sueñes, eres un maldito hijo de perra y te odio
El alfa volvió a ponerlo bajo el grifo.
-Muy bien como quieras puedo seguir esperando
Tras un rato en remojo, Pon algo más despejado empujó al alfa, el cual le había comenzado a frotar el cuerpo, hipnotizado por su hermosa y suave piel de este.
-Deja de tocarme, me repugnas y jamás dejaré que me folles
Sailub rió con lascivia.
-¿Dónde tienes el dinero?
-Liberame
-No
-Entonces no te lo diré
-Pues te pudrirás en mi sótano
Luego de terminar, lo sacó de la bañera y procedió a sacarle, mientras que el omega se resistió, entonces finalmente lo soltó del grifo con intención de llevarlo de nuevo a la cama pero entonces el omega aprovechó para golpearlo de nuevo.
Esperanzado, Pon echó a correr, aunque no pudo llegar muy lejos pues el alfa volvió a agarrarlo y entonces lo arrastró hasta la cama, donde lo tumbó fortuitamente y lo esposó de nuevo al cabecero.
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1. Soy tu dueño - PavelPooh Terminada
FanfictionPooh es un hermoso y delicado niño con piel de porcelana, el cual creció junto a sus dos hermanos mayores, muy distintos a él. Su padre, un alfa ex militar y dueño de una academia de defensa y entrenamiento personal, decidió que en cuando estos lleg...