Pooh es un hermoso y delicado niño con piel de porcelana, el cual creció junto a sus dos hermanos mayores, muy distintos a él.
Su padre, un alfa ex militar y dueño de una academia de defensa y entrenamiento personal, decidió que en cuando estos lleg...
Durante toda la noche, el joven alfa una vez más no pudo dormir nada y no fue por estar pensando en su próximo desfile con la agencia, ni siquiera por estar preocupado por la seguridad de sus padres, sino que fue por Pooh.
Su plan de fastidiar al guardaespaldas para divertirse, al parecer había llegado a su fin y eso lo tenía muy confundido y asustado pues jamás había sentido una cosa tan fuerte por ningún otro omega.
Le preocupaba como iba a comportarse de ahora en adelante pues debía evitar que se le notasen sus sentimientos y espantar así a su guardaespaldas.
Dudoso, se acarició los labios con la yema de sus dedos, hipnotizado por el recuerdo del movimiento de los finos labios de este al hablarle, en los cuales no había reparado seriamente hasta el instante en que lo había tenido en frente, tras regresar a casa.
No pudo dejar de pensar en cómo sería besarlos, entonces cayó en la cuenta de que quizás eso podía ser lo que podría pedirle, a cambio de haber cumplido con su parte del trato pero luego desistió , ya que le había asegurado que no sería nada sexual.
Luego pensó en pedirle unas clases particulares de defensa personal pero si volvía a verlo sin camisa y haciendo posturitas, quizás no podría controlarse y sería muy evidente.
Tras varias horas rodando sobre el colchón, no tuvo todavía ni idea de lo que podría pedirle, sin que se notara su desesperación por estar cerca suyo.
Antes del amanecer, harto ya de no poder dormir, decidió levantarse, ducharse y vestirse pues quería estar listo para cuando Pooh llegase a recogerlo y no hacerle esperar como siempre había hecho.
Tras terminar, el joven alfa no esperó a que le avisaran de que el desayuno ya estaba listo, sino que por primera vez desde que era niño, bajó a la cocina dónde la cocinera de la familia estaba comenzando a prepararlo.
...-Buenos días Lyn, ¿Podrías servirme el desayuno?-habló tras ella.
La omega lo miró con extrañeza pero acto seguido asintió conforme.
-Muy bien joven, ahora mismo se lo sirvo
Pavel se sentó en la mesa y miró a esta en silencio, hasta que finalmente unos minutos minutos después, le sirvió un bol de congee, entonces se lo comió todo con gran apetito pues estaba bastante hambriento.
Cuando el reloj de cuco del salón dio las ocho y media de la mañana, entonces el timbre de la puerta sonó también pues ya el omega había llegado a la propiedad.
Sin esperar a que una de las doncellas viniese a avisarle, el joven alfa se levantó de la mesa, caminó hacia la puerta principal y tras coger sus cosas, caminó hasta el garaje para subirse a su coche como cada mañana.
...-Bu-Buenos días-habló tras ver al guardaespaldas apoyado en el capó mientras lo esperaba-...ya po-podemos irnos
El escolta lo miró con asombro pues no se esperaba para nada que su protegido estuviera listo tan temprano.
-Buenos días
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