Veintiocho

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Sailub se pasó todo el día anterior y la noche en el hospital junto a su familia, aunque no pudo dejar de pensar en el estado en el que estaría el omega de su sótano.

Su padre permanecía estable y los médicos ya les habían advertido que estaba en la fase final y en cualquier momento los dejaría, así que nada más podrían hacer.

Sin embargo no quería dejar a su madre pero también estaba su problema en la empresa, que luego de estar hablando con sus hermanos, había sabido que al igual que él, Garfield tenía un serio problema económico con la deuda del ex de su omega, la cual al parecer le reclamaban a él.

Finalmente esa mañana, los hermanos dejaron a su madre con su padre y regresaron a sus trabajos pues Pooh debía llevar a Pavel a la mansión y seguir protegiéndolo, además de que tenía que recoger sus cosas en el motel y mudarse.

Por su parte, Garfield debía estar con su omega embarazado y amenazado de muerte, además de velar por la academia.

Mientras iba conduciendo su coche, Sailub sabía que el dulce y penetrante olor del omega ya debía impregnar todo lugar pues este llevaba varios días sin su medicación.

Poco antes de llegar a su casa, se paró a un lado de la carrera y suspiró profundamente.

...-Oh joder, no voy a poder controlarme pero no puedo pedir ayuda. No debo decírselo a nadie, seguro que la policía lo busca

Luego de unos minutos de decirse que debía ser fuerte y reunir todo su coraje para resistir todo lo posible, este reanudó la marcha hasta apartar en su garaje.

Sin embargo, nada de lo pensado fue comparable a lo que se encontró tras abrir la puerta principal, ya que el alfa fue abatido por una gran nube de feromonas de Pon, que lo rajaron como afilados cuchillos, causándole un fuerte dolor.

Sacando fuerzas de donde pudo, este intentó luchar para no perder el control y lograr así llegar hasta la cocina para coger algo de alimento.

El joven empresario creía poder dominarse, así que tras agarrar todo lo que pudo, caminó hasta la fuerte puerta de su sótano pero en cuando la abrió, nuevamente su cuerpo fue sacudido por otra fuerte oleada de feromonas omega.

Tras dejar las cosas en el suelo pues estaban por caersele, Sailub bajó las escaleras agarrado al pasamanos, mientras sentía como su alfa interior ferozmente tomaba el control total de sí mismo, ya que su celo se despertaba también.

Sus grandes músculos se agrandaron rasgando su camisa y el pantalón de su traje pues este dobló al instante su tamaño, al igual que sus colmillos dolieron mientras se agrandaron también.

La mente del empresario se nubló por completo pues era muy fuerte la atracción del delicioso y dulce olor del moreno omega, entonces sus ojos se volvieron totalmente negros, por lo que muy excitado caminó rápidamente hasta la cama.

Pon estaba agotado de resistir a solas su celo, donde su febril, debilitado y muy lubricado cuerpo desnudo, yacía tumbado en medio del montón de sábanas y ropa este, las cuales había acumulado encima del colchón a modo de nido.

El joven alfa rugió al verlo tan hermoso y sin poder soportarlo más, se arrancó la ropa y acto seguido se abalanzó encima de este, el cual lo aceptó gustoso en medio de su agonía.

-Alfa...alfa...

La polla del omega estaba muy dura y firme, suplicante de atención, así que el mayor se acercó a esta y comenzó a lamerla y chuparla, haciéndolo jadear.

-Alfa...follame, por favor-suplicó Pon enardecido -...No puedo soportarlo más, te necesito dentro... Oh joder, me duele....me duele mucho .... siii...Aaah.

El enloquecido alfa entonces siguió lamiendo el ardiente cuerpo del pequeño omega, chupando y succionando sus deliciosos pezones mientras frotaba su dura polla contra la de este.

Lo besó por todas partes, lo acarició como si fuera el tesoro más preciado del universo y cuando ya no pudo soportar más la presión, le abrió las piernas de un solo manotazo y tras comprobar lo mojado que estaba su entrada, se introdujo se una estocada, haciendo que el omega arquease la espalda y abriese su boca lanzando un ahogado grito al aire.

-¡Aaaaaahhhh.....!

Furioso, Sailub asestó fuertes y hambrientas estocadas al moreno, que lejos de resistirse o quejarse, permaneció dócil y muy necesitado.

-Siiii....si mi alfa, dame más... oooh si, eres enorme aaah.... me atraviesas, oooh... venga más más...-decía entre gemidos en su delirio.

El escucharlo así, aún hizo que el alfa se pusiese más frenético e inmediatamente incrementó el ritmo, mientras siguió besándolo y lamiendo con hambre su ardiente piel.

-Omega...mío...mío...

Minutos después, el omega se corrió en su propio vientre, tras alcanzar el clímax y debido a las contracciones de su esfínter, el nudo del alfa comenzó a hincharse, haciendo que sus colmillos doliesen por morder.

-Mío....omega...mío...

Pon inmerso en su agónico estado, no puso resistencia alguna, por lo que esta vez no hubo ningún cojín, sino un lindo y palpitante cuello, donde el eufórico alfa clavó sus fauces mientras derramó su semilla.

Luego de unos intensos minutos, Sailub lamió la herida abierta para que cicatrizara mucho mejor, mientras el aquejado Pon intentó no desmayarse por todo lo ocurrido.

Finalmente, cuando ya todo terminó, el alfa salió del interior del omega y exhausto se dejó caer en el colchón, donde los dos permanecieron tumbados, mientras recuperaban sus alientos y normalizaban sus pulsaciones, hasta que se quedaron dormidos.

Una hora más tarde, Sailub se despertó nuevamente pues sintió al febril omega subirse encima suyo y frotarse contra su polla, la cual había permanecido en reposo pero ya se estaba endureciendo lista para volver a satisfacer el deseo de ambos nuevamente.

-Alfa....alfa...

Una vez más, el empresario se introdujo en el más que dilatado agujero de Pon y este comenzó a saltar sobre el alfa, metiendo y sacando la dura polla de su interior, mientras jadeaba intensamente, despertandole los instintos feroces.

El alfa necesitaba todo del omega, por lo que le sujetó con firmeza la cadera con sus fuertes manos, haciendo presión para que este se encajase totalmente en su duro miembro, tocando la próstata de Pon y haciéndolo chillar de placer.

-¡Oooooh joderrr....!

Tras varias estocadas más, el omega volvió a correrse y el nudo del alfa se hinchó, volviendo de nuevo a derramarse en el interior de omega, mientras reabrió una vez más la marca de su cuello.

El resto de ese día, los extraños amantes se la pasaron copulando y reponiendo fuerzas entre cópula y cópula, hasta que la agonía del omega estuvo apaciguada, aunque este aún tendría unas horas más de intenso celo.

.......

Espero que os haya gustado.

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1. Soy tu dueño - PavelPooh TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora