Once

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Sailub estaba muy preocupado pues su negocio iba de mal en peor y además tenía que ir a casa de sus padres para aguantar seguramente, una de las charlas del viejo alfa.

Aún así  lo que más lo perturbaba era el no saber nada del hermoso y escurridizo pequeño omega, el cual había conocido unas noches atrás.

...-Tranquilo, no te preocupes más-Le habló Sonic, su socio y amigo-....el omega eso no puede estar muy lejos. Seguro habrá ido de viaje, ¿no habías dicho que era modelo?

-No lo sé. Tan sólo sé que no puedo dejar de pensar en él... maldita sea, el celo se me adelantó por él. Tiene que significar algo

-No te atormentes más, ya aparecerá-habló el moreno más bajo-

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-No te atormentes más, ya aparecerá-habló el moreno más bajo-...Además piensa en tu padre y en la empresa, ¿Cuando vas a pedirle el dinero que necesitamos?

El alfa se acercó a este y negó.

-No creo que hoy sea el día. Mi hermano pequeño al parecer vendrá, después de tres años sin verles-gruñó- él será el centro de atención

-Oye... ¿y por qué no se lo pides a él?... ¿No dijiste que trabajaba de guardaespaldas para un ricachón?

-Apenas acaba de empezar y por lo que sé, estos tres años lo ha pasado bastante apretado

-Sailub, no podemos esperar más. Los acreedores no nos dejarán respirar. Debemos encontrar financiación

El alfa gruñó nuevamente a continuación cogió del cuello a su amigo delta.

-¡He dicho que hoy no!, ¡Busca tú!, ¡Eres tan parte de esto como yo!

-Suél-tame j-joder...e-estás muy mal, ¿Eh?-gritó el más bajo intentando zafarse del fuerte agarre- Sabes que he hecho todo lo posible también

Sailub lo soltó e intentó tranquilizarse pero le era imposible.

-¡JODER...MALDITA SEA!, ¡ME VOY!-gruñó nuevamente saliendo rápidamente de su despacho.

Sonic le siguió, saliéndose de allí tosiendo y frotándose el cuello con la mano, muy molesto, ya que su amigo y socio era muy violento y siempre lo tomaba por sorpresa a pesar de conocerse desde años atrás.

-¿Q-Qué te sucede?, ¿Cómo que te vas?-le preguntó en el ascensor- ¿Qué les digo a los acreedores?

-¡Debo irme ahora mismo o destrozaré algo o a alguien!

Sailub sentía su sangre hirviendo y sus sentidos nublarse, así que sin perder tiempo subió a su lujoso coche y arrancó a toda velocidad fuera del aparcamiento de su empresa, camino a la casa de sus padres situada al otro lado de la cuidad.

Estaba muy alterado pero confiaba tranquilizarse ante de llegar pues no quería causar destrozos y tener que pagar miles de baths, los cuales no tenía.

Las últimas veces que se había sentido así, había sido estando en celo y a pesar de que ya había optado por pasarlo solo y encadenarse en una habitación del sótano, donde había unas fuertes cadenas, una cama, agua, comida y ropa limpia para cambiarse cuando este terminase, en ocasiones no había podido evitar encontrarse con un omega y lastimarlo.

En una ocasión incluso había terminado matando a uno pues esa vez había estado metido en reuniones todo el día y se había despistado, entonces había conducido  como loco, atravesando calles muy copadas de transeúntes, aunque de repente, un rico olor lo había alertado entrando por la ventanilla de su coche.

Sin poder dominar sus impulsos, este se detuvo, luego se bajó y corrió siguiendo el rastro, olfateando cada centímetro hasta un estrecho callejón, donde se encontró con un tierno omega, el cual estaba en los contenedores vertiendo los restos de la floristería donde trabajaba.

Sus ojos se oscurecieron a un negro brillante y profundo, sus músculos se agrandaron sin apenas darle tiempo a nada, haciendo reventar su fino traje italiano.

Sin mediar palabra y con una sonrisa perversa en su boca, frenético lo había agarrado fuertemente, a continuación le había arrancado la ropa y subido a su cadera.

-¡Sueltame!... ¡Sueltame, por favor!.... ¿Quién eres?... ¿qué quieres de mí?-le había gritado  el inocente omega, mientras pataleó muerto de miedo.

Producto de su enloquecido celo, este lo golpeó y tomó vilmente al débil omega hasta descargar en el su furia, además de clavar las fauces, mientras este gritaba y pataleaba.

Cuando había vuelto en sí, se había encontrado al omega muy mal herido, entonces rápidamente había llamado a una ambulancia y este había sido llevado con rapidez pero nada habían podido hacer por él.

Ese suceso lo atormentaba desde entonces y a pesar de alegar que se lo había encontrado así, este había pagado todos los gastos del hospital y el entierro.

Se sentía una mierda por mentir y ser un cobarde, un total fracaso pero no había podido decir la verdad, ya que no quería causarle ese dolor a sus padres, por ello había preferido cargar con su conciencia y prometerse no volver a hacer una cosa así.

Sin embargo, su celo está vez había sido muy distinto y lo había pasado con Pon, el lindo desconocido, el cual hacía que su alfa interior se removiera y lo desgarrara furiosamente desde entonces, haciéndolo estar al borde del abismo continuamente.

Por ello necesitaba encontrarlo y convertirlo en su omega definitivo, ya que firmemente creía que al fin había encontrado a su pareja, su destinado.

-¿Donde estás precioso?, ¿Quién eres?

Lo malo era que no sabía cómo, ni dónde seguir buscando pues a pesar de que había vuelto al local en el que lo había conocido, no lo había vuelto a ver.

Tampoco lo había encontrado en los alrededores del edificio donde habían pasado la noche y por ello, su alfa interior lo desgarraba ansioso de volver a tenerlo entre sus brazos y amarlo como nunca había amado a otro ser.

.......

😱😱😱😱

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1. Soy tu dueño - PavelPooh TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora